Con reportes de Laura Flores / Fotos: Graciela Barrera / Ilustraciones: Natalia Franco
Las fotos que acompañan este reportaje fueron tomadas en octubre de 2020.
El 10 de marzo de 2021, las autoridades de Educación y Salud anunciaron que las instituciones educativas públicas y privadas, que cumplieran con los requisitos, podrían recibir a sus estudiantes a partir del 6 de abril. Esta información tomó por sorpresa a profesores y representantes de gremiales educativas, que consideraron no era el momento para el retorno, ya que apenas finalizaba la Semana Santa y el personal docente no estaba vacunado contra el covid-19 hasta esa fecha. Las autoridades de gobierno, sin embargo, dieron luz verde a la reapertura semipresencial.
Previo a este anuncio, el Ministerio de Educación dio a conocer en noviembre de 2020 el plan “La alegría de regresar a la escuela”, el cual comprende 4 etapas, que van desde el diagnóstico de la infraestructura de los centros educativos, hasta el restablecimiento de los procesos de aprendizajes de lxs estudiantes.
El día de la reapertura fue celebrado a través de las redes sociales del Gobierno y en los medios oficiales como un gran logro. Ese 6 se abril, la ministra de Educación, Carla Hananía, aseguró durante una entrevista por Canal 10, que el retorno a clases semipresencial había sido positivo. Destacó que lxs padres de familia estaban apoyando este proceso. La funcionaria también verificó la inauguración de las clases semipresenciales en el Instituto Nacional General Manuel José Arce. Desde ahí, dijo que unos 3 mil 500 centros educativos abrieron sus puertas.
Sin embargo, el secretario general de Bases Magisteriales, Paz Zetino, señaló que el regreso a clases semipresencial fracasó desde el primer día, ya que la asistencia de estudiantes fue menos a la que se esperaba. La tendencia a casi dos meses, sigue siendo la misma aseguró Zetino. “En los niveles educativos parvularia, primero y segundo ciclo, la asistencia es muy baja. Los alumnos del tercer ciclo y bachillerato asisten en un 50 por ciento aproximadamente”, señaló.
Paz Zetino también es subdirector del Complejo Educativo Walter A. Soundy de Santa Tecla, La Libertad. Ahí iniciaron clases semipresenciales el 12 de abril. Es decir, una semana después de la reapertura a nivel nacional. “Solo un grupo está asistiendo en cada grado, pero hay grados que tienen la mitad de los alumnos. Y si esa mitad de alumnos está asistiendo toda la parte del tiempo que le corresponde, ¿por qué la otra mitad no lo puede hacer?”, cuestionó cuando Alharaca habló con él en mayo.
Esta situación es similar en algunos centros educativos del departamento de Cabañas. Uno de los profesores consultados en Sensuntepeque, cabecera del departamento, aseguró el 20 de abril pasado que la asistencia en el Centro Educativo donde él trabaja es mínima, pues los padres y las madres de familia no quieren enviar a sus hijxs por temor al covid-19. “Es un promedio bastante bajo lo que yo percibo. Pienso que es un promedio de 5 estudiantes por sección”, explicó el profesor.
Al otro extremo del país, el Centro Escolar Cantón el Progreso de Santa Tecla, inició clases semipresenciales el 17 de mayo. Una de las profesoras consultadas aseguró que de 28 estudiantes que conforman su grado, solo 15 asistían dos veces por semana. La profesora, como el resto de sus colegas, dedica otros dos días en su casa para atender a quienes reciben clases en línea.
“Y aceptaron 15 (semipresencial) porque yo fui de las maestras que hice una reunión e hice conciencia para decirle a los padres de familia, que yo necesito que vengan esos niños porque no quiero mandárselos a un segundo ciclo mal”, detalló. En su escuela, aseguró, imparten clases de parvularia a noveno grado y más de 800 alumnxs se matricularon, pero menos de 300 asisten a clases semipresenciales.
La profesora consultada, quien no quiso identificarse por temor a represalias, dijo también que iniciaron clases un mes y medio después del retorno oficial porque el centro escolar no cumplía con algunos requisitos de infraestructura. Hasta el 23 de mayo, no contaban con agua potable e internet, dos requisitos que establece el Ministerio de Educación en el Plan “La alegría de regresar a la escuela”
En el plan las autoridades del Ministerio de Educación no se comprometen a dotar de nuevos recursos a las escuelas. Sugieren a las instituciones educativas distribuir un 50 % su presupuesto escolar de año para cumplirlo. Sin embargo, las escuelas visitadas para esta nota no contaban con los recursos suficientes para asumir los nuevos costos hasta mediados de mayo.
