Cuidar y hacer posible la vida en tiempos de pandemia

20/05/2020

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Las economistas Julia Aguilar e Iliana Álvarez nos acercaron al trabajo de cuidados y explicaron por qué son especialmente esenciales en la crisis sanitaria. Abordaron, además los avances y retrocesos en el apoyo estatal a quienes se dedican al trabajo de cuidado no remunerado. Las participantes compartieron sus experiencias con el trabajo de cuidado durante la pandemia.

Relatoría  

Nuestro cuarto Coloquio de Brujas se realizó el sábado 16 de mayo de 2020. Las invitadas fueron las economistas salvadoreñas Iliana Álvarez y Julia Aguilar. La moderadora, Laura Aguirre, directora de Alharaca y 15 participantes. Tuvo una hora y trinta minutos de duración. El conversatorio estuvo estructurado en tres bloques.  

En el primer bloque las invitadas hicieron una exposición introductoria sobre el concepto de trabajo de cuidados y por qué son esenciales durante la crisis sanitaria por COVID19. También señalaron algunos de los impactos que la crisis está teniendo sobre las mujeres y el trabajo de cuidados que están realizando.  

Julia Aguilar apuntó que el trabajo de cuidados, remunerado y no remunerado, es esencial porque simplemente sin él no sería posible que viviéramos. Y en una crisis como la actual, todo ese trabajo que está recargado sobre las mujeres se incrementa porque no existe infraestructura social para el cuidado.  Las mujeres son las que actualmente están sosteniendo la vida con las labores del hogar habituales y además con las tareas que requiere protegerse para no contagiarse de COVID19.  

También señaló que tiene que haber una evaluación de las relaciones de poder entre las personas, no solo entre mujeres y hombres, sino las relaciones de poder entre las mujeres, ya que las diferencias en las tareas de cuiado dependen de las condiciones socio-económicas en que se hace. Cuidar está traspasdo por la clase social.  

Iliana Álvarez por su parte enfatizó que antes de la cisis sanitaria ya existía una crisis de la economía de los cuidados. La crisis solo los está profundizando y no cambiará con el fin de la emeregencia, si el modelo económico no cambia.  

Las participantes formularon las siguientes preguntas: ¿hay alguna propuesta de ley que incorpora la economía de cuidados de manera más formal?. ¿Cómo manejan las emociones las trabajadoras del hogar  que han tenido que quedarse en la casa de sus empleadoraes durante la emergencia?. ¿Cuál consideran ustedes que será el rumbo que tomará la economía de cuidados?. Luego de esta situación, ¿se profundizará más la crisis de el trabajo de cuidado con el teletrabajo?. ¿Existen redes comunitarias, feminista, de trabajadoras del hogar, madres y padres, que se cuidan y se auto cuidan con la producción de alimentos duros, con turnos de cuidado, etcétera?. Si se levantan las medidas de confinamiento, pero las escuelas no abren, ¿quién asumirá estos cuidados de los hijos que deberán quedarse en casa cuando las madres o padres ya no puedan hacerlo? 

Como cierre, Julia Aguilar acotó que uno de los problemas previos a la crisis sanitaria y actuales es el enfoque maternalista de los cuidados, que no hay un enfoque de corresponsabilidad ni con los hombres, ni con la familia. Y aunque no ve muchas posibilidades en que el tema se vuelva prioritario en las agendas del gobierno, sí consideró que es un avance que ahora se esté hablando más del cuidado. Iliana Álvarez, señaló como una oportunidad ese vuelco de muchos gobiernos a hablar de la necesidad de un estado de bienestar. En El Salvador eso aún no sucede, pero se puede intentar retomar de nuevo las acciones previas que se desarrollaron, como por ejemplo, retomar la propuesta de Política Nacional de los Cuidados que se diseñó durante el período del gobierno anterior.  

Transcripción conversatorio

Laura Aguirre Una de las cosas que nos interesa dentro de alharaca es poder hablar de estos temas desde la vida cotidiana de las mujeres, porque en las prácticas cotidianas y en la vida, en la vida diaria también, es donde vemos reflejadas todas las estructuras de poder. Entonces también por eso gracias por recordarnos  que no es una cuestión solo de expertas. Bueno para comenzar, a mí me gustaría plantear dos preguntas generales y así ustedes, Iliana y Julia, pueden comenzar la conversación. Hemos oído en muchas partes que las mujeres, en el trabajo del cuidado que están realizando, específicamente remunerado y no remunerado, se han vuelto esenciales en esta crisis. ¿Por qué decimos se oye tanto ahora que el trabajo de cuidados es esencial no solo dentro de la crisis, sino para enfrentar la crisis? Anudado a esto ¿ Cuáles son los impactos entonces que ustedes están percibiendo que está teniendo ya esta crisis en la vida de las mujeres?  

Le doy la palabra a Julián. !Gracias!  

Julia Aguilar  Primero, hay que hacer brevemente una distinsión entre entre el trabajo de cuidados remunerado y el no remunerado,  por si alguien todavía tiene dificultades para identificarlo. Los   remunerados son, por ejemplo, de este tema de COVID, todo el personal médico que está al frente de la atención directa de las personas pacientes. Pero al mismo tiempo, por ejemplo, todo el resto de trabajadoras y trabajadores que continúan a cargo del cuidado de niños y niñas, de personas adultas mayores, de personas con enfermedades crónicas. Entonces, que no  pueden quedar desatendidas por la situación y que por esta actividad reciben una remuneración.  Y el trabajo de cuidado no remunerado nos referimos principalmente a todas esas acciones cotidianas o comunitarias que las personas hacemos y sobre todo al interior de la familia, para garantizar el bienestar de las personas con las que convivimos. Y usualmente  es asumido por las mujeres.  

Esto es parte de una asignación histórica. También es algo que las mujeres terminamos asumiendo como una responsabilidad y es algo también que se termina haciendo porque tampoco podemos dejar de hacerlo. Cuando decimos que el trabajo del cuidado es el que sostiene la vida es porque si no se hace, simplemente no podemos continuar viviendo. Una cosa que hay que mantener a lo largo del ciclo de la vida de todas las personas. Luego también se cruzan las mujeres que hacen, sobre todo mujeres, que hacen trabajo del cuidado remunerado también en sus hogares, en sus familias, hacen trabajo no remunerado. Entonces, en el caso del Salvador también tenemos  familias, un porcentaje sumamente alto de familias con únicamente jefaturas de mujeres, se van estableciendo redes de cuidados, red de apoyo, ya sea por ser familiares o por parentesco y demás. O también porque unas mujeres contratan a otras para hacer estre trabajo. Entonces, al final los cuidados alrededor del mundo están bajo el cargo de las mujeres,  sobre todo, y también en el caso concreto del Salvador, los temas de la violencia, la migración, el abandono parental, la violencia de género, etcétera. También hace que haya diversos tipos de arreglo familiar, pero en diversos tipos de arreglos familiares siguen siendo las mujeres las que asumen la mayor carga.  

