
En marzo de 2024, su biografía fue enviada al Vaticano junto con la de otros 46 mártires salvadoreños que fueron asesinados por militares durante la guerra civil salvadoreña, como parte del proceso de canonización iniciado en 2023.
Grande nació en 1928 en El Paisnal, un municipio rural del norte del departamento de San Salvador. Creció en una familia desintegrada y fue criado por su abuela, quien lo acercó a la fe. Desde adolescente, supo que sería sacerdote. Ingresó al seminario a una edad temprana y más tarde a la Compañía de Jesús.
En 1972, fue nombrado párroco de la iglesia San José, en Aguilares, el mismo lugar donde pasó su infancia y adolescencia.
Un sacerdote incómodo para el poder
El padre Rutilio Grande, o “Tilo”, como lo llamaban en su comunidad, era cercano a la gente. Se le reconocía por su espíritu servicial, su trato afectuoso y entrega con las personas en situación de pobreza y de vulnerabilidad.
Su estilo pastoral reflejaba sus raíces campesinas. Predicaba con un lenguaje autóctono, lleno de metáforas y simbolismos populares. Sus sermones denunciaban la desigualdad, la injusticia y la violencia política de la época.
Uno de sus últimos mensajes interpeló al Gobierno, tras la detención y expulsión del sacerdote colombiano Mario Bernal. Sus palabras y su trabajo comunitario lo convirtieron en una figura incómoda para las autoridades.
El vínculo con monseñor Romero
Rutilio Grande y monseñor Óscar Romero se conocieron en 1967. En la década siguiente, forjaron una amistad profunda llegó a decir que lo consideraba un hermano.
El trabajo del padre Grande en Aguilares y su asesinato fueron determinantes en la transformación de monseñor Romero. Su biógrafo, el sacerdote jesuita Rodolfo Cardenal, sostiene que “monseñor Romero no se entiende sin Rutilio”.
Su muerte sigue impune
El 12 de marzo de 1977, Rutilio Grande reemplazó a un compañero en una salida pastoral hacia su municipio natal, El Paisnal. Cuando salía de Aguilares, el vehículo en que viajaba fue interceptado y ametrallado en una emboscada.
Murieron el padre Grande y dos de sus acompañantes: el sacristán Manuel Solórzano, de 72 años, y Nelson Rutilio Lemus, de apenas 16. Se ha identificado a miembros de la Guardia Nacional como los autores materiales del crimen. Sin embargo, los asesinatos del Grande, Lemus y Solórzano siguen impunes penalmente.
¿Qué significa que Rutilio Grande sea beato?
La beatificación es un reconocimiento de la Iglesia Católica que confirma que una persona fallecida está en el cielo y puede interceder por quienes rezan en su nombre.
Una persona puede ser beatificada por martirio, es decir, por haber dado su vida por su fe en el Evangelio. Monseñor Romero identificó al padre Grande como “nuestro primer mártir” en 1980.
El 22 de enero de 2022, la Iglesia Católica beatificó a cuatro “mártires de la fe”: Rutilio Grande, Manuel Solórzano, Nelson Lemus y fray Cosme Spessotto, asesinado en 1980.
Actualmente, la Iglesia busca la canonización de Rutilio Grande, lo que lo convertiría en santo.