LGBTIQA+

En el fútbol comunitario, Nicky ya no se siente ajena

Nicky, una mujer trans, se destaca como portera en un equipo deportivo en una comunidad en Apopa. Con el acuerpamiento de sus amigas y la aprobación del comité deportivo local, Nicky ha logrado ejercer su derecho a participar en un deporte que ama. Esta es su historia en el fútbol comunitario, en medio de un país que aún enfrenta desafíos en la apertura de oportunidades deportivas más inclusivas y libres de discriminación para las personas trans.

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Después de participar en dos partidos de fútbol masculino en una colonia de Apopa, Nicky escuchó que el comité de deportes comunitario quería realizar un torneo de fútbol femenino con otras colonias. Nicky les dijo que podía inscribir un par de equipos, pero que ella también quería jugar.  



El comité realizó una reunión con las representantes de los demás equipos, y todas estuvieron de acuerdo. Nicky sería la primera mujer trans en participar en este torneo comunitario.  

Nicky trabaja de lunes a viernes como promotora de salud sobre el VIH en una organización LGBTIQ+. Pero los fines de semana es la portera del equipo de fútbol de su colonia, en Apopa. Dice que siempre soñó jugar en un torneo femenino. En 2005 jugaba fútbol con sus compañeros en el Instituto Nacional de Apopa. Su posición en el campo era de defensa, y goleaba en cada partido. Pero se sentía ajena en ese espacio. 



Para ella, el fútbol es más que un juego. Aspira a practicarlo a nivel profesional: jugar contra FAS, Alianza Women o Santa Tecla Femenino, equipos que forman parte de la primera división femenil del país. “Ese es mi sueño, aunque por mi identidad y mi edad no lo podré lograr”, dice Nicky.  



El director de la organización Generación de Hombres Trans (HT), Villy Rivera, asegura que hasta la actualidad no se ha registrado la participación de una mujer u hombre trans en el deporte de manera profesional. Han sido las comunidades las que han abierto espacios para que las personas trans ejerzan su derecho a practicar un deporte, agregó Villy.  



“En México hay una liga de fútbol para las personas trans, a veces transmiten los partidos por la televisión y yo soy su fan. Esos espacios deberían de existir también en nuestro país, nosotras también queremos hacer deporte profesional”, dice Nicky. 



Esa liga que menciona Nicky es la Liga de Fútbol de la Diversidad, una iniciativa de la Asociación Nacional de Deporte LGBTIQ+ (ANADE), entidad que promueve el deporte y respalda la campaña “Grita México”, que busca combatir la homofobia en los partidos de la selección mexicana.  



En 2022, HT realizó el 6o. Encuentro Deportivo LGBTIQ+ en San Salvador. Esa fue la primera actividad en la que Alharaca documentó la participación de Nicky como portera de un equipo conformado por mujeres lesbianas, bisexuales, trans y gays. En ese torneo ganaron el primer lugar, les entregaron medallas y un trofeo.  



Villy afirma que no existe interés por parte de las instituciones públicas deportivas para incluir a personas trans en el deporte profesional, y los argumentos suelen reducirse a que “las leyes no lo permiten”.  



Mientras tanto, en su colonia, Nicky es reconocida como una persona apasionada por el fútbol. “Me gusta ser portera. Es una posición para defender al equipo y dar la cara ante cualquier movimiento que perjudique el triunfo de nuestro equipo”, comenta.  

En 2015 jugó por primera vez como portera oficial de un equipo en su comunidad, con un árbitro, un comité de disciplina y su respectivo carnet que respetaba su nombre e identidad de género. También logró participar, ante la insistente petición de sus compañeras, en el comité oficial. 



Sin embargo, antes de cada torneo debe preguntar al comité deportivo comunitario si puede jugar. “Sueño con que algún día no tenga que preguntar al inicio del torneo: ‘Mire, ¿puedo jugar con mujeres, con mis amigas?’. Sueño con eso y jugar más torneos”, sostiene. 



Aunque Nicky es apoyada en su comunidad, también ha tenido que ceder su posición de cancha por temas de discriminación. Durante sus ochos torneos, en diversas ocasiones se le ha negado su participación como portera. En una ocasión, le dijeron que “eso no era estaba bien a la vista de Dios”, y aunque sus compañeras insistieron, el árbitro y el otro equipo se negaron a iniciar el partido. Como respuesta a esto, el equipo de Nicky decidió retirarse del torneo.  



Nicky ha ganado en diversos torneos el título de “portera menos vencida”. También es la representante de su equipo, y previo a los encuentros futbolísticos, es ella quien prepara la alineación de las jugadoras.  

Reconoce que aún hay muchos desafíos por superar, pero que estos espacios en las comunidades han representado para ella y para otras personas de la diversidad un avance en el ámbito deportivo. La discriminación y los comentarios homofóbicos persisten, pero su red de apoyo, la comunidad y el comité deportivo han defendido su posición en la cancha.  

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