Julia Aguilar  Y otro punto que me gustaría precisar es que en la medida en que no existe infraestructura social del cuidado y infraestructura social,  me refiero a los sistemas de salud, educación, a los sistemas de cuidados que debería haber para personas adultas mayores, niñez, personas con discapacidad, el proyecto de saneamiento, de agua potable, etc.; mientras eso no funcione bien, esa recarga del trabajo, del cuidado a las familias seguirá en las mujeres. Entonces, en la coyuntura de la crisis ¿Por qué son escenciales? Bueno, ya dijimos que en todos los momentos es esencial porque garantiza la vida, garantiza que podamos continuar, que estemos en las mejores condiciones . Nos permite entonces, pero concretamente en la crisis actual, y  me voy a centrar en el trabajo no remunerado, hay una lucha diaria que están realizando directamente las familias y ahí, sobre todo las mujeres, para garantizar el bienestar, para garantizar que no vamos a morir ni de COVID ni de hambre. Entonces todo eso se hace, pasa por buscar, mantener limpio y tomar todas las medidas de limpieza. Incluso si no hay agua potable en la casa. Pasa por salir a comprar comida, pasa por buscar, continuar buscando ingresos, etcétera. Entonces, pero algo que me gustaría precisar sea más allá de lo esencial de los cuidados y que todo mundo necesitamos y que sí, que todas las personas tenemos impactos, toda la familia estamos teniendo impacto, sobre todo, por ejemplo, con las medidas de contención; pero me gustaría mencionar que en esa discusión también tiene que haber una evaluación de las relaciones de poder entre las personas, no solo entre mujeres y hombres, sino las relaciones de poder entre las mujeres, porque no es lo mismo cuidar pudiendo hacer teletrabajo o teniendo vehículo o teniendo una tarjeta de crédito que me permite comprar y pagar y además salario para poder pagar esa tarjeta de crédito. No es lo mismo cuidar en esas condiciones que no tener ingresos fijos, que vivir en una zona alejada de los supermercados o de los mercados, donde sin tener acceso a transporte público en condiciones normales, mucho menos en este momento.  Entonces, creo que los impactos de alguna manera los estamos viviendo todos y todos, pero las identidades que nos cruzan y sobre todo las condiciones de clase y tienen un impacto muy fuerte.  

Entonces, la peor parte del de la pandemia y los costos mayores se los están llevando las mujeres que están en situación de precariedad, que son usualmente las que ya asumían la mayor carga en los cuidados y no tenían capacidad de subcontratar a otras personas. Entonces, de momento me quedaría por ahí para darle chance a Iliana. No sé si me pasé el tiempo o está bien.  

Laura Aguirre  Muchísimas gracias, Julia.  

Iliana Álvarez: Con esta muy adecuada y muy completa introducción que nos ha hecho Julia sobre qué podemos entender  por trabajo de cuidados para aquellas actividades que son remuneradas o no remuneradas, pues también nos da como el puente para poder hablar de qué entendemos por economía del cuidado, que es sobre todo el tema que hemos venido trabajando desde la Fundación Hébert y que nos ha llevado dentro de nuestros estudios a concluir que sin necesidad de una crisis sanitaria, sin necesidad de la emergencia por 1019, esta economía que se dinamiza sobre todo dentro de los hogares donde está la base del trabajo de cuidados no remunerado, es una economía en crisis.  ¿Por qué hago esta acotación? Porque si ésta ya era una economía en crisis antes de la emergencia, actualmente podemos decir que la crisis sanitaria, que es el origen de una crisis económica, una recesión económica, solamente va a venir a profundizar la crisis de la economía del cuidado que ya teníamos. Y esto es bien importante tenerlo presente, porque esto de lo que vamos a hablar no inicia ahora, solamente está profundizando las condiciones de precariedad en las que las mujeres en El Salvador están ejerciendo trabajo de cuidado. Con respecto a la primera pregunta, ahí no me voy a extender mucho, simplemente retomar esta idea de que los trabajos de cuidados, el trabajo doméstico no remunerado no es esencial a partir de la emergencia. Es el trabajo más esencial para sostener la vida desde el inicio de la historia y que también es pertinente siempre hacernos esta pregunta como para entender la dimensión o la importancia de este trabajo. ¿Qué sucede si un día las mujeres decidimos dejar de hacer el trabajo de escuela o las personas? ¿Con los hogares donde se ha privatizado el cuidado, sobre todo en las economías latinoamericanas, deciden cesar esto? Y bueno, si nos hacemos esa pregunta en cualquier momento de la historia, tendremos una respuesta bastante contundente. Sí, pero si nos la hacemos en la actualidad, en el contexto de la emergencia por COVID19 prácticamente se paraliza todo, porque la dinámica tanto de trabajo, de cuidados como de los trabajos conocidos comúnmente como remunerados o del ámbito productivo, también se están desarrollando dentro de las casas.  También son parte actual de la dinámica del hogar.  

Entonces, ahora tenemos toda una serie de eventos adentro del hogar que han hecho, como bien dice la Cepal, resaltar la importancia de las labores de cuidados y dentro de esto, la labor de las mujeres como componentes esenciales del desarrollo económico y social que hasta el momento se han considerado como externalidades.  Si se han considerado como elementos que están ahí dados y que no están siendo ni reconocidos, mucho menos remunerados y mucho menos incluidos dentro de programas de política pública. Entonces eso, en primer lugar, y segundo, para no extenderme tanto y abrir el espacio para la conversación, decir que en esta crisis de la economía del cuidado que ya traíamos evidenciada y que muy bien ha respaldado Julia cuando dice que cuidar en El Salvador es en su mayoría cuidar en condiciones adversas. Y solo imaginen el dato, por ejemplo, de cuántos hogares no tienen el acceso adecuado a agua potable y esto ya era una crisis, la crisis hídrica del país, que complejiza los cuidados de manera general. Pero imaginen aquellos hogares con esta misma complejidad, pero en el marco de COVID19, que exige altos estándares de administración y de higiene para poder hacer frente a los contagios. Si entonces vemos cómo un elemento, que ya era un elemento de crisis, se recrudece en este contexto y hay que tener en cuenta que esto no acaba con la pandemia;  ya que este recrudecimiento, esta profundización de los indicadores, si lo vemos desde el lado de la pobreza, podemos pensar que si la pobreza va a aumentar porque viene una crisis, entonces la crisis de los cuidados que se está profundizando ahorita podemos esperar que siga precarizando las condiciones en las que cuidan.  Y aquí podemos decir que existen dos elementos el multidimensional, que tiene que ver con todas las carencias que se están consolidando con el COVID19,  y también el que es muy importante en la crisis, es el incremento que ha representado en el tiempo de trabajo de cuidados de las mujeres.  

 Sobre todo porque aquí he de decir que en El Salvador, una conclusión de un estudio de Fundaungo es que las mujeres son proveedoras netas de cuidados y los hombres son consumidores netos de cuidado.  ¿En donde tienen su base? Tiene su base en el uso del tiempo porque las mujeres en cualquier edad y en cualquier condición parental, pues más que duplican el tiempo de trabajo de cuidados que ejercen los hombres. Entonces en eso se basa esa premisa. No es una cuestión antojadiza o visual, es en el análisis del uso del tiempo por lo que decimos, este tipo de conclusión. El incremento en el tiempo de trabajo necesario para reproducir y sostener la vida ha sido generalizado dentro de los hogares. Y es esto solamente se replica en el incremento de trabajo de las mujeres y esto es parte de la crisis de la que tenemos que hablar, porque actualmente no solamente se realizan dentro de las casas trabajo de cuidado, trabajo doméstico,también hay trabajo del que conocemos como trabajo remunerado y que ahora se ha dado en llamar en las plataformas más modernas como teletrabajo, y  también se está haciendo, y esto es muy importante, el trabajo educativo. Se están trasladado las labores y las responsabilidades escolares a las casas. Y es bien preocupante que una de las proyecciones que han hecho la mayoría de gobiernos latinoamericanos es que las escuelas y la educación es el sector que será el último en ser reintegrado a las nuevas normalidades como se ha venido a llamar. Y esto únicamente complejiza también la inserción laboral nuevamente de las mujeres. Después de las medidas de cuarentena, porque no podemos decir que se ha acabado la pandemia, simplemente se va a restringir las medidas de cuarentena. Entonces eso serían como los elementos que a mí me gustaría poner antes de que iniciamos la discusión.  

