La maternidad intransferible

Lauri García Dueñas | 10/05/2021

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La maternidad requiere de arduo trabajo no remunerado. Mucho de este trabajo es intransferible, y el que no lo es, lo parece, porque socialmente se atribuye a las madres por ser mujeres. Lauri García Dueñas encuentra en su columna las perspectivas de académicas y artistas sobre las maternidades con sus propias reflexiones sobre la intransferibilidad de su rol de madre.


Es intransferible lo que siento a las 3 a.m., a veces antes, puede ser a la 1 a.m. Mi hijo de nueve meses se despierta y gruñe, de malas, con deseo de ser amamantado, saciado y yo soy el objeto, el alimento. No sé que me da más miedo, si su hambre o el estar a solas de noche a cargo de un niño y un bebé.

La especialista estadounidense Rebeca Solnit lo explica: “El cuidado, que se asocia y se espera de las mujeres, es necesario para que la producción económica tenga lugar y, sin embargo, se separa de la producción económica, subordinando así estructuralmente a las mujeres de la sociedad. Es por ello que incluso dentro de su propia raza, estatus indígena y grupo económico, las mujeres son las más marginadas (…) El coronavirus ha castigado a las mujeres de la manera en que siempre lo hace, mediante la violencia y el traslado de la responsabilidad del cuidado hacia ellas”. 

Este miedo paralizante posponía mi separación del padre de mis hijos. No me importaban sus ofensas, yo quería no estar sola a las 3 a.m., o antes, cuando el bebé se despierta, quería dormir de 6 a.m. a 8 a.m. cuando él lo cuidaba. Lo necesitaba. Necesitaba que él también estuviera. Ahora que no está pienso qué pasaría si muero de un infarto fulminante y me imagino la escena dantesca ¿Cómo saldrán mis hijos de nuestra pequeña jaula casa? ¿Mi novio logrará llegar a tiempo para abrir la puerta cuando a las 8 a.m. le marque la niñera porque yo no le abro? ¿Acudirá el casero? ¿Los vecinos? ¿El niño grande se comerá al pequeño?

Cuando viví por tres meses en casa de unas personas, nadie se levantaba a esas horas de la madrugada, jamás preguntaron cómo me sentía. A los que duermen no les importamos los que dormimos mal. Quien no duerme tiene ganas de morir o matar. 

Maternar implica muchas horas de trabajo no remunerado y esfuerzo físico y los nervios a veces colapsan.

La mexicana Karina García Reyes explica esta pulsión de muerte: “En las entrevistas, un tema recurrente fue el rencor que los participantes sentían en contra de sus padres. De hecho, 28 de los 33 entrevistados admitieron que en algún punto de sus vidas su mayor ilusión era matar a sus padres. La violencia doméstica y de género son las primeras experiencias de vida de estos participantes. Todos coinciden en que su mayor frustración era ver cómo sus padres golpeaban y abusaban de sus madres constantemente. Este tema es una constante en las narrativas, no solo cuando se abordó su niñez sino también cuando se tocaron temas de drogadicción, violencia y su incursión en el crimen”.

¿Cuántas madres están viviendo esta loca promesa de no morir de noche para que los bebés no se queden solos? Nunca me interesó tanto estar viva, ni temí tanto a la muerte repentina. 

Yo necesitaba al padre de mis hijos, pero un día fueron tantas las ofensas que perdí el miedo al llanto de mis hijos de madrugada y preferí no dormir bien a dormir cerca de alguien que no me ama. 

Prometo no morir a las 3 a.m. Prometo jamás perdonar tantas ofensas. 

La artista hondureña Patricia Toledo asegura que hay que politizar y agrupar las quejas que varias mujeres tenemos sobre la maternidad en tiempos del necrocapitalismo para volverlas respuestas y propuestas. Coincido profundamente. 

Ojalá construyéramos comunidades de crianza, paternidades verdaderamente corresponsables, familias y sociedades que realmente se comprometan a cuidar a las y los niños. Y no nos dejaran el paquete solo a las madres. La maternidad es intransferible, pero también es casi imposible de sostener si una está sola.


*Según la revista médica Sinergia, una de cada ocho mujeres en Estados Unidos padece de depresión porparto, es decir, tiene una incidencia del 15% y un millón de mujeres la padecen anualmente.

*Según ONU mujeres, las mujeres hacen al menos 2,5 más trabajo del hogar y de cuidados no remunerado que los hombres.

Etiquetas:Maternidad

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