8M en El Salvador: «¡Nayib, escucha, las mujeres están en la lucha!»

Vilma Laínez | 11/03/2024

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El 9 de marzo, la Asamblea Feminista convocó a la segunda marcha del 8M para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Durante la movilización, se destacó el rechazo a las recientes decisiones del presidente inconstitucional Nayib Bukele, quien prohibió la perspectiva de género en escuelas y 16 ministerios. Las mujeres protestaron contra el régimen de excepción, argumentando que no protege a las mujeres y las expone a agresiones por parte de agentes del Estado. Además, expresaron su descontento con las recientes elecciones, señalando que sus demandas no estarán representadas en el nuevo panorama político.

El sábado 9 de marzo, la segunda marcha por el Día Internacional de la Mujer inició a las 10:30 a.m., partiendo desde la Universidad de El Salvador. Bajo el grito de: «Nayib escucha, las mujeres están en la lucha», recorrió la histórica 25 Avenida Sur y concluyó en el parque Cuscatlán. 

Más de mil mujeres pertenecientes a diversos colectivos y de la población LGBTIQA+ se reunieron en esta manifestación para reafirmar sus derechos y oponerse al desmantelamiento institucional promovido desde Casa Presidencial. Marcharon madres que tienen hijas e hijos en situación de desaparición o de personas privadas de libertad bajo el régimen de excepción, así como ambientalistas, mujeres rurales, periodistas, sindicalistas, entre otras expresiones de mujeres organizadas.  

Las feministas gritaron a través de megáfonos: «No somos dos ni somos diez, Nayib, contanos bien». 

Estas marchas, la del viernes 8 y la del sábado 9, son las primeras que se dan tras las elecciones presidenciales, legislativas y municipales. Previamente, el 5 de febrero, feministas convocaron a un plantón, en el cual alrededor de 40 mujeres se concentraron en la plaza Salvador del Mundo, en San Salvador, para llevar a cabo un «cacerolazo por la democracia» y exigir transparencia al ente colegiado. Joshi Leban, una de las voceras de la Asamblea Feminista, al leer el posicionamiento, afirmó: «Estas elecciones fueron una farsa, no han sido transparentes y eso lo vamos a seguir denunciando. Al oficialismo no le bastó cambiar las reglas del juego por medio de la Asamblea Legislativa, sino que se tomó el Tribunal Supremo Electoral para consolidar un país con un partido único, una visión única y una sociedad dividida por intereses de grupos económicos que respaldan el Gobierno de Nayib Bukele». 


Exigimos el respeto de un Estado laico 


María Teresa Trejo, coordinadora de la Asociación por la Dignidad y la Vida (Las Dignas), hizo un llamado al respeto de los derechos individuales y sexuales de cada persona. Esta solicitud surge en respuesta a la decisión del presidente Nayib Bukele de prohibir la perspectiva de género en las escuelas y 16 ministerios, así como al reciente encuentro de pastores evangélicos con diputados del oficialismo y el vicepresidente, Félix Ulloa, con relación al proyecto de reformas constitucionales. 

«Por las lesbianas y más diversidades sexuales, exigimos el respeto de un Estado laico, en el cual, el servicio público no pueda utilizar discursos religiosos para negar derechos humanos fundamentales de la población», expresó.  

Trejo también instó a la ciudadanía y a la comunidad internacional a solidarizarse con las luchas de las mujeres. «Este 8 de marzo reconocemos todos los derechos de las mujeres. Por una sociedad diversa, justa, democrática e igualitaria, nosotras juntas seguimos resistiendo». 


Una participante de la marcha del 8M levanta su cartel exigiendo un Estado laico. Foto: Kellys Portillo  

Nayib Bukele, reelegido de manera inconstitucional como presidente, afirmó en una entrevista el 22 de febrero que en El Salvador se prohibía la «ideología de género» por promover ideas «antinaturales, antidios y antifamilia». A pesar de que el término «ideología de género» no tiene un respaldo en las ciencias sociales, cinco días después de estas declaraciones, el ministro de Educación confirmó la eliminación de cualquier referencia a la perspectiva de género en las escuelas públicas. La prohibición incluye eliminar el uso del acrónimo LGBTI+ en documentos y programas de los 16 ministerios. 

Ante estas decisiones, Martín Valiente, un hombre trans de 23 años, expresó que el Gobierno está intentando silenciarlos para borrar su presencia de la historia, lo cual, según él, normaliza la violencia contra la población LGBTI+. «La invisibilización a la cual nos está sometiendo el gobierno nos oculta, nos oprime y eso nos mata». 

Martín participó junto a su amiga Karen en la marcha del sábado. Mientras caminaban de la mano por la 25 Avenida Sur, Karen afirmó que lo único que le da esperanza en El Salvador son precisamente estos espacios de resistencia colectiva. «El Estado ha fomentado el odio en las masas para tratarnos de la peor manera, por eso estamos aquí. Las demandas siguen siendo las mismas, pero con más fuerza, con más insistencia. También hay nuevas demandas, porque el gobierno se presentó como una persona que iba a ser proactiva, con nuevas ideas, pero resultó ser peor». 


Las demandas colectivas 


La Asamblea Feminista, que reúne a diversas organizaciones de mujeres, espacios feministas y transfeministas, presentó durante la marcha las diversas demandas de las mujeres en El Salvador. A través de un comunicado titulado «El ruido no se calla hasta que la justicia estalla», denunciaron el elevado costo de vida en el país debido a los altos precios de la canasta básica, así como la persecución de mujeres que se dedican a la venta informal por parte de agentes municipales. 

Además, la Asamblea Feminista expresó su rechazo al régimen de excepción por vulnerar los derechos de las familias, especialmente de las mujeres, quienes han tenido que asumir mayores cargas de cuidado en el hogar. 


Como acto de iconoclasia, mujeres participantes de la marcha intervinieron un portón con un mensaje sobre el régimen de excepción. Foto: Kellys Portillo  

Keyla Cáceres, una de las voceras de la Asamblea Feminista, afirmó que el régimen tampoco protege a las mujeres. «La realidad para las niñas y las mujeres sigue siendo la misma, y el acoso sexual por parte de la Fuerza Armada y la PNC ha aumentado a tal grado que ha provocado el desplazamiento forzado. Aún seguimos esperando justicia por Melissa, una niña de 7 años víctima de feminicidio en Soyapango». 

Cáceres destacó que en 2023 se registraron 47 feminicidios en un país donde el Gobierno presume de seguridad. «Este gobierno se ha llenado la boca diciendo que el que nada debe, nada teme. Entonces, nosotras ahora le preguntamos: ¿bajo ese nuevo contexto que estamos viviendo, por qué esconde la información pública si no están haciendo nada malo? Lamentamos que bajo esa lógica de un país más seguro y de dar una visión que no existe de El Salvador, se reserven los datos de feminicidios, de fosas y osamentas, sabiendo que la mayoría de las víctimas en esas circunstancias son mujeres». 

La vocera de la Asamblea Feminista calificó a la Asamblea Legislativa de conservadora, con una agenda en contra de la libertad y la autonomía de los cuerpos de las mujeres. «En ese sentido, nosotras estamos claras que ahí nadie nos ha regalado nada, que todo lo hemos conseguido aquí en las calles», concluyó. 

Otro colectivo que participó fue el Movimiento de Víctimas del Régimen (Movir). A través de su representante, Sonia Vázquez, demandó al Estado respeto al debido proceso para las personas detenidas bajo el régimen. «Exigimos que se crea en todos los arraigos y que se dé libertad a esas mujeres, porque muchas han salido sin vida de los penales». 

El viernes 8 de marzo, mientras las mujeres se preparaban para la primera marcha, la Asamblea Legislativa, con diputados de Nuevas Ideas y aliados, aprobó la vigésima cuarta prórroga del régimen de excepción. Aseguraron que seguirán manteniéndolo «hasta cuando sea necesario». Según cifras oficiales, hay más de 78 mil personas capturadas bajo el régimen de excepción desde su aprobación en marzo de 2022. El Socorro Jurídico Humanitario registra hasta la fecha 236 muertes en las cárceles, de las cuales 12 son mujeres y una bebé. 


«Sigo viviendo inseguridad en las calles, como adolescente que soy«


Camila, de 16 años, participó por primera vez en la marcha del sábado para denunciar las violencias que enfrentan las niñas y adolescentes en las calles. Viajó desde Altavista, Ilopango, junto a su mamá para unirse al grupo de amigas que se congregó en la Universidad de El Salvador. «Me preocupa la violencia en las calles y también la del hogar, porque no nos damos cuenta de lo que pasa dentro de cada hogar». Destacó que son sus amigas y su mamá quienes la protegen tanto en espacios públicos como privados, y compartió su sueño de un El Salvador sin inseguridad en las calles. 

A su lado, su mamá Vanessa, de 42 años, la acompañaba para asegurarse de que su hija marchara tranquila junto a sus amigas. También era la primera vez para Vanessa. «Ella [Camila] me dijo que quería venir y tenía que acompañarla para que no anduviera sola. Siempre hay delincuencia escondida, y, sobre todo, los hombres se las ingenian para robar a niñas o hurtar pertenencias de otras personas». 

Vanessa afirmó que, en su colonia, la violencia contra las mujeres ocurre a cualquier hora del día y en cualquier esquina. Compartió una experiencia reciente: «Hace unos días, en mi colonia, un hombre intentó llevarse a dos niñas de alrededor de 10 años. No hay nadie cuidando en las calles». 


Mujeres de diferentes edades asistieron con carteles y cacerolas para acompañar la marcha. Foto: Kellys Portillo  

Sin baile no hay revolución 


La marcha del sábado 9 culminó en el anfiteatro del parque Cuscatlán, donde cada participante tuvo la oportunidad de exponer demandas o expresarse de manera artística. Una estudiante de la Universidad de El Salvador tomó el micrófono para cuestionar al Gobierno por intervenir la única universidad pública del país, afectando los derechos de los estudiantes de bajos recursos. La estudiante denunció la vulneración al derecho a la educación.  

«Nos están privando de nuestra educación, un derecho para todos nosotros. ¿Cómo es posible que en un país pobre la universidad pública no esté abierta? La universidad nacional está intervenida por el Gobierno, directamente por Nayib Bukele. Tenemos que volver a tomar nuestra universidad… Devuélvannos la UES», puntualizó. 

Sus palabras resonaron en el anfiteatro y fueron respaldadas por el resto de las mujeres. Desde junio de 2023, cuando se llevaron a cabo los Juegos Centroamericanos y del Caribe, el Gobierno ha mantenido intervenidas las instalaciones de la Universidad de El Salvador, lo que ha llevado a la suspensión continua de las clases presenciales. 

Las feministas cerraron la marcha con expresiones artísticas, bailaron y se abrazaron. Una de las voceras afirmó: «Sin baile no hay revolución», expresando su disposición a seguir utilizando su coraje y sus cuerpos para defender, desde las calles, los derechos que les son negados.


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