Laura Aguirre Muchas gracias Iliana y muchas gracia Julia. Yo creo que una de las cosas más importantes que se han dicho es que básicamente no solo la vida es posible gracias a los trabajos de cuidados antes y después de la crisis; en esta crisis, además, la economía está se esta sujetando al trabajo de cuidados que se están haciendo dentro de los hogares. Entonces ahorita me gustaría abrir el espacio para que las asistentes y los asistentes puedan hacer sus preguntas, puedan hacer un comentario. ¿Qué experiencias están teniendo ustedes dentro de sus hogares? También si las quieren compartir, de cómo están sobrellevando estas tareas de cuidado con las tareas laborales, etcétera. Este es el espacio para que se puedan plantear sus inquietudes u opiniones, así que cualquiera es bienvenida.  

 Y dejamos abierto el micrófono para que puedan hacerlo.  

Aquí Elizabeth Rivera  

Participante  Hola, buenos días. Bueno, me llama un montón la atención el coloquio. No sabía que los estaban haciendo, supongo que me cayó como publicidad. Es que yo los conozco a ustedes por la universidad. Creo que con la Laura fuimos compañeras con Julia no estoy segura de dónde, pero sí sé que la conozco, así que muy contenta de verlas y de ver que están trabajando en esta área. Y aunque a Iliana no la conozco, también es de la universidad, así que es bueno estar con gente de la UCA.  

 Bueno, yo quizás quisiera traer a colación a nivel personal, por ejemplo, cuando mencionaban el tema de las redes, creo que es una de las cosas que a mí me ha afectado, que no tenga una red de apoyo. Hablando de familias, amistades y demás, verdad que yo oigo que la gente está mi tía, que mi hermana, pero yo vivo super lejos de toda mi familia. Entonces vivimos como a media hora, cuarenta minutos que no están lejos, pero que ya estamos en municipios diferentes. Entonces, con todo este relajo, pues no hay una red de apoyo. La señora que trabaja conmigo, pues fue decisión de ella. Yo le dije que si ella se quería ir, que se fuera, pues ella está haciendo un gran gran sacrificio, estando lejos de su familia para estar apoyando, verdad con el tema que ustedes decían. Sin embargo, hablábamos con ella y era lo que quería mencionar de que hablábamos con ella, de que ella misma no estaría viviendo esa situación igual si ella estuviera en su casa que estando aquí. Por la zona en la que vive, por las condiciones en las que vive, porque aquí ahorita no está recibiendo un pago nada más porque no se ha ido. Cuando se vaya se le va a pagar. Pero aquí tiene su comida, su todo, pues no está gastando en nada.  

 Si hay una gran, digamos, comodidad, y estamos bien preocupadas porque ella vive con su hermana y su hermana no puede salir. Está sola por las dos niñas, no está trabajando porque se dedica a cortar el pelo y no puede trabajar. Entonces estamos preocupados porque no hallamos cómo hacer para hacerle llegar alimentos y demás cosas. Y hablábamos justamente de eso, de que ella misma no está bien. No estaría viviendo la situación igual estando allá que estando aquí.  

 Otra cosa que quería decir es cuando ustedes hablaban estaban  mencionando, digamos, todas las experiencias relacionadas al tema de los cuidados y si son remunerados o no, y estaba pensando que a todo eso ahorita, o sea, se le suma el miedo, el encierro, la preocupación de qué va a pasar. Y todo eso pone estrés a la vida cotidiana. Es que también las familias que vivimos en pareja vivimos… Personalmente tengo una relación bastante cordial con mi pareja, pero sí otras amistades me han estado contando ya bastante preocupada de situaciones ya fuerte que quizás no han llegado a  los golpes o a los gritos,  pero que ya están rayando en: no me habla, me hace críticas o otras situaciones que ya se están volviendo intensas, aparte de lo que ustedes mencionaban de estar haciendo las tareas de la casa. Y quería concluir diciendo que mientras les escuchaba hablar me acordé que cuando no se hace como tres semanas, cuando yo ya me sentía aturdida, dije: ‘tengo que hacer un horario para poder organizar mi tiempo’, porque yo estoy haciendo consultorías desde mi casa. Tengo un niño chiquito de dos años y medio y una niña entrando a la preadolescencia. Entonces la dinámica es bien intensa con los hijos y cuando empecé a hacer mi horario desde las seis de la mañana, que se levanta el pequeño hasta las once de la noche, que duerme la pequeña, me di cuenta que no tengo ni un solo minuto para mí, ni un solo minuto, ni tan siquiera para ir al baño.  

Entonces la única salida que tuve fue OK, voy a poner la alarma para tomar 15 minutos para hacer lo que yo necesite hacer así al ir al baño para tomar agua, para comer, para irme a bañar, para jugar con los niños. Entonces mis horas no van a ser de 8 a 9, sino de 8 a 8:45. Entonces yo sé que hay un montón de cosas, pero las estaba escuchando y se me vinieron todas esas cosas a la mente. Realmente es un periodo bastante intenso y es súper importante que estén dando este espacio para conversar entre mujeres.  

Muchas gracias Elizabeth y yo quisiera retomar algo que tú decís. Hay otra pregunta pendiente, pero se las quiero plantear para que después la comentemos.  

Y esto que dice Elizabeth,  de la señora que está trabajando en su casa, si se hubiera quedado en su hogar estaría viviendo la situación distinta y quizás podemos después ahondar porque sería también distinta en términos de trabajo, de cuidado y definitivamente lo de esta cuestión del tiempo de no tenerlo para una ni siquiera un minuto, es bastante cotidiano en muchas de las que estamos criando en cuarentena. Iveth Orellana pregunta si hay alguna propuesta de ley que incorpora la economía de cuidados de manera más formal. 

No sé cualquiera de las dos si quiere hablar al respecto.  

Julia Aguilar  A mí me gustaría referirme sobre todo al primer comentario y me parece que toca elementos bien, bien importantes. Lo primero me gustaría decir es que en general las sociedades y la economía en concreto usualmente no ha tomado en cuenta las experiencias de vida de las mujeres. La experiencia de trabajo de las mujeres no han estado y la ciencia económica tiene una deuda sumamente fuerte en la formación académica de todos y todas las economistas. Quienes nos hemos metido a discutir estos temas es porque terminamos la universidad y dijimos aquí algo falta entonces. Y eso creo que se traslada también a la esfera política. Realmente las políticas públicas y ahí me meto un poquito en lo que estaba en la otra pregunta. Las políticas públicas generalmente no han tomado en cuenta las experiencias de las mujeres y por por eso se toman las decisiones, desde ahí. Se toman las decisiones como si fuesen neutrales al género. Cuando eso no existe. Entonces  más bien pasa, por ejemplo, que todo el confinamiento no ha tomado en cuenta la existencia de la violencia contra las mujeres y no ha tomado en cuenta tampoco estas condiciones de cuidado.  

