Las hermanas Guatemala y su lucha contra el cáncer de mama

En El Salvador, al igual que a nivel global, cada 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, para concientizar y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de detectar la enfermedad de manera temprana para mejorar su pronóstico y aumentar la supervivencia.
Por Jacqueline Miranda
Yanira Guatemala tiene 49 años y es abogada. En 2010, sintió una dureza en su pecho izquierdo. Decidió pasar consulta con su ginecóloga. El ultrasonido no mostró signos de cáncer. La doctora le dijo que volviera en seis meses si notaba algún cambio o dolor. Durante ese tiempo, Yanira usó medicina natural, pero los síntomas continuaron. Le recomendaron ver a una mastóloga. “No sabía que existían las mastólogas. Ella me hizo una ultrasonografía de mamas y me dijo que creía que era cáncer. Yo no le creía”, recuerda.
En su familia había antecedentes cercanos de cáncer de mama. Su hermana, Xiomara Guatemala, había sido diagnosticada seis años antes, a los 30 años. Xiomara se trató en el Hospital Nacional Rosales y en clínicas privadas, ya que trabajaba en el sector informal y no era cotizante ni beneficiaria del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). En esa época, Yanira vivía en San Salvador. A veces Xiomara se quedaba en su casa, y otras veces el padre de ambas pagaba transporte para que regresara a San Miguel.
Diez años después de su primer diagnóstico, en el 2014, Xiomara supo que el cáncer había regresado, esta vez en sus órganos reproductivos. Continuó su tratamiento en la red pública de salud, pero su familia tuvo que comprar muchas veces los medicamentos, ya que en el hospital no los tenían.
ilustración: un arbol con listones rosas conmemorativos del día contra el cáncer de mama

Teníamos topadas las tarjetas de crédito porque los medicamentos [son] carísimos. Una semana, comprábamos un medicamento, y la siguiente semana otro. A veces había en el hospital y no lo usábamos, y otras veces no había. Xiomara, para todo el tratamiento estuvo allá [en San Salvador].

La familia se enfocó en darle a Xiomara el mayor bienestar posible, comprando los medicamentos y tratamientos que no encontraban en el Hospital Nacional Rosales. Xiomara falleció en 2015, a los 42 años.
Según la solicitud N°1739 realizada a la Oficina de Información y Respuesta del Ministerio de Salud reveló que, 751 personas murieron por cáncer de mama en El Salvador entre 2020 y 2023. En 2020, fallecieron 166 personas; en 2021, 196; y en 2022, 200. Para 2023, el dato preliminar hasta el 15 de noviembre reportaba 189 muertes. Estas cifras incluyen pacientes del ISSS, el MINSAL, clínicas comunitarias, hospitales y consultorios privados.
De acuerdo con el «Informe anual 2023. Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos», de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA), entre 2018 y 2022, el Ministerio de Salud registró 9,485 nuevos casos de cáncer de mama, en hombres y mujeres.

Esfuerzos desde las oenegés

Nelly Ochoa y Carmen García acudieron a un albergue recomendado por la trabajadora social del ISSS de San Miguel. Este albergue ofrece alojamiento de bajo costo para personas que viajan a San Salvador a recibir tratamientos.
El Albergue Misericordia fue una iniciativa del expresidente Armando Calderón Sol, quien padeció y murió a causa de cáncer de pulmón, y de su esposa, Elizabeth de Calderón Sol. El albergue abrió el 16 de octubre de 2018, para pacientes que llegan del interior del país y no tienen recursos para costear alojamiento ni familiares en la capital.
Clara Vásquez, gerente de la organización, explica que el albergue está destinado a pacientes con cáncer de cualquier tipo. El lugar está equipado para ser seguro e higiénico, y se les proporciona transporte a los centros hospitalarios. También reciben apoyo psicológico y participan en actividades para mejorar su salud mental.
El albergue atiende pacientes que deben seguir su tratamiento en el Hospital Oncológico del ISSS, el Hospital de Maternidad, el Hospital Rosales y el Hospital Nacional «Dr. Juan José Fernández» de la colonia Zacamil, además de clínicas y hospitales privados.
Nelly contó, en noviembre de 2023, que sus sesiones de radioterapia en el Hospital Oncológico requerían que estuviera en San Salvador todos los días. Le recomendaron el Albergue Misericordia. “Pagaba 20 dólares diarios, pero me salía mejor que pagar transporte cada día. Recibí una buena atención. Me daban desayuno, almuerzo y cena. También había psicólogos y doctores por si me sentía mal. Siento que los 20 dólares estaban bien pagados”.
Carmen también acudía al albergue cuando tenía que llegar temprano para sus tratamientos en San Salvador. Pagaba 15 dólares por noche. “Llegaba un día antes y me iba el día después de la quimioterapia. Un hotel no me iba a cobrar solo 15 dólares, y además tendría que pagar la comida por separado”.
En 2023, el Albergue Misericordia recibió pacientes de San Miguel, Morazán, La Unión, Santa Ana, Ahuachapán y Chalatenango. También atiende a personas de Honduras y Guatemala. Clara Vásquez dice que el costo por día es alto, pero la mayor parte lo cubre la institución. Las personas solo pagan una cuota ajustada según su situación económica y tiempo de estadía
Otras organizaciones también apoyan a pacientes con cáncer en áreas donde la red pública o el ISSS no logran cubrir sus necesidades. La Asociación Salvadoreña para la Prevención del Cáncer (ASAPRECAN) tiene cinco líneas de acción: educación comunitaria, detección temprana, investigación epidemiológica, apoyo a pacientes y abogacía e incidencia política, explica la doctora Lisseth Ruiz de Campos, directora de la asociación.
Uno de sus programas, llamado «Yo soy acceso», ofrece terapia hormonal contra el cáncer de mama con medicamentos como anastrazol, tamoxifeno y letrozol. Las mujeres inscritas pueden recibir el tratamiento gratis o pagar 5 dólares por mes. También cuentan con un programa de prótesis solidarias, que ofrece prótesis externas de mama a mujeres que han pasado por una mastectomía.
Yanira, quien inició su tratamiento hace 10 años, se hace chequeos periódicos. Siempre está alerta por la posibilidad de que el cáncer reaparezca. Carmen sigue bajo control regular y toma anastrazol, un medicamento que reduce el nivel de estrógeno en su cuerpo. Se encuentra bajo control anual y no planea jubilarse por el momento.

Texto y fotos: Jacqueline miranda.

Edición: Mariana Belloso.

Análisis de datos: Jacqueline Miranda, Metzi Rosales Martel y Andrea Burgos.

Edición final y verificación de datos: Metzi Rosales Martel.

Visualización de datos y diseño web: Andrea Burgos.

ilustraciones: Alejandro Sol

Este texto fue producido gracias al apoyo del programa de becas de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES).