“Por favor, movámonos para este lado que aquí ya no hay espacio”, ordenaba un hombre a las personas que llegaban a la Plaza Morazán, en el centro histórico de San Salvador, mientras señalaba las calles aledañas. Al menos 5 mil personas participaron de una marcha masiva en contra de varias medidas adoptadas por el Gobierno de Nayib Bukele, como la implementación del bitcóin como moneda de curso legal, la sentencia de la Sala de lo Constitucional que permite la reelección presidencial y la desarticulación del aparato judicial. La herramienta Map Checking permite hacer un cálculo de los asistentes, al medir el espacio en la que se efectúa una reunión. Al medir la Plaza Morazán, y dos cuadras más alrededor, donde llegaron las marchas, se obtiene un promedio de 7 mil asistentes, aunque la variabilidad podría haber llegado hasta 20 mil. Foto: Kellys Portillo.
La unión de más de 15 convocatorias
La marcha salió de tres puntos: el Parque Cuscatlán, la Universidad de El Salvador y el Centro Judicial Isidro Menéndez. Más de una veintena de colectivos, sindicatos, asociaciones, gremios y otras organizaciones se sumaron a la concentración. En compañía de música, carteles y consignas repetidas en cientos de voces, atravesaron algunas de las calles más concurridas de la capital. Foto: Kellys Portillo.
La diversidad de grupos en la marcha fue evidente: desde miembros de colectivos feministas, LGBTIQA+ hasta el Colegio Médico de El Salvador y personas que se identificaron como «pro vida». También asistieron personas que dijeron no pertenecer a ningún sindicato ni organización, así como otras que marchaban por primera vez o no lo hacían desde hace años. “Si mi familia no quiere venir, pues yo vengo. Es que simplemente este presidente no puede hacer lo que se le dé la gana”, decía furiosa una mujer frente a la cámara de un periodista. “Todo está más caro”, repetía otra asistente, haciendo referencia al incremento en los precios los últimos meses sobre productos de la canasta básica, luego del anuncio del aumento al salario mínimo. Foto: Kellys Portillo.
Grupos feministas y LGBTIQ demandaron respeto a sus derechos
“Y ahora que estamos juntas / y ahora que sí nos ven / abajo el patriarcado / ¡se va a caer, se va a caer!”. A todo volumen, desde un parlante instalado encima de un pequeño carro rojo que avanzaba al son de la marcha, sonaba la cumbia de Poder Popular de la agrupación argentina Sudor Marika. Fue la señal del bloque feminista que se iba incorporando a la concentración del Parque Morazán. Llegaron bailando. Desde el inicio de las movilizaciones en contra del Gobierno, las organizaciones feministas han estado manifestándose y pronunciándose en contra del régimen de Bukele. Una de sus principales denuncias es la negligencia del Estado frente a los feminicidios perpetrados en Chalchuapa entre 2020 y 2021. Foto: Kellys Portillo.
Parte de la población LGBTIQA+ manifestó su descontento ante el régimen de Bukele en la Plaza Morazán. Denunciaron que la Asamblea Legislativa haya enviado al archivo la Ley de Identidad de Género, un documento trabajado por más de diez años con diferentes organizaciones de la sociedad civil e instituciones que buscaba garantizar el derecho a la identidad. También protestaban por la negligencia del Estado ante las desapariciones forzadas y transfeminicidios. Foto: Kellys Portillo.
Rechazo a las medidas y políticas del Gobierno
La marcha aprovechó el bicentenario de la independencia, conmemoración que ha tenido rechazo en países que comparten la fecha, como Guatemala, donde comunidades indígenas protestaron bajo la consigna “Nada que celebrar”. Este mismo día, el presidente Nayib Bukele emitió un mensaje en cadena nacional, en un evento para el que tenía autorizado hasta un millón de dólares para actos oficiales de conmemoración. Hasta ahora se desconoce en qué se utilizaron los fondos y cuánto se destinó a la producción de dicho video. La versión en la que Bukele ha insistido para explicar la marcha masiva es que fue financiada por grupos económicos y políticos, y la comunidad extranjera, con intereses opuestos a los de su gobierno. Foto: Kellys Portillo.
