A esto se sumaban los costos de alojamiento. Necesitaba estar en el hospital muy temprano, y como el viaje desde San Miguel duraba casi tres horas, muchas veces decidía llegar a San Salvador un día antes. Después de las quimioterapias, a menudo necesitaba quedarse más tiempo hasta que los síntomas del tratamiento mejoraran. A esto se sumaron las sesiones de radioterapia, que eran diarias. Nelly estaba jubilada, pero su pensión era insuficiente para cubrir siquiera la mitad de los gastos mensuales, lo que la obligaba a seguir trabajando, pese a estar incapacitada por las intervenciones médicas.
Los primeros síntomas que presentó fueron dos bultos en su pecho. Ante esto, decidió hacerse una mamografía, pero le dijeron que era una “formación benigna”. No satisfecha con el diagnóstico, se repitió el estudio, pero nuevamente no fue concluyente. Finalmente, acudió a una mastóloga, quien le indicó una ultrasonografía y una biopsia. Estos exámenes confirmaron que era cáncer de mama.
Después de una mastectomía radical y dos meses de tratamiento, viajando constantemente entre la capital y su ciudad, el 25 de agosto de 2023 le diagnosticaron cáncer en el hígado, y más tarde, un nódulo en el riñón. “Ahorita estoy en la lucha de tres cánceres, uno de riñón, uno de hígado y el de mama”, contaba Nelly.