Entonces, no son medidas que descargan a las mujeres, sino todo lo contrario. Me parece como bien relevante hacer énfasis y creo que sí, uno de los impactos súper fuertes, además de la carga física, es la carga mental y emocional que implica todo esto y creo que todo. Retomo lo que antes decía sobre la sobre el tema de las condiciones de clase, porque creo que también todos y todas tenemos miedos, preocupaciones, tenemos afectación en la salud mental. Unos, por ejemplo, podemos tener miedo a que no despidan, pero de momento puede ser que tenemos salario, pero tenemos personas dentro de nuestras familias quienes no tienen. Entonces eso nos implica una carga emocional y mental para ver cómo resolvemos el bienestar de todos y todas, entonces hay una en un incremento en esa carga mental, ese trabajo mental que incluye los cuidados.  

Pero por otro lado, creo que todavía es más fuerte para la gente que no tiene ingresos fijos, entonces sí de por sí tenerlos y tener miedo de perderlos. Es preocupante no tenerlos y verse diariamente con la duda de qué vamos a comer. Es sumamente pesado y por eso también me impactó mucho… Creo que fue Factum que, cuando se dijo lo del transporte público no va a poder circular, hizo una nota. Uno de los periodistas de Factum se subió al bus y estuvo escuchando ahí, preguntando y entonces una de las cosas que comentaban era que una señora vendedora de agua embotellada le preguntaba al motorista que si es verdad que no iba a haber transporte, que ella tenía que salir obligatoriamente con el riesgo de ser detenida, que tenía tres hijos a quienes tenía que darles de comer.  

Entonces, el trabajo de cuidados también implica todas esas decisiones que las mujeres vamos tomando diariamente para resolver. Para intentar garantizar la continuidad de la vida. 

Y eso muchas veces es a costa de nuestro propio bienestar, a costa nuestro de renunciar al autocuidado y este día también creo que lo que comentaba de la empleada le colabora, que trabaja con ella, también me recuerda todas esas experiencias de las mujeres trabajadoras del cuidado, migrantes que a la distancia cuidan a sus familias, cuidan desde desde el tema del envío de remesas, hasta al estar llamando al menos pendiente de qué está sucediendo con su familia. Entonces creo que una decisión al final de esta trabajadora, que sí puede tener un mayor bienestar personal estando ahí, tienen ciertas cosas garantizadas, pero muy probablemente me atrevo a decir que su decisión de quedarse también tiene que ver con que siente que de alguna manera contribuye más a su familia estando lejos, que esa es otra manera de cuidar. Y eso es una carga emocional que las mujeres trabajadoras, remunerados del cuidado, asumen diariamente.  

Y la otra se la dejó a Ili.  

Iliana Alvarez: Gracias Julia. A mí me gustaría ser brevemente muy puntual sobre lo que comentaba Elizabeth. ¿Por qué? Porque le toca un aspecto fundamental que sí ha sido del lado a partir de la emergencia por COVID19, y es el tema de la reconfiguración o de la reestructuración de las redes de apoyo en el tema de cuidados. ¿Por qué? Porque en los países latinoamericanos, un papel fundamental en el cuidado de niños y niñas y en el cuidado de personas con enfermedades crónicas lo juegan las abuelas. Pero ¿qué sucede con el COVID19? Las abuelas pasan a ser un grupo altamente vulnerable y con riesgo de muerte ante el contagio. Entonces, digamos que en el escenario ideal las abuelas tendrían que haber cesado las actividades de cuidado y ser sometidas a medidas estrictas de aislamiento.  

Pero sabemos que eso no es solo decirlo y hacerlo, ¿verdad?. Ya no tuviéramos tantos casos, ya no estuviéramos en cuarentena si los escenarios ideales de cumplieran, sino que hemos tenido entonces que también hablamos de un escenario complejo de cuidado, porque en muchas ocasiones, cuando se ha buscado seguir el manual sanitario, pues la familia se han quedado sin éste. Sin esta rama del cuidado que representan las abuelas. Pero por otro lado, también están las abuelas que continuaron con su actividad, que continúan hasta hoy con su vida. Y entonces están cuidando con alto riesgo de contagio, porque sabemos que niños y niñas pueden ser incluso vectores asintomáticos. Entonces no hay necesidad de decir que hay alguien enfermo. Por eso la tenemos que aislar. Eso puede llegar de cualquier manera a los hogares. Este es un elemento bien importante porque el COVID19 ha traído a colación esa reconfiguración.  

 En el caso de la situación particular de las empleadas del hogar remunerada, sabemos que en El Salvador este es un ámbito de trabajo que está entre lo no monetario y lo monetario.  Hoy existen iniciativas, como por ejemplo, que desde la parte patronal se puede inscribir al Seguro Social, pero esto no es vinculante ni obligatorio. En ese sentido, los índices de inscripción al seguro son bastante bajos. Antes, justamente antes de la cuarentena, también tuvimos un decreto para que se instauraron un salario mínimo al sector de trabajadoras del hogar remuneradas, y esto ha quedado prácticamente en el olvido ante los temas que la emergencia ha puesto sobre la mesa, sabemos que son más que todo temas macro donde se ha dejado estos aspectos más particulares de la AFP. Eso por una parte. Y segundo, con la pregunta que nos hace, Iveth, si no me equivoco sobre si existe alguna ley. Fíjese que aquí, y esto es parte también de los diagnósticos que hemos trabajado desde la Fundación,es que qué leyes existen, leyes que atienden a los grupos que son receptores de cuidados existen.Por ejemplo, tenemos múltiples leyes que favorecen los derechos de las mujeres. También tenemos leyes que atienden la situación de la niñez y la adolescencia. También tenemos leyes que atienden la situación de personas con discapacidad,pero todos estos son esfuerzos legislativos y los queremos ver, así que están como dispersos en el escenario y en el ideario y en el campo de acción de política pública en El Salvador. Lo que proponemos, tanto desde los espacios de la sociedad civil y de organizaciones de mujeres que ven el tema de cuidados como la academia, es que se pueda aprobar una política nacional de cuidados. Si ese es nuestro horizonte, quizás de mediano y largo plazo, pero pensamos que la emergencia por COVID19 y la crisis es es bueno… siempre ha sido un momento bueno para que se apruebe, pero hoy es primordial hablar de la necesidad de una política nacional de cuidados que saque, que desprivatice los cuidados de los hogares y lleve y asigne responsabilidades con un enfoque de corresponsabilidad social en los cuidados, que asigne responsabilidades, por ejemplo, a instituciones empleadoras y al Estado, para que garantice sistemas integrales de cuidado que descarguen a las mujeres a los hogares y dentro de los hogares a las mujeres de este tiempo de trabajo necesario para reproducir la vida, que no es obligación solo de los hogares, no es obligación solo de las mujeres, todos y todas dentro de la sociedad tenemos que garantizar la sostenibilidad de la vida y eso sabemos que en el mediano y en el largo plazo trae beneficios incluso para los indicadores de desarrollo de un país.  

 Y con esto hablamos del desarrollo humano. No estamos hablando de crecimiento, estamos hablando de indicadores sociales, de bienestar. Entonces, más que ley, leyes existen, necesitamos una articulación de todos los elementos que posibilitan la vida dentro de una política nacional de cuidado. Pero claro, esto pasa por todas aquellas cuestiones de voluntades políticas, de cambios culturales, etc., pero es necesario colocarlo de manera insistente para que sea tomado en cuenta en las perspectivas de desarrollo. No estoy tan segura si en un gobierno como el que tenemos, pero sí definitivamente en uno que tenga un ideario distinto y con eso cerraría yo.  