Dos hombres mayores hacían sonar sus caracoles sobre la Alameda Juan Pablo II, frente al hospital de emergencias del Instituto Salvadoreño del Seguro Social. El sonido retumbaba por varios metros. Eran miembros de la población indígena de El Salvador, quienes además iban acompañados de la wiphala, la bandera utilizada en Suramérica para representar a poblaciones indígenas andinas. Exigieron al Estado tomar medidas que aseguren la soberanía alimentaria de la población. Foto: Kellys Portillo.
Una de las medidas con mayor rechazo por parte de la población que asistió a la marcha es la del desmantelamiento del sistema judicial. Este proceso inició el 1 de mayo de 2021, cuando la mayoría oficialista asumió funciones en la Asamblea Legislativa, y cuyos diputados y diputadas, como primer acto de su gestión, removieron irregularmente de sus cargos a los magistrados de la Sala de lo Constitucional. La protesta abarcó la reciente aprobación de reformas a la Ley de la Carrera Judicial que obliga a los jueces mayores de 60 años a retirarse, y a los que llevan más de 30 años en sus cargos. Algunas organizaciones han denunciado esta medida como una amenaza a la independencia de los tres órganos del Estado, puesto que deja vía libre para que Bukele imponga de forma simultánea a jueces afines a su Gobierno. En un país donde el sistema judicial ya es negligente, carece del presupuesto necesario para atender correctamente los casos, suele ser revictimizante e incompetente, estas medidas han causado un gran descontento entre la población. Foto: Kellys Portillo.
“No estamos de acuerdo con lo que el Gobierno está haciendo, y peor poniendo esta moneda. Muchas personas más humildes que yo no van a saber cómo manejarla”, comentó una miembra de la Asociación de Mujeres Mélida Anaya Montes. El rechazo al bitcóin fue uno de los mensajes con mayor presencia en la marcha, sobre todo porque, luego de una mala gestión de la pandemia por COVID-19 –la cual estuvo repleta de señalamientos de casos de corrupción en el manejo de los fondos– la deuda externa del país incrementó exponencialmente, y el bitcóin se ha implementado con más préstamos. Foto: Kellys Portillo.
“Estamos aquí para ejercer nuestro derecho. Estoy aquí para protestar en contra del presidente, Nayib Bukele, por las injusticas, porque digo no al bitcóin, no a la reelección, por todos los delitos que ha cometido irrespetando la Constitución… El pueblo lo eligió, y el pueblo lo va a quitar también”, protestó una de las manifestantes que realizó el recorrido desde el parque Cuscatlán hasta la Plaza Morazán. “Atún y espagueti no son la solución”, gritaban otros colectivos, haciendo referencia a la medida asistencialista del gobierno para mitigar la crisis económica provocada por la pandemia de covid-19, que consistió en un saco lleno de productos alimenticios entre los que figuraban latas de atún y rollos de macarrones crudos. Otrxs asistentes bailaban al son de “La feria de Cepillín”, una canción infantil del payaso mexicano Cepillín, utilizada como sátira hacia el presidente. Foto: Kellys Portillo
“No queremos vivir en dictadura, que se nos respete nuestra dignidad como mujeres lisiadas de guerra”, expresó una manifestante de 60 años. Muchas personas que vivieron la guerra, y que marcharon este 15 de septiembre, admitieron no haber salido a marchar desde la época del conflicto armado en los años ochenta. “Mi mamá salía a marchar en su época, hoy me toca a mí”, expresaba otra manifestante, haciendo referencia a las protestas organizadas antes. “Ni las marchas de Monseñor Romero se llenaban así”, comentaba una joven que vestía una camisa con el logo de una comunidad eclesial de base. Foto: Kellys Portillo.
