El 31 de diciembre de 2019, las autoridades chinas emitieron una alerta por la aparición de varios casos de neumonía de origen desconocido en la ciudad de Wuhan, de 11 millones de habitantes. La enfermedad causada por el nuevo coronavirus, bautizada como COVID-19, se ha extendido a 181 países y se han confirmado más de 7.3 millones de casos (hasta el 11 de junio de 2020).
La crisis sanitaria global desatada no solo ha traído consigo una crisis económica cuyas consecuencias aún no pueden ser calculadas, sino también un desafío a los regímenes democráticos. La libertad de circulación de millones de personas ha sido restringida. Hay ciudades en cuarentena, aeropuertos cerrados y el distanciamiento social se ha vuelto la norma. El Salvador no ha sido la excepción.
¿Qué han significado estos cambios abruptos en la vida cotidiana de las personas? ¿Cuáles son los efectos del encierro? ¿Cómo lo están enfrentando? ¿Qué sienten? ¿Cómo se vive la crisis cuando se está lejos de casa y de la familia?
Este especial —que actualizaremos mientras dure esta crisis— muestra algunas respuestas a estas preguntas desde las experiencias diarias de las integrantes y colaboradoras de Alharaca en los distintos países en los que vivimos. Nuestro equipo está formado por mujeres que residen en El Salvador, pero mayoritariamente por mujeres salvadoreñas de la diáspora de clase media que salimos de nuestro país con planes de estudiar, trabajar y/o hacer vida en otro país. Algunas estamos en lugares en los que la epidemia aún avanza con fuerza. Otras todavía estamos esperando que la situación evolucione, como en México y El Salvador.
Este no es solo un ejercicio periodístico – testimonial, sino también uno de acompañamiento en la preocupación, en la incertidumbre ante una situación desconocida, pero también en la esperanza y la resistencia.