Clanci Rosa: «Sueño que el periodismo feminista sea reconocido como una especialización»

Mónica Campos Y Angélica Ramírez | 25/04/2023

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Clanci Rosa es periodista, activista feminista y una de las fundadoras de la Revista La Brújula. Con su trabajo periodístico, Clanci busca analizar las realidades desde una perspectiva feminista que le permite visibilizar las desigualdades de género, pero también el poder transformador que tiene lo colectivo frente a una sociedad tan conservadora como la salvadoreña. En esta entrevista, Clanci habla sobre su motivación para iniciar en el periodismo feminista, su mayor logro hasta ahora y su sueño de que el periodismo feminista sea reconocido como una especialización del periodismo.


¿Qué te motivó a iniciarte en el periodismo y, más concretamente, en el periodismo feminista? 


Desde muy temprana edad, siempre estuve interesada en las comunicaciones y trabajé en radios comunitarias. Empecé en segundo grado, en la comunidad donde vivía. Las radios comunitarias eran un referente del periodismo local en aquellos tiempos, y supongo que lo siguen siendo. En cuanto al periodismo feminista, empecé a interesarme en él cuando estudiaba en la universidad. Me desencanté con lo que se enseñaba en la academia, que seguía reproduciendo el sistema patriarcal, sin cuestionar por qué se exigía a las mujeres cierta vestimenta para realizar su trabajo o se les sugerían ciertas prácticas para tener acceso a fuentes. Incluso algunos catedráticos se burlaban de esto de manera verbal. Nunca se cuestionaba por qué las cosas eran de una manera para las mujeres y de otra manera para los hombres.

Por ejemplo, en las materias de presentación de noticias, el estereotipo era que las mujeres debían llegar con tacones o vestidos a la práctica y los hombres con saco, reproduciendo todo lo que se veía en la televisión. Además, el hecho de que a veces había agresiones hacia compañeras y que no se pudiera decir nada, sino que se debía soportar todo, porque eso era lo que se esperaba de una mujer profesional, me motivó a no querer hacer periodismo desde ese lugar, sino a repensar otras ideas.

Es ahí donde me encontré con compañeras feministas y ahí es donde surgió la idea de un medio feminista. Además, participé en un encuentro de periodistas feministas a nivel latinoamericano, lo cual fue muy enriquecedor para mí, ya que me hizo sentir que podía hacer periodismo desde ahí y que sí se podía transformar. Así es como llegué al periodismo feminista después de muchas interrogantes personales y un desencanto con la academia y la práctica profesional tradicional. 


¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro hasta ahora? 


En cuanto a mi carrera, ya que en temas personales mis logros son diferentes, considero que uno de los más significativos ha sido la fundación de un medio feminista. Este medio ha sido fundado por feministas y activistas, con una lógica de trabajo horizontal y sostenido como un proyecto colectivo a través del apoyo y la solidaridad entre compañeras feministas y organizaciones que nos respaldan. Para mí, el hecho de haber fundado este medio como mujeres, periodistas, activistas y feministas, y que haya estado funcionando durante más de tres años y siga creciendo, planteando nuevas ideas y ampliando el equipo, es un gran logro. Además, ha dado lugar a la posibilidad de que otras mujeres también piensen en fundar medios o ser periodistas feministas y hablar sobre temas que antes eran complicados. Ser parte del equipo que fundó la revista La Brújula también se ha convertido en un espacio de articulación y cohesión de las periodistas, donde podemos vernos y estar juntas.  



¿Tenés algún sueño con respecto a tu trabajo? 


Que el periodismo feminista sea reconocido como una especialización legítima dentro del campo del periodismo. Este tipo de periodismo es especializado en temas relacionados con la violencia basada en género y la diversidad sexual, y se basa en una base filosófica teórica del feminismo y en todos los aportes que está planteando para vivir en sociedades que no tengan desigualdad de género. A pesar de que nos hemos formado y hemos pasado por diplomados y espacios de construcción colectiva, todavía hay resistencia para reconocer el periodismo feminista como una especialización necesaria, a diferencia de otras especializaciones como el periodismo económico o político. 

Es necesario que más periodistas, especialmente mujeres periodistas, se reconozcan a sí mismas como periodistas feministas y que sean respaldadas y reconocidas por ello en sus espacios laborales. Además, es fundamental que las periodistas nos respaldemos mutuamente frente a las agresiones y el acoso sexual que muchas veces se viven dentro de los medios de comunicación. Las mujeres necesitamos apoyarnos y respaldarnos para poder denunciar a los agresores y devolverles la vergüenza a ellos en lugar de cargarla sobre las mujeres que han sido víctimas de violencia. 


¿Tienes algún mensaje para la niñez? 


Que nunca se conformen. Desde muy pequeños nos enfrentamos a situaciones de desigualdad. En el kínder, por ejemplo, los espacios para las niñas suelen ser más reducidos, mientras que los espacios más amplios están destinados a lo masculino. La feminidad siempre se relaciona con el espacio privado y dedicado, lo cual es preocupante. Recuerdo en mi infancia cómo los juegos siempre estaban llenos de estereotipos de género y había muchos juegos de cocina. Es importante que presten atención a estas cosas que les llaman la atención, que entiendan que no están bien porque nuestras ancestras ya se enfrentaron a este sistema desigual. Ellas lucharon para que las mujeres estudien y voten, nada nos ha sido dado por voluntad del sistema, siempre hemos tenido que luchar por nuestros derechos y la fuerza de todo eso está en lo colectivo. Creo que la niñez puede transformar el mundo en el que vivimos, que todavía es muy desigual y donde las personas tienen que enfrentarse a muchos prejuicios para ser quienes quieren ser. Entonces, podemos hacer mucho para transformar eso. Lo que sentimos es muy importante, y es esencial caminar sobre nuestras convicciones. A menudo se dice que las niñas son el futuro, pero es importante escucharlas ahora. Sé que tienen mucho que decir porque desde la niñez también tenemos demandas. Insisto en que es importante recordar la fuerza de lo colectivo, escuchar cuando algo nos dice que no es correcto, apoyar al otro y pensar en un mundo mejor a partir de nuestra fuerza colectiva. Y siempre soñar con ese mundo mejor y contribuir desde donde podamos. 


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