Denuncias contra acciones autoritarias
El Gobierno de Nayib Bukele se ha caracterizado por descalificar y acosar a las voces disidentes. Una de sus herramientas favoritas es la red social Twitter, donde sus seguidores atacan, difaman y acosan a usuarios que le resultan incómodos o que cuestionan su discurso. Además, ha atacado en reiteradas ocasiones a periodistas, activistas y defensores de derechos humanos. Foto: Kellys Portillo.
“Estamos marchando más que todo por la ley del bitcóin… Y por el derroche de dinero millonario que está haciendo este Gobierno”, manifestó Claudia Cardona. Durante la pandemia por COVID-19, el gobierno salvadoreño adquirió una deuda externa que supera el 80 % del Producto Interno Bruto. Algunas investigaciones periodísticas revelaron que varias compras realizadas durante la pandemia por el Ejecutivo fueron irregulares. La Corte de Cuentas ha ratificado esas investigaciones con sus propios y múltiples hallazgos. De acuerdo con una investigación que realizó el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y la Unión Europea (UE), El Salvador se convirtió en uno de los países con mayor endeudamiento y gastos de la región. Foto: Kellys Portillo.
El discurso de Nayib Bukele ha cambiado de tintes durante los años, abanderando o abandonando luchas según le convenga. Varixs asistentes a la marcha admitieron haber apoyado al presidente años atrás, pero ahora dicen sentirse arrepentidxs y decepcionadxs. “Esto no es nuevo, no es primera vez que pasa. Porque es lo mismo que pasó con Funes, yo voté por Funes y voté por Nayib y las dos veces terminamos decepcionados”, dijo a este periódico un señor que vendía accesorios con mensajes alusivos a la marcha.
Varixs manifestantes se disfrazaron para marchar. Foto: Kellys Portillo.
Asistentes a la marcha colocaron stickers en la Plaza Morazán en contra de la militarización. Uno de los proyectos más ambiciosos y populares implementados por el Gobierno ha sido el Plan Control Territorial. Recientemente el presidente realizó una invitación a jóvenes para unirse al ejército para combatir la violencia y “ser héroes de la nación”. Esta medida fue rechazada por varios sectores de la población por considerarlo un retroceso en la consolidación del Estado de Derecho. Foto: Kellys Portillo.
“No estamos celebrando ninguna independencia, estamos cansados de este gobierno que está haciendo atropellos a la población… Cada una de esas medidas que el gobierno está implementando son para incrementar la pobreza y la recesión de nuestro país”, comentó Laura Mejía, parte de CESTA Amigos de la Tierra. Los permisos concedidos en zonas protegidas a constructores por parte del Ministerio de Medio Ambiente, han representado una amenaza al ecosistema, tales como El Espino o el Valle El Ángel. Este último es un riesgo para el abastecimiento de agua potable en las zonas más populosas del municipio de Apopa. Foto: Kellys Portillo
Desde temprano, algunas personas que se dirigían a la marcha denunciaron por distintos medios de comunicación irregularidades con la Policía. “Me quitaron las placas y me impusieron una multa de 56 dólares y no me supieron explicar bien por qué”, contó un hombre por la radio. Sin embargo, la Policía Nacional Civil no llegó a la marcha, como suele ocurrir en eventos de este tipo. Ni siquiera para gestionar el tráfico vehicular durante la marcha. Quienes sí llegaron fueron supuestos infiltrados que fueron marginados por asistentes de la marcha. Las personas de este grupo, aproximadamente una docena, llevaban camisetas con mensajes contra el bitcóin y las banderas de los partidos FMLN y ARENA una al lado de la otra, y causaron algunos disturbios. Aun así, los espacios públicos en el Centro de San Salvador no daban abasto. Foto: Kellys Portillo.
Fotos: Kellys Portillo
Pies de fotos: Marcela Trejo
Edición: Jimena Aguilar y Súchit Chávez