Por ejemplo, en al menos dos instituciones educativas de Mejicanos visitadas el 4 de mayo no había internet y lxs maestros seguían asumiendo los costos para poder conectarse y dar clases de forma virtual. En uno de los centros educativos, incluso, el personal docente había asumido los costos de la reparación del techo de un aula. Dos escuelas en Cabañas y una en San Pablo Tacachico, tampoco contaba con internet hasta la primera semana de mayo recién pasada.
Las autoridades educativas sólo habían entregado mascarillas de tela, dos por estudiante, alcohol gel y amonio, únicamente para las primeras semanas de clases. En uno de los centros educativos de Mejicanos, los reos en fase de confianza habían hecho reparaciones de tuberías y muros en la última semana de abril.
Según Pauline Martin, directora de la Maestría en Política y Evaluación Educativa de la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA), el plan de retorno a clases es una buena medida diseñada por el MINED. Sin embargo, los métodos generalizados que se implementaron no toman en cuenta la realidad de las escuelas, tanto en el sector urbano y rural, como en el público y privado. “El sistema educativo en el país no es uniforme, cada localidad tiene retos particulares entonces no se puede decir que todo ha estado muy bien o mal”, afirmó Martin.
Para el secretario general del Sindicato de Maestras y Maestros de la Educación Pública de El Salvador (SIMEDUCO), Francisco Zelada, lo que demuestra esta situación, es que no todas las escuelas que han iniciado clases semipresenciales reúnen las condiciones. “Están acreditando a los centros escolares con el sólo hecho que tengan condiciones mínimas de funcionamiento, aunque no tengan o no puedan aplicar los protocolos de bioseguridad”, dijo Zelada. En San Vicente, dijo, después de haber acreditado a tres escuelas, el Ministerio de Educación les prohibió usar los hoyos que tienen como sanitarios, debido al riesgo que representaban.
Las escuelas en la zona rural
En octubre de 2020 Alharaca visitó una comunidad en Chalatenango, donde observó cómo madres, padres y docentes se estaban enfrentando al cierre de las escuelas. Textos: Laura Flores / Fotos: Graciela Barrera
En el área rural existe un mayor interés por parte de lxs maestrxs para que lxs estudiantes regresen a las aulas, debido a que las familias tienen menores recursos e ingresos para apoyar el aprendizaje. Nancy Gutiérrez es asesora pedagógica en Cabañas, donde tiene siete instituciones bajo su supervisión. De ellas, dos están ubicadas en la zona urbana. Según su experiencia, para los profesores es un alivio que los estudiantes puedan presentarse a los centros educativos, porque la mayoría tiene dificultades de conectividad. Esta es una de las razones por las que los 391 días de clases virtuales fueron muy complicados, sobre todo para aquellos que residen el área rural, dijo.
“Una de las cosas más preocupantes es que los alumnos no se están presentando”, dijo Gutiérrez. La modalidad es que, según la capacidad de las aulas, se divide la sección en dos grupos. Por ejemplo, en una de las escuelas que la asesora visita, de 30 estudiantes que conforman una sección, se dividen en dos grupos de 15. Sin embargo, solo llegan 7 estudiantes.
Esto implica una sobrecarga para los maestros, porque son ellos quienes deben llevar un registro dónde están esos alumnos, por qué no llegan a clases, compartirles las guías con los contenidos correspondientes, etc.
Una de las razones de la inasistencia del alumnado en el área rural es que muchos de ellxs trabajan en el sector agrícola, señaló Gutiérrez. “Muchos de los estudiantes antes de llegar a nuestras escuelas deben hacer trabajo agrícola, y las niñas hacen tareas domésticas o van a dejar comida a las personas que están trabajando. Este es un fenómeno recurrente en la zona rural”, explicó Gutiérrez.
Mirna es una profesora de Cabañas. Imparte clases en una zona rural con 88 estudiantes de parvularia a noveno grado. Su escuelita, como ella le llama, se preparó con tiempo para recibir a lxs estudiantes el 6 de abril. “Nosotros trabajamos en el plan para tener lo necesario para el retorno. Adecuar los espacios, señalizar, tener los insumos de bioseguridad para limpieza y desinfección», detalló. Además, indicó que el Ministerio de Educación les orientó para la asignación de fondos del presupuesto escolar para el Plan de retorno.
A casi dos meses del retorno a clases semipresencial, Mirna aseguró que los 88 estudiantes asisten casi todos los días. “En el centro escolar, como es rural y la mayoría de los padres no tienen acceso a internet o un teléfono inteligente, para ellos es mejor presencial. La mayoría de los estudiantes están llegando”, explicó.