 Gracias. Elizabeth tiene una repregunta, pero la vamos a dejar un poco después y así retomamos este tema. Por ahora quiero darle la palabra a Carolina, que quiere compartir un comentario también.  

Participante Hola Ili. Hola Julia. Bueno, yo con la experiente que estaba contando Elizabeth y un poco lo que estaba hablando también, yo recordaba y creo que ya se había comentado a Laura que en el edificio en el que vivo he tenido la oportunidad de hablar con tres mujeres que son trabajadoras del hogar y que se han quedado acá en el edificio trabajando, cuidando a los niños, a las niñas, haciendo el trabajo. Tienen lo que tiene la cuarentena de estar aquí, de no ir a sus casas y vos ves a esas mujeres… y bueno, yo les pregunté pero por qué no han ido. Porque sus empleadores o sus empleadoras las pusieron ante la desición de si te vas, no regresas porque podés traer la enfermedad a la casa y si te vas no te voy a pagar. Entonces se enfrentan con esta decisión en términos económicos.  Pero claro que para mí es bien importante, pero también me pongo a pensar en la carga emocional que todas estas mujeres están viviendo.  También al quedarse acá saben probablemente que están estables, económicamente estable, entre comillas, porque siguen recibiendo un salario. Pero la carga emocional de no saber cómo están sus hijos, sus hijas, solo hablar por teléfono con ellos. No saber si la persona que los está cuidando, es decir su abuela, su tía o la red con la que cuenta, se le ha facilitado ir a comprar la comida o garantizarle los cuidados mínimos a sus hijos o a sus hijas.  

Es que no sé, no sé, es mi impresión, pero no sé qué tanto se está hablando de esa carga emocional que estas mujeres están sufriendo también, que yo creo que tampoco es como que son benévolos los empleados, los empleadores, perdón, que les han dicho, ‘pero te estoy pagando el pan en mi casa y te sigo dando tu salario porque también’. Hay una carga emocional ahí que no sé cómo están lidiando ella con eso, porque creo que no es sólo mi opinión y mi primera percepción, pero las veces que he conversado con ella son mujeres que evidentemente no pueden dejar de pensar en sus hijos ni en sus hijas. No pueden dejar de pensar en que no saben las condiciones en las que están viviendo sus sus hijos y sus hijas. Ahorita las tres tienen personas a su cargo en su casa respectivas, pero tienen que quedarse acá para seguir recibiendo un salario. Entonces reflexionaba sobre eso y no sé si pueden ustedes como reflexionar sobre esas condiciones emocionales también. Y tenía otra pregunta, pero ya la contestaba Julia e Iliana. ¿Qué protección posible o qué mecanismos de protección hay para estas mujeres también? Yo sé que, aunque legales, no hay muchas. Y ahí también hablaba un poco sobre de parte de la sociedad civil. ¿Qué es lo que se está exigiendo? Pero más allá de la exigencia, ahorita, con las condiciones reales que existen, ¿qué protección, a qué protección tendrían acceso y si es posible la protección?  

Laura Aguirre Yo solo quiero darle brevemente la palabra de nuevo a Elizabeth, que tiene algo que decir con respecto a esto que está diciendo Carolina.  

Participante Hola, sí, gracias. No, yo lo estaba comentando que la señora que trabaja conmigo sí me ha estado contando constantemente. Ya van dos o tres personas que me va diciendo a ella que les han quitado el trabajo porque no quieren presentarse a trabajar y en uno de los casos la señora no podía quedarse sin trabajo. Tuvo que aceptar entrar y quedarse seis meses sin salir de la casa para que no le quitaran el trabajo, porque eso fue lo que le dijeron los empleadores . Si  Puedo estar mintiendo entre los seis meses, pero son un tiempo largo que le dijeron ‘te tenés que quedar y si te quedas así tenés el empleo. Si no, mejor ya no vengas’. Y ya van tres casos que ya me cuenta por el estilo.  

 Laura Aguirre Muchas gracias Elizabeth. Quizás antes de que comenten Iliana y Julia le puedo plantear dos preguntas más para que hagamos como un bloque  y así podemos aprovechar más el tiempo.  

 Iveth Orellana pregunta que cuál consideran ustedes que será el rumbo que tomará la economía de cuidados. Luego de esta situación ¿se profundizará más la crisis de el trabajo de cuidado con el teletrabajo?. Y luego Tania también pregunta si, como en otros países como donde ella vive, existen algo que se llama como Caja de resistencia, que son redes comunitarias, feminista, de trabajadoras del hogar, madres y parental, etcétera, que se cuidan y se auto cuidan con producción de alimentos duros, con turnos de cuidado, etcétera. ¿Qué tanto están organizadas estas redes familiares comunitarias en El Salvador?  

  Y ahí cierro el micrófono  

Julia Aguilar  OK, a ver que a mi me parece que sí, que definitivamente es esto uno de los problemas y yo creo que también ha habido una decisión equivocada de las autoridades de gobierno de posicionar la situación como decidir entre la salud y la economía. Yo creo que no es así la situación y creo que al contrario. Si lo ponemos así, confrontada, la decisión sobre salud y la economía, resulta que la gente termina priorizando la actividad económica porque … No sé cómo explicarlo, pero es una decisión inmediata. El COVID19 todavía es una posibilidad, un riesgo alto. Puede ser, pero todavía es una posibilidad. Pero el morir de hambre es algo que puede pasar en lo inmediato. Entonces aquí quiero hacer un símil bien duro en realidad con el tema de la violencia. Existe mucha gente dice, por ejemplo, que por qué las familias emigran sabiendo los riesgos que hay en toda toda la ruta migratoria. Ya sabemos que a las mujeres las abusan sexualmente, que ya sabemos que les pueden secuestrar sí, pero de eso, aunque es prácticamente seguro que eso va a pasar, todavía continúa siendo una posibilidad. Pero el tema de la gente que está viviendo en zonas ya sea controladas por pandillas y tienen amenazas de las pandillas o por el contrario, acoso policial, acoso militar, eso está pasando en lo inmediato. Entonces la gente tiene que decidir entre o corro el riesgo de que una cosa suceda o asumo el riesgo de algo que está por pasar. Entonces, creo que esos es algo que se ha manejado mal.  

