
El próximo mandato de Donald Trump podría traer implicaciones significativas para los derechos humanos. Helena Olea, vicedirectora de programas de Alianza Américas analiza cómo las políticas de su administración podrían afectar áreas críticas como el acceso al asilo, los derechos laborales y los servicios de salud reproductiva.
La posibilidad de mayores restricciones al asilo por violencia de género, recortes a programas internacionales de ayuda y medidas discriminatorias genera preocupación entre defensoras de derechos humanos. Helena Olea subraya la necesidad de resistencia y organización ante lo que podría significar un retroceso en los avances hacia la igualdad y la justicia social.
¿Cómo podrían afectar las políticas de Trump en torno a la migración y deportación a las mujeres migrantes y a las personas de la comunidad LGBTIQA+ que buscan asilo en Estados Unidos, especialmente aquellas que huyen de violencia de género o persecución por su orientación sexual o identidad de género?
Es muy probable que la administración Trump, en esta segunda vez, vuelva a establecer las mismas restricciones a las políticas de asilo por violencia de género que ya observamos en la primera administración Trump. Es importante recordar que fue el fiscal Jeff Sessions quien limitó la regla que interpretaba que las víctimas de violencia de género caben dentro de otra razón, otra causa de persecución, otro grupo social y bajo ese criterio era que se les otorgaba asilo en Estados Unidos.
En torno a la comunidad LGBTIQA+, es muy probable también que veamos restricciones consistentes con las promesas de la campaña. Pero esto también debe interpretarse, no sólo en términos de quienes ya se encuentran dentro de Estados Unidos con procesos de asilo vigentes, ya sea ante las cortes de migración o ante los oficiales de asilo. Es importante diferenciar que en las cortes de migración son procesos adversariales en que hay un funcionario que representa al Gobierno que está cuestionando que la persona realmente tenga un caso de asilo o los procesos afirmativos que son unos procesos de entrevista ante oficiales de asilo. Es muy probable que se den directrices claras para restringir los dos.
¿Qué impacto tendría un segundo mandato de Trump en el acceso a servicios de salud reproductiva, incluido el aborto, tanto para las mujeres estadounidenses como para las migrantes en Estados Unidos que dependen de estas opciones de salud pública?
En materia de acceso a servicios de salud reproductiva, incluido el aborto, lo que hemos visto es muchas promesas de campaña de reducir la capacidad del Estado para proveer servicios públicos y reducir los ingresos públicos con las intenciones de eliminar muchos impuestos. En materia de aborto, Estados Unidos está regido por la decisión del caso Dobbs que eliminó o hizo marcha atrás a la decisión del caso Roe vs. Wade que garantizaba el derecho al aborto en todo Estados Unidos y establecía el deber de los proveedores de salud de ofrecer ese servicio. Desde ese momento, se ha dejado en manos de los respectivos Estados la responsabilidad de establecer políticas al respecto.
Es así como tenemos Estados que garantizan el derecho y el servicio al aborto en todas las circunstancias, por ejemplo, Illinois, New York; y otros que han establecido causales más restringidas para que las personas pueden solicitar el aborto, es decir para las personas embarazadas, dentro de un período de tiempo. A veces un periodo muy restrictivo, a veces se ponen seis semanas, nueve semanas desde el inicio del embarazo y también se restringe solamente para casos de violencia sexual, casos de incesto o de malformación del feto o de un embarazo que genere grandes peligros para la salud de la mujer. Pero esto es más complejo, porque entonces entramos en un campo de interpretación médica y lo que hemos visto en varios casos, incluido el de una mujer que falleció, es que los profesionales de salud temen actuar por el temor a las consecuencias de la persecución penal si toman una acción.
Esto es algo con lo que sin duda alguna ustedes están familiarizados en El Salvador. Y por eso lo que se ha promovido más que nada es que las mujeres viajen a aquellos Estados donde se puede ofrecer servicios de aborto, para eso hay esfuerzos dedicados para proveer de fondos y asistir a las mujeres que están pasando por esa situación. Eso lo vemos que ocurre cada vez con más frecuencia y desafortunadamente ese parece que va a ser el panorama que se viene en Estados Unidos.
¿Cómo podrían influir las políticas de Trump en el ámbito de derechos laborales y protecciones contra la discriminación hacia mujeres y personas LGBTIQA+ en el contexto de la migración laboral en Estados Unidos?
