Nos alcanzó el horror

Lauri García Dueñas | 21/02/2020

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En la últimas semanas, en México, cientos de mujeres se volcaron a las calles para protestar en contra de la violencia contra las mujeres y en contra de los feminicidios. Lauri García Dueñas reflexiona en su texto sobre las razones de este tipo de violencia.

En la últimas semanas, en México, cientos de mujeres se volcaron a las calles para protestar en contra de la violencia contra las mujeres y en contra de los feminicidios. Cada día, en promedio 137 mujeres alrededor del mundo son asesinadas por su pareja o de un miembro de su familia. América Latina tiene 14 de los 25 países en los que se comenten más feminicidios. Lauri García Dueñas reflexiona en su texto sobre las razones de este tipo de violencia.

Esta columna iba a ser el inicio de un diario de mi embarazo. Esta columna iba a ser una disertación sobre el machismo reproducido por mujeres. Ya no. Será más adelante porque nos alcanzó el horror.  

En las últimas semanas en México, Ingrid Escamilla de 25 años fue asesinada por su pareja y los medios publicaron fotos de su cuerpo mancillado. Fátima, de 7 años, fue dejada por sus maestras afuera de la escuela primaria donde asistía y luego su cuerpo apareció en una bolsa de basura con señales de tortura.  

La escritora salvadoreña Lisa Onofre me pregunta desde Estados Unidos la razón por la cual estas atrocidades suceden en México, así como once feminicidios diarios, y yo repito que por la pobreza y las masculinidades violentas como explica la doctora en Sociología, la mexicana Karina García Reyes: https://www.nexos.com.mx/?p=46485 

Pero Lisa me dice que debe de haber algo más que la gramática del narco. Y yo me quedo pensando. Creo que es la misoginia, el tinglado de un machismo atroz que se reifica y actualiza gracias a los comportamientos de todas y todos. El triunfo de la ética individualista del más fuerte y el triunfo de la idea de que la vida humana vale menos que el capital.  

Nos alcanzó el horror, Fátima, Ingrid, amigas, y las mujeres mexicanas salieron llenas de rabia a marchar a la calle e intentaron pintarlo todo pero les tiraron gas lacrimógeno y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, también emitió un discurso lacrimógeno en el que pidió a las feministas a no pintar los monumentos.  

Nos alcanzó el horror y cuando somos violentadas o nuestros hijos o hijas lo son, somos tachadas de: “psiquiátricas, locas, paranoicas, extranjeras”. 

Nos alcanzó el horror porque cuando denunciamos a un abusador, una mujer, su esposa o su madre, sale a decir que esa persona puede ser todo menos un depravado.  

Nos alcanzó el horror porque a una mujer embarazada le arriman el pene en el autobús o le lanzan los mismos piropos groseros que a una mujer que no lo está.  

Nos alcanzó el horror porque la violencia no solo la ejercen los curas pederastas, el sistema económico sino también y sobre todo, la familia más cercana y algunos proponen que el abuso se guarde en el silencio, que no denuncies, que no exageres.  

Nos alcanzó el horror porque los escritores se quejan que le quitaron una beca a un hombre acusado de violar a su propia suegra. Porque: presunción de inocencia.  

Porque los pactos entre machos cubren los abusos pero lo más doloroso es el pacto que las mujeres adoctrinadas por el patriarcado realizan para proteger a los abusadores.  

Una estudiante me preguntó cuál es el primer paso para convertirse en feminista y mi respuesta fue: ama a las otras mujeres como si fuesen tus hermanas, no cuestiones su moral sexual ni te acuestes con hombres que tienen pareja, no pelees por hombres, eso, para empezar.  

“Hace 9 años conocí al hombre que creí sería el ideal. Me regaló justo en esta fecha un enorme ramo de rosas blancas, un peluche. Años después intentaría matarme a golpes. Nunca crean en los detalles materiales. Escuchen lo que dicen, vean cómo se comportan al enojarse. El detalle que más importa es el lenguaje: corporal, hablado, emocional. Feliz día”, publicó el 14 de febrero la escritora mexicana Esther M. García, sobreviviente de intento de feminicidio.  

Si esta fuera una canción diría: Nos alcanzó el horror, pero la esperanza también es una posición política. Tengo esperanza en nosotras, amigas, hermanas.  

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