El principal medio de comunicación del MINED: las redes sociales
Los centros educativos a veces no reciben información por medios oficiales. Hugo Lima, profesor del Complejo Educativo Católico San José, en Quezaltepeque, departamento La Libertad, dijo que “nos dábamos cuenta de las cosas porque, de repente, en la página de Facebook del Ministerio de Educación aparecía algo y aparecíamos nosotros como institución, pero no existía ni comunicación de la asesora, ni de la departamental y mucho menos del Ministerio de Educación a la institución directamente”
El secretario general de Bases Magisterial, Paz Zetino, señaló que el Ministerio de Educación se caracteriza por cambiar de postura a cada rato e informar solo a través de redes sociales o conferencias de prensa. Al magisterio, aseguró, solo se le llama o comunica a través de un correo institucional hasta cuando las decisiones han sido tomadas, a veces, de un día para otro. Eso pasó con el retorno a cases semipresenciales. “A nosotros se nos convocó para informarnos que la decisión ya estaba tomada y que a partir de ese día se iniciaban las clases. Al vernos nosotros en esa situación, lo que hicimos fue pedir a los funcionarios de Educación que se hicieran todas las coordinaciones con el Ministerio de Salud, con todas las instituciones posibles para que nos inmunizara, porque en realidad, la planta docente es una planta envejecida. El 60 % de los profesores, aproximadamente, son mayores de 50 años y de 43 mil docentes, hay un aproximado de 2 mil 500 que padecen de una o más enfermedades crónicas, o sea, somos un sector altamente vulnerable”, externó.
Además, según Zetino, exigieron que aquellos centros educativos que no reunían las condiciones de infraestructura de servicios básicos, como agua potable, tuvieran una apertura más demorada, hasta que fueran intervenidas.
Retorno a clases obligatorio
Ante el doble esfuerzo que significa la modalidad híbrida de la apertura a clases, algunxs maestrxs consultados en el municipio de Mejicanos, prefieren que el retorno sea obligatorio, ya que muchxs de lxs estudiantes siguen sin contar con aparatos electrónicos, como celulares inteligentes o computadoras para conectarse. Una profesora, quien también declinó en identificarse, aseguró que la carga educativa se vuelve más pesada. “No tenemos vida propia por el envío de tareas”, dijo. Hasta el 4 de mayo, la escuela donde trabaja seguía esperando la autorización del Ministerio de Salud para llamar a sus estudiantes.
Hasta el 11 de mayo, el Ministerio de Educación había acreditado a un total de 5 mil 932 centros educativos tanto públicos como privados para el retorno a clases semipresenciales. En el plan “La alegría de regresar a la escuela» la entidad sostiene que regresar a las instituciones educativas será un proceso gradual y cuidadoso. Sin embargo, el secretario de Bases Magisteriales, Paz Zetino, considera que el retorno podría ser obligatorio, ya que haberlo dejado a voluntad de lxs padres de familia fracasó. “Creo que ya es el momento de ir retornando a todos los alumnos de áreas rurales y semi urbanas e ir aumentando el número en las escuelas de las grandes urbes. No se puede dejar a criterio de las familias el regreso de los alumnos, hay niños y jóvenes que no están haciendo nada, no asisten a la semi presencialidad y tampoco se conectan para trabajar en casa”, consideró Zetino.
Zetino matizó, no obstante, que espera que el Ministerio de Educación, en coordinación con el Ministerio de Salud, tengan focalizados los municipios que están sin riesgos por covid-19, o que tienen un nivel muy bajo de contagios, antes de hacer el anuncio obligatorio del retorno a clases.
Para Francisco Zelada, de SIMEDUCO, el retorno a clases obligatorio será evidente en estos días debido a la presencia mínima de estudiantes en las escuelas y porque ya se está cerrando el ciclo de la segunda dosis de la vacuna para el personal docente. Consideró que el Ministerio de Educación está agilizando la acreditación de las escuelas, aunque no puedan aplicar los protocolos de bioseguridad a cabalidad.
Zelada señaló también que las autoridades de Educación estarían recibiendo presiones para el retorno total a las escuelas, sobre todo, en la capital. “El GOES ha recibido menos impuestos por la caída de la economía: cafetines escolares, transportistas de alumnos están presionando al Ejecutivo. Muchos están pagando sus microbuses, algunos han logrado incorporarse en el transporte de personas para las vacunas”, agregó.
Las autoridades educativas no quisieron dar declaraciones sobre estos señalamientos, a pesar que se hizo las gestiones a través de la unidad de comunicaciones. No hubo respuesta a los mensajes
Hay señales más certeras de que la mayoría de centros educativos públicos podrían abrir a partir de junio. Una de ellas es la licitación de paquetes de internet que ha hecho el Ministerio de Educación para 1,778 centros educativos de todo el país y que deberán ser proveídos a partir del 1 de junio. No obstante, según el sitio de compras públicas del Estado, Comprasal, la licitación fue adjudicada hasta los primeros días de junio a la empresa CTE Telecom, por $247,345. El contrato solo está destinado a una parte de los más de 5 mil 100 centros educativos públicos que existen en el país, según el Censo Escolar 2018, último disponible.