Es muy probable que no veamos a un secretario del Trabajo preocupado por los trabajadores, ya que esa no fue una prioridad en la administración anterior de Trump. Forma parte del credo republicano negar la existencia de la discriminación en general, y sostener que la discriminación por origen, raza u orientación sexual es una invención que no tiene base. Además, en cuanto a las personas LGBTIQA+, ha existido una agenda destinada a demonizarlas, insistiendo en que esto es solo una fase pasajera. Por lo tanto, es poco probable que se implementen muchas protecciones laborales
Pero hay una interesante medida, que es la acción laboral diferida, que permite a un trabajador que sufrió una violación grave a sus derechos laborales, solicitar una protección migratoria mientras continúa la demanda laboral. Esto ha sido una medida muy importante. Ha sido un alivio grande para muchos trabajadores, porque desafortunadamente muchas personas sufren violaciones a sus derechos laborales en Estados Unidos y sin duda las personas migrantes lo sufren en una tasa muy alta porque se aprovechan sus condiciones de vulnerabilidad frente al temor de ser deportadas. Esta acción emerge como una protección.
Es interesante porque es una protección que se ha manejado con algo de cautela; se conoce menos de ella y, por lo menos hasta ahora, no hay ningún anuncio de la administración Trump, pero yo creo que más que nada es porque no la tiene en el radar y esperamos que no se entere de que existe.
¿De qué manera las alianzas de Trump con líderes de América Latina que han tomado posturas nacionalistas y restrictivas (como Nayib Bukele y Javier Milei) podrían intensificar las restricciones de derechos para mujeres y personas LGBTIQA+ en toda la región?
Trump no tiene alianzas con nadie. Trump establece relaciones solamente en la medida en que sean productivas para él. Sí le hace coqueteos a Bukele o a Milei, pero eso no va a significar nada en materia de restricciones de derechos en toda la región.
Lo que sí hemos visto es que en América Latina hay jurisprudencia constitucional, reformas constitucionales que han insistido en ampliar estos derechos. Hemos visto las medidas particularmente regresivas en la Argentina de Milei recién llegado al poder, de tratar de eliminar un lenguaje y una perspectiva de género en la actuación del Estado, pero también en el lenguaje público. Es importante reconocer que las sociedades resisten y que hay un avance en la inclusión, que yo creo que es bastante difícil, reitero, echar para atrás en América Latina. Por supuesto, los retrocesos ya se ven en Argentina y, bueno, en El Salvador también.
¿Cuál sería el posible efecto de un segundo mandato de Trump en la financiación de programas de ayuda internacional y apoyo para mujeres y comunidades LGBTIQA+ en América Latina, especialmente si se enfoca en agendas que limitan estos apoyos?
En general, los programas de asistencia económica de USAID se verán seriamente recortados bajo una administración de Trump. El enfoque de las causas de la migración, en el que se enmarcan estos programas de asistencia, también se verá seriamente limitado. Habrá menos recursos y menos funcionarios encargados de ello. Sin embargo, estos escenarios suelen estar acompañados por otros países que ofrecen asistencia en la región, tratando de compensar, pues entienden la importancia de estos programas. Probablemente veamos a Canadá y a Europa desempeñar roles más importantes para proteger a estas poblaciones, reconociendo que es vital asistir en los países de origen para evitar que estas personas se vean obligadas a migrar.
¿Qué cambios podrían verse en las políticas de asilo para personas LGBTIQA+ y mujeres que huyen de violencia y discriminación en sus países de origen en América Latina si Trump refuerza medidas de “tolerancia cero” en la frontera sur?
Trump ha dicho que una de las primeras medidas va a ser cerrar la frontera para las personas que solicitan asilo. Es importante recordar que ya hay una regla sobre asilo que estableció la administración [de Joe] Biden, que restringe mucho el número de personas que pueden cruzar cada día.
Va a ser interesante ver cuál va a ser el pretexto para cerrar la frontera, porque ¿qué emergencia se trata de cubrir bajo el título 42? ¿O qué otra estrategia tiene? ¿Qué está pensando la nueva administración Trump? Pero efectivamente, esto va a limitar las posibilidades de pedir protección de todas las personas, incluyendo a las personas LGBTIQA+ y las mujeres que estén huyendo de la violencia de género y que lleguen a la frontera.
Las dificultades, la detención y algunos cambios importantes que podría establecer la administración Trump podrían llevar a las personas a buscar otras alternativas de protección en América Latina, descartando a Estados Unidos como opción debido a las muchas restricciones. Creo que vamos a ver una repetición de lo que ya vivimos anteriormente con Trump en el gobierno: se dictan medidas una tras otra. Se restringe la interpretación de lo que es género, de lo que constituye violencia de género, y al mismo tiempo se trata de cerrar la frontera, dificultando el proceso de asilo. Se dan instrucciones para que los funcionarios apliquen criterios cada vez más restrictivos. Aunque hay funcionarios, jueces de migración y oficiales de asilo que probablemente sigan en sus cargos y traten de continuar actuando de manera coherente con su enfoque, sí veremos nuevos nombramientos y orientaciones claras que, en general, serán más restrictivas respecto a estas formas de protección.