Creo que las decisiones gubernamentales deberían más bien estar encaminadas a garantizar que la gente pueda quedarse o pueda cumplir con la cuarentena, por ejemplo, pero sin tener el riesgo de pasar hambre. Entonces creo que esa es una de las de las cosas y creo que a muchas, entre ellas las trabajadoras del cuidado remunerados, les está sucediendo y entonces les toca asumir esa carga emocional muy fuerte, de no de quedarse. Y eso pasa, como decía Ili en su introducción. Eso ha estado pasando desde siempre, mucho antes del COVID, las trabajadoras del hogar remuneradas, por ejemplo, las migrantes, pasa que les quitan los documentos, etcétera. Entonces pasa diariamente que ellas tienen que decidir quedarse indefinidamente ahí sin ver a sus familias para poder garantizar un ingreso que necesitan y asumir esos costos emocionales. Ahora, el gobierno simplemente lo viene a evidenciar mucho más. Entonces ellas tienen que arriesgarse o tienen que tomar esa decisión de estar lejos y no poder supervisar directamente el bienestar de su familia con tal de garantizarlo. Y con lo de que sí se puede profundizar la crisis de los cuidados. Yo creo que sí. Yo no veo lastimosamente un panorama favorable no, pese a que de alguna manera se puede estar hablando un poco más de los cuidados en estos días.  Yo creo que eso todavía no va a generar una revolución en este sentido. Muy probablemente se termina incluso normalizando o se pasa esta sobrecarga de trabajo podría llegar a pasar o hacer parte de esa nueva normalidad y eso me parece bien, bien, bien serio y bien grave. Y creo que también, por ejemplo, el teletrabajo, bajo la excusa,  de los empleadores de darles mayores oportunidades a la gente para que garantice el bienestar de sus familias, que no se contagie. Y por el otro, bajo la necesidad real que tenemos las familias de garantizar ese bienestar, hay un aprovechamiento de parte del capitalismo para trasladar costos de los de las empresas a las familias. Entonces, yo creo que ya se está viendo el teletrabajo está incrementando el, por ejemplo, los gastos de energía eléctrica y eso está siendo asumido dentro del presupuesto familiar, con la compra de mascarillas o lo que sea. Todos esos costos extras que han venido con el COVID y que si se reactiva la economía igual vamos a tener que estar asumiendolo por un tiempo, al menos. Entonces creo que van a ser una sobrecarga para la familia y para las mujeres y me parece bien riesgoso que sean parte de lo que están llamando la nueva normalidad. Y por último lo de las cajas de resistencia, pues la verdad no hay mucho, no tenemos mucha información sobre eso. Hay unas organizaciones que están tratando de hacer un diagnóstico de esas iniciativas, dado que todavía no nos permitió hacer una reunión que teníamos programada para conocer los resultados de ese diagnóstico. Pero por ejemplo, dentro lo que nos comentaron era que la misma gente a veces si tiene alguno los huertos comunitarios, ese tipo de cosas, pero no lo reconoce aún como prácticas de cuidado y quizá mucho menos como práctica feminista. Entonces, creo que hay algunas cosas que sí se están haciendo, pero pocos y todavía no podríamos pensar que es algo que pueda.  replicarse, creo yo, tan fácilmente en otros lugares. Pero ojalá que sí, que por la misma necesidad esto pueda empezar a suceder en más comunidades y que se den muchos más esfuerzos solidarios.  

Laura Aguirre Gracias Julia- ¿Ili querés agregar algo más?  

Iliana Álvarez Sí, sí odavía tengo tiempo.  

Laura Aguirre  Sí, claro, tenemos un par de preguntas más.  

Iliana Álvarez Así que voy a tratar de ser bastante puntual. Voy a tocar tres puntos, el primero,  el que mencionaba Caro, que me parece fundamental. También eso debe estar en letras mayúscula, no sólo a partir de la crisis por COVID19, sino que ya era un tema altamente delicado, ya estaba en crisis en su sector también y en el sector de la salud mental.  ¿Qué ha sucedido con la crisis sanitaria y las medidas de confinamiento? Esto del estrés y esto de la desesperación, ha colocado el tema nuevamente. Pero hay que tener la claridad de que en El Salvador ese es un tema altamente descuidado y con un bajísimo nivel de inversión social en materia de salud mental. No necesitamos una crisis sanitaria para que la sociedad ya estuviera desequilibrada por los temas de pobreza, por los temas de violencia, por los temas de inseguridad. La salud mental ya estaba bastante dañada de la crisis entonces, pero es, al igual que el tema de cuidados, una oportunidad de oro que coloca al Covi XIX para poner atención en temas y cada uno menciona un caso muy específico de las empleadas del hogar del lugar donde ella vive. Pero la crisis de salud mental actualmente es generalizada en todo el país. Dentro de todos los hogares, sí, y sobre todo teniendo en cuenta que no es que se ha procurado que suceda distinto. Al contrario, la forma de la comunicación oficial alrededor de la crisis ha sido una comunicación de paranoia, de depresión, etc.  Hay que tener en cuenta esos elementos.  

Con los que nos… se me va el nombre de la persona que preguntó  de las medidas inmediatas. Bueno, creo que Caro lo colocó también cuáles serían como medidas inmediatas de protección a las trabajadoras del hogar, es decir, qué era. Por lo mismo que en un sector que no está regulado, pues algún lugar donde acudir no tienen, pues, pero sí podemos pensar que aquí juega un papel muy importante, por ejemplo, los las estrategias inmediatas que los gobiernos han impulsado no solamente el gobierno del Salvador, sino con los gobiernos de Latinoamérica, como son las transferencias en efectivo directas a los hogares que han caído en pobreza inmediata por el paro productivo. Y aquí también juega un papel muy importante la entrega de paquetes alimenticios, así como las famosas canastas que ayer el presidente primero entregó por una página web y después las iban a entregar casa por casa el domingo y al final no sabemos como la van a entregar. Pero estas medidas así no se pueden hacer con esa ligereza. No se pueden hacer de manera improvisada porque son precisamente este tipo de mujeres afectadas por la pandemia y sus familias las que deben ser rigurosamente y normativamente las beneficiarias de este tipo de asistencia porque son las únicas salidas que tienen  para suplir escenarios extremos, no sólo de pobreza por ingresos, sino que de hambruna, porque en El Salvador escenarios que no habíamos tenido en mucho tiempo ya estamos viendo casos de hambruna y eso es sumamente delicado, cómo va a persistir esta situación.  

 Bueno, otro ejemplo del caso de las trabajadoras del hogar cuando se dieron las crisis fuera de los Enade, la fotografía ahí era el rostro de la informalidad que llamamos. Eran las mujeres comerciantes minoristas. Eran las mujeres trabajadoras del hogar que habían visto recortado su su su ingreso de un día para otro, y así muchas economías de subsistencia. Eso con respecto a las trabajadoras del hogar.  

Y finalmente, con la compañera que preguntaba que cuál consideran ustedes que será el rumbo de la economía del cuidado. Pues aquí podemos ver dos escenarios. Aquel en el que esto sigue sin estrategia y sin políticas alrededor del tema de cuidado. Y obviamente, la crisis se va a profundizar y lo que vamos a ver es que, además, la crisis va a pasar a ser parte de la nueva normalidad, como lo decía Julia. Va a parecer normal teletrabajar va a parecer normal. Se está hablando ya de la virtualización, de la educación. En un país con bajos niveles de acceso a internet, etc. Además, también se ha mencionado, me parece un elemento muy importante, aquellos hogares que tienen menos acceso a recursos virtuales. También son los hogares que tienen jefatura o responsabilidad parental de menores calificaciones. Entonces, esto de la escuela en casa en realidad es un elemento bien importante de debatir. Debería ser un punto de honor en la lucha feminista de cara al tema de cuidados en la crisis. Y es que aquí también está el otro escenario con esto de la crisis. Y es que miren, es lamentable, y esto yo lo digo así abiertamente, como el vemos diferentes países, no digo que todo, pero la tendencia mundial es que los gobiernos han puesto su mirada en retomar economías de bienestar, han puesto su mirada en un reto en recuperar o fortalecer los sistemas de salud. ¿Por qué? Porque el tema de los cuidados, el tema de garantizar la vida, para no volver a caer en estos escenarios, abandono de los sistemas de salud que nos llevó a tener estas crisis de contagios y de muertes, para que esto no vuelva a suceder, la tendencia mundial es mirar hacia el bienestar, pero es alarmante que en El Salvador vamos en el sentido contrario. Parecería que el escenario es todo lo que no se está planteando en el mundo, que lo estamos haciendo, pero para la otra dirección. Entonces, ¿qué pasa? parecería que nos ha tocado el peor presidente del mundo y el fiscal decía que para poder atender o enfrentar esta crisis es la hora de dejar a mentir. El manejo que se ha hecho en México de la crisis es abismalmente diferentes. Y es que opuesta opuestos, como se está haciendo en El Salvador. Entonces es bien importante esto porque tuvo una oportunidad de oro. Parecería utópico, parecería idealista, pero la tendencia mundial es virar hacia políticas que procuren el cuidado. ¿Y el salvador? Vamos en sentido contrario. Aquí sí le invito a que puedan informarse de las propuestas con la que ya se cuentan y que en la medida que puedan, ya sea a nivel de redes sociales o a nivel de actividades de calle, cuando podamos volver a las calles o a los espacios tomadores de decisión, pues que estén pendientes y puedan apoyarnos, porque si hay una lucha en El Salvador para que  se reconozca el trabajo de cuidado y se pueda ejercer y implementar políticas alrededor de este tema. Entonces, si quedan como esos dos escenarios y desafortunadamente pues el más pesimista, es el que parece el más probable, entonces con eso cerraría yo mi práctica.  

