San Salvador, El Salvador
Domingo, 22 de marzo de 2020
Querida,
Tengo cinco días sin salir de mi casa, cinco días de estar trabajando desde casa. Este día me desperté sin ganas. Me desperté con miedo y con una sensación de sinsentido atravesada en mi cabeza que llegaba hasta mis manos y mis pies. No quería levantarme, no quería bañarme, pero sobre todo, ya no quería abrir la computadora y ponerme a trabajar. No quería empezar una rutina que yo misma establecí el primer día que trabajé desde la casa. Me asusté de mí misma cuando me hice la pregunta: ¿y para qué si nadie en este país sabe cuándo ni cómo vamos a salir de ésta?
No quiero hacerme esas preguntas, no quiero pecar de pesimista ni quiero que me asalte la ansiedad. Pero tampoco me quiero forzar a hacer como si nada se hubiese alterado en nuestras vidas. Quiero que los siguientes días sean un apapacho muy consciente para mi mente, para mi corazón y para mi cuerpo. Tengo que seguir caminando, pero escuchando (me) y siendo paciente conmigo misma.
Abrazos para vos y tu familia. Cuídense mucho.