¿Cómo podría la administración de Trump influir en la representación y protección legal de personas trans y no binarias en Estados Unidos, incluyendo migrantes y personas indocumentadas, considerando sus posturas anteriores sobre identidad de género y derechos civiles?
La administración Trump podría emitir una orden ejecutiva o tomar acciones que restrinjan la representación y protección legal de las personas trans y de género no binario en Estados Unidos. Sin embargo, existe legislación vigente que Trump no puede derogar por acción del Ejecutivo. Al mismo tiempo, es importante recordar que una persona trans fue elegida para la Cámara de Representantes, convirtiéndose en la primera persona trans en llegar al Congreso de Estados Unidos. Además, también han sido elegidas a cargos en administraciones locales. Esto sugiere que, probablemente, veremos mayor resistencia y protección a nivel estatal, especialmente en aquellos estados con mayorías demócratas o con una vocación de mayor protección.
Sin duda, este será un tema en el que también veremos, en ocasiones, acciones o medidas que son gestos para responder a electorados socialmente muy conservadores que votaron por él, esperando que tome medidas en ese sentido. Esto seguramente ocurrirá, pero la pregunta es: ¿cómo se generarán otras formas de protección a nivel estatal y local? Más que nunca, esto es relevante, especialmente para las personas migrantes y solicitantes de asilo. ¿Dónde están en Estados Unidos? Las personas deben preguntarse si están en un Estado gobernado por los republicanos o los demócratas, o si están en una ciudad gobernada por los republicanos o los demócratas. Esto será casi tan importante como: ¿estoy en un lugar donde tengo familiares o alguien que pueda ayudarme a acogerme? No es lo mismo llegar a un Estado como Texas, Florida o Luisiana que llegar a Nueva York, Illinois o California. Es fundamental comenzar a proporcionar más información al respecto, para informar y empoderar a las personas a fin de que comprendan claramente esas diferencias.
¿Qué implicaciones podría tener un segundo mandato de Trump en la relación entre los movimientos de derechos humanos en Estados Unidos y América Latina, en particular en temas de derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQA+, y qué formas de resistencia podrían surgir ante posibles restricciones?
Es importante reconocer que los momentos en los que nos sentimos más atacados son también oportunidades para unirnos y crecer. Cuando nos enfrentamos a restricciones y desafíos, respondemos con estrategias y alianzas. Ante una administración restrictiva que desconoce los regímenes internacionales de protección y se aísla de las Naciones Unidas, del Sistema Interamericano y otros espacios, el movimiento de Derechos Humanos está llamado a responder. Sin duda, veremos importantes formas de resistencia y colaboración con grupos sociales, incluso para la protección de las personas LGBTIQA+. Existen organizaciones que los protegen, incluidas algunas denominaciones religiosas, sindicatos y otras entidades comunitarias y sociales, además de iniciativas en el ámbito estatal y local.
¿Qué vamos a ver? Sin duda, enfrentaremos grandes desafíos, pero también encontraremos formas de resistir y organizarnos. No será una época fácil para los Derechos Humanos en general. Tenemos al frente a alguien que no cree en ellos, y por eso es crucial que nos organicemos para alzar la voz, evitar la persecución y seguir construyendo alianzas con otros grupos en las Américas.
Los flujos migratorios son un reflejo de personas perseguidas y de quienes no encuentran protección para sus derechos económicos y sociales. La falta de acceso a la salud, la vivienda, los medios de vida afectados por el cambio climático y la ausencia de respuesta estatal explican por qué tantas personas se ven obligadas a migrar. Por ello, seguiremos trabajando y buscando alternativas. Ya vivimos una administración Trump; ahora debemos asegurarnos de sobrevivir esta etapa y esperar que termine. Ese es el reto más importante.
Una y otra vez vemos cómo las organizaciones de migrantes que trabajan a nivel estatal y local están dispuestas a organizarse y defenderse. Los grupos LGBTIQA+ también están preparados para lo que viene, y las organizaciones de mujeres están llenas de determinación. Se habla de un nuevo movimiento de mujeres que no solo saldrá a las calles, sino que desarrollará estrategias de movilización más amplias. No nos rendiremos: nos organizaremos y resistiremos. Ese es el mensaje más importante.