Laura Aguirre  Y gracias por eso, Ileana, porque creo que lo que podemos hacer después es que a las que han participado acá les podemos enviar por correo electrónico esta propuesta. La política de la que hablábamos de que ya hay una política que es PAC, que se quedó básicamente para ser aprobada, entonces, como es importante también leerla y conocerla. De cuál ha sido el camino recorrido en este momento y se lo podemos compartir por correo. Hay dos últimas preguntas. Con esto ya nos pasamos un poquito el tiempo, pero no quiero dejarlas pasar. Son dos nada más y luego podríamos hacer un cierre.  Le gustaría saber qué opinan sobre lo que pasará con los hijos de madres y padres que trabajan fuera de casa cuando no se levante la cuarentena al mismo tiempo que los centros escolares ¿quién asumirá estos cuidados de los hijos que deberán quedarse en casa cuando las madres o padres ya no puedan hacerlo? Esta es una. Y luego, retomando lo último que tú dijiste, Julia, sobre estas iniciativas que hay sobre algunas cosas, sobre huertos, etcétera, que todavía no son iniciativas feministas tal cual. Elena pregunta. ¿Qué relación podemos hacer entre la crisis que estamos viviendo ahorita con la crisis ambiental, alimentaria y de la economía del cuidado? Si esto es viable también cuando El Salvador se sabe que tiene un problema de no soberanía alimentaria.  

 No sé quien quiera empezar o quizás contesta una cada una, pregunta, cada quien.  

Julia Aguilar  Este primero, me parece que hay una relación totalmente directa entre la crisis ambiental y la crisis de los cuidados, sobre todo en el caso de los espacios más comunitarios. Esto también previo a la crisis. Por ejemplo, toda toda la contaminación, por ejemplo, por agroquímicos ya tenía las comunidades y a las mujeres en las comunidades, haciendo un trabajo extra de cuidado por atender a personas enfermas con enfermedades renales crónicas entonces o por ejemplo, que toda la todo el riego de los pesticidas estaba dañando los alimentos, las frutas de los árboles,  los sembradíos que podían tener para consumo de subsistencia dentro de las comunidades se está dañando también. Entonces hay una relación directa entre la crisis de cuidados y la actividad económica y la crisis ambiental. Entonces eso también está afectando, por ejemplo, el tema del agua. La crisis hídrica depende también no solo de la cuestión climática, sino también de la de la actividad económica y de la gestión que se ha hecho. Quiero traer a colación acá un comentario que hizo el ministro de Medio Ambiente, él mencionaba. Que una forma de forestar era a través de monocultivos como la caña y me pareció una afirmación bastante preocupante porque ha sido el cultivo de la caña una de las de las actividades más contaminantes y que más ha puesto en riesgo la seguridad y soberanía alimentaria de las poblaciones y las comunidades. Entonces este ya para aterrizar. Yo creo que sí, que hay una relación directa. Creo que si bien eso de los huertos comunitarios no es a gran escala, no va a votar el capitalismo inmediatamente, pero creo yo que sí, es una apuesta muy fuerte de resistencia. Es una puesta que, además, desde las políticas públicas debería promoverse. El Ministerio de Agricultura podría aprovechar esta situación para  promover este tipo de cosas que igual y al mismo tiempo debería empezar a abandonar la política que desde finales de los 90 se tomó de priorizar la importación de granos básicos en lugar de potenciar la producción agrícola nacional. Entonces, creo que hay, como dice Ili, una oportunidad de oro. No sé si la van a aprovechar desde desde las instituciones del Estado, pero yo creo que sí deberíamos, tanto en la zona urbana como en la zona rural, promover ese tipo de formas de resistencia comunitarias y familiares que aunque sea una maceta y sembrar tomates, es un acto de resistencia que puede contribuir a reducir los impactos económicos que está teniendo en las familias esta crisis del COVID.  

Iliana Álvarez Me voy con la otra pregunta que surgía y que decían qué pasará con los hijos y las hijas de madres y padres que trabajan.  Mire, yo aquí veo tres escenarios posibles. Este es el escenario extremo en el que los niños y las niñas, dependiendo de la edad, pues se optará porque quedan solos en casa  y se van a reforzar otros protocolos de seguridad. Digamos, las familias van a tomar, aquellas que pueden, porque claro estas salidas dependen también del nivel de ingreso de los hogares, reforzar otro tipo de medidas de seguridad. Ese es el escenario extremo. Tenemos también el otro escenario, que depende del nivel de ingreso, y es que se contratarán servicios privados de cuidado.  Es decir, si no hay escuela, pues seguramente se van a habilitar otros espacios. El capital no se ha dormido y la oferta privada de servicios de cuidado, con un enfoque bastante mercantilista, va a surgir a partir de esa necesidad. Entonces, es muy probable que existan también grupos de hogares que opten por este colocar a sus hijos o resguardar a sus hijos en este tipo de estancias, de casas de cuido. Y bueno, el tercer escenario, en el que además ya se está viendo en los países de Europa y Asia que han retomado actividades, es que se están sacrificando plazas de trabajo remunerado para quedarse en casa o plazas de trabajo exclusivo de cuidados no remunerado. Entonces, aquí, cuando se toman estas decisiones dentro del hogar, obviamente se prioriza el ingreso y se prioriza la entrada económica del hogar. Y en países como el nuestro, aunque existen casos en los que no sucede, pero volvemos a que es el caso promedio el que interesa, el ingreso más bajo dentro del hogar dentro de una pareja suele ser el ingreso de la mujer. Y esto, sumado a que se asocia la figura de la mujer como la que puede ser mejor cuidadora, porque sabemos que es una cuestión cultural y machista. ¿Pero entonces qué pasa? ¿Quiénes creen ustedes que van a ser las sacrificadas a la hora de decidir si se retoman las actividades laborales o se quedan en casa cuidando a los niños y niñas, sobre todo en las primeras edades? Cuando no puede uno simplemente decir se quedan solos o ver quién los cuida. Para mí son como los tres escenarios que deja esta situación y es bien importante hablarlo porque el anuncio que han hecho las autoridades es que  literalmente dice en las escuelas fueron las primeras instituciones en cerrar y serán las últimas en abrir. Entonces, este es un escenario que vamos a ver y esto pues obviamente va a profundizar o a seguir precarizando las condiciones ya malas en las que las mujeres se insertan en los mercados laborales. 

