Asexualidad, autismo y discapacidad: el triple estigma en un cuerpo
Wendy es una mujer asexual y autista que, a sus 20 años, adquirió una discapacidad física que no le permite caminar. El Salvador está lejos de garantizarle las condiciones básicas para que ella pueda desarrollarse igual que el resto de la población. Después de perder su empleo, su discapacidad la ha llevado a enfrentar un sistema ajeno a lo diverso. Aun dentro de la población que vive con alguna discapacidad, las mujeres son las más vulnerables a las múltiples violaciones de derechos humanos, indica un informe elaborado entre las Naciones Unidas y el Estado salvadoreño.
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