Laura Aguirre Bueno, muchas gracias, nos quedamos también ahí en el tintero con algunos comentarios, pero me voy contenta porque creo que este es un tema que da para más. Por favor, Julia e Iliana dejen sus puertas abiertas para que volvamos a estar de nuevo juntas y platicar. Quisiera que cerraramos, sé que ya lo dijeron en alguna de sus intervenciones, pero al cerrar con ¿creen que hoy por hoy hay una posibilidad o alguna posibilidad de que el trabajo de cuidados, al menos en el discurso público, se ubique como prioritario? Ven algunas luces ahí y si no, que ustedes piensan que se puede hacer de nuestros espacios de vida cotidiana.  

Julia Aguilar  Bueno, como les decía esta, no, lastimosamente no estoy muy optimista en que esto termine siendo una prioridad pública. Yo creo que por un lado la discusión de los cuidados ha ganado terreno en, poquito, pero ha ganado cierto terreno en la discusión académica y dentro del movimiento feminista, pero creo que todavía falta…Buneo y  el movimiento feminista estamos tratando de que estas discusiones lleguen a otras mujeres en un estado participando en el movimiento, pero creo que aún es poco. Creo que la única manera de que llegue con mayor rapidez sería si se asumiera como un compromiso de Estado. Pero no estoy viendo ese compromiso y más bien lo que he visto hasta el momento de  lo que va del Gobierno, creo que ha habido retroceso en la decisión de esto y me parece un bastante desacertado.Entonces creo que ha habido más bien hay un enfoque muy maternalista de los cuidados en esta administración.  Todavía tienen tiempo para corregir. Ojalá que ojalá que lo puedan hacer y que lo asuman, pero de momento no lo veo y creo que en todo caso, si hay algún algún apoyo va a ser desde la visión de combate a la pobreza.  

Entonces, desde retomar todo esto de las transferencias monetarias condicionadas,  la pensión básica universal, la de estos paquetes, que es más por que para que la gente no se muera de hambre, que yo no digo que no quiero desmerecer, no digo que no contribuyen pero no resuelven la problemática ni son de carácter universal. Entonces creo que esto todavía todavía falta, y mucho menos si se mantiene ese enfoque maternalista. Porque entonces, para seguir definiendo que la carga continúa en las mujeres, entonces, por ejemplo, en el caso de las transferencias condicionadas era el compromiso desde gobiernos anteriores era que las mujeres recibían este ingreso, pero a cambio de garantizar que los niños y niñas asistieran a la escuela y también a sus controles de salud. Entonces eso estaba poniendo bajo la responsabilidad de las mujeres esto, y no de la familia, no de la comunidad o del Estado, sino de las mujeres.  

 Entonces, yo creo que lo ideal sería buscar nuevos procedimientos para garantizar que esas, esas medidas lleguen a la gente que  realmente lo necesita. Entonces, segundo, que sean manejados los recursos públicos con la debida transparencia y rendición de cuentas. Pero es fundamental que además de  todo eso, se cambie ese enfoque y que no sea, no se continúe con esa esa visión maternal, sino trascendemos a una, a una visión de corresponsabilidad social.  Y otro tema que creo que también debería debería asumirse, es ejecutar  el Convenio 156 de la OIT para garantizar la igualdad de oportunidades para trabajadores y trabajadoras con responsabilidades familiares. Creo que en este momento concreto y con todo ese tema del teletrabajo,  este convenio que está ratificado por El Salvador, Desde hace tiempo, pero que no le han dado la debida prioridad. Entonces es momento de hacerlo. O sea, es necesario que tanto para las mujeres que trabajan en el empleo formal como las que hasta el momento están en el empleo informal, se generen oportunidades para garantizar el cuidado. De lo contrario, va a pasar exactamente lo que Ili estaba planteando en esos, en esos escenarios y es bastante preocupante. Este convenio nos dice que el Estado está obligado a generar medidas para las trabajadoras y trabajadores que tienen responsabilidad de cuidado, puedan acceder al empleo en igualdad de oportunidades que los otros trabajadores y trabajadoras. Y repito, para que lo conozcan este les invito a leerlo. El convenio 156, de la OIT. Y por último, repito que no lo veo aún a gran escala, pero sí tengo la esperanza que como una labor tanto de subsistencia como de resistencia,  a nivel comunitario se empiezan a hacer este tipo de esfuerzos más solidarios. Entonces creo que hay algunas experiencias interesantes de cooperativas de vivienda, de cooperativas de producción y creo que se puede trascender a esto. No recuerdo ahorita perdón quien lo comentaba, pero que son iniciativas de economía del cuidado,  de economía solidaria, del cuidado. Entonces tengo la esperanza que eso vaya, por lo menos va a ir tomando, por la misma necesidad un mayor, un mayor avance en el país. Y aprovecho para agradecerle la oportunidad y por supuesto, estoy en disposición de continuar con otros espacios como este.  

Laura Aguirre  Gracias, Julia. Ili. 

Iliana Álvarez  Brevemente, ya como cierre con la pregunta de si vemos como posibilidades. Yo sí soy clara, digamos, percibo que al menos con el gobierno actual, desde la articulación de políticas públicas, el escenario es adverso y más que ni siquiera podemos estar pensando en cómo lo colocamos . Es lamentable que ya lo teníamos colocado y que hemos perdido ese espacio que ya se había ganado, porque sabemos como se han mellado los espacios de participación, de consulta ciudadana con este gobierno . Podemos tener como la esperanza de que se retomen estos temas, porque en materia de derechos de las mujeres, en materia de política de cuidados, por ejemplo, el presupuesto en educación, en salud, del presupuesto, medio ambiente, hemos visto recortes y igualmente, por ejemplo, en iniciativas como Ciudad la Mujer y la pérdida de secretarías estratégicas como la Secretaría de Inclusión. Lo que vemos aquí es un retroceso una pérdida del enfoque de derechos por parte de la política pública. Yo lo veo difícil con la pregunta de qué podemos hacer. Pues a mí me parece que hoy es cuando no se debe desistir en los esfuerzos de investigación, en las propuestas, digamos, desde la academia. Tampoco se debe desistir en los esfuerzos organizativos para seguir teniendo esta carpeta de temas estratégicos de los que no debemos perder la vista, como es el tema de derechos de mujeres, tema de corresponsabilidad social en cuidados, el tema de soberanía alimentaria, el tema de la necesidad, hoy más que nunca de sistemas fortalecidos de salud que al final toda la red de la vida y la red de los cuidados a los que debemos tener acceso por un orden fundamental,  constitucional. No es una cuestión de que si un tema cabe o no dentro de una agenda es una cuestión de cumplimiento de derechos  . Por otra parte, también retomar un poco lo que ya mencionaba Julia. Es bien importante no perder de vista o ver de qué manera se puede alimentar las redes comunitarias de cuidado que definitivamente plantean una visión alternativa desde otra ruta,  otra puerta, para poder plantear también soluciones a los problemas del cuidado de la sociedad. Con eso cerraría . 

Gracias Iliana. Gracias Julia, de verdad. Lastimosamente tenemos que despedirnos nos quedó corto el tiempo. 

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