Opinión

01.06 – El cóctel apocalíptico del cual COVID-19 es solo la cereza

Siempre saludo a las docenas de policías y militares que encuentro en el camino a mis mandados. También saludo a la señora de la tienda, también me he puteado con algunas personas, pero ya casi no. No estamos en tiempos de putearnos, a pesar de todo.

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Ilustración por Natalia Franco

San Salvador, El Salvador

Lunes, 1 de junio de 2020

Hola niñas,

¡Bienvenidas a junio! Llegamos. Por favor, ahorrémonos cualquier comentario de que las cosas no pueden ir peor porque anda bien sensible el Universo.

Llovió todo el fin de semana. Oí a una autoridad decir en la tele que, solo en este finde, llovió el 10% de lo que llueve en un año, pero quién sabe. Lo que sí, es que el COVID-19 dejó de dominar el circuito de las noticias en estos días, también en Estados Unidos, aunque por otros motivos. Esto me indigna.

Quisiera iniciar mi carta pidiendo perdón por ser tan negativa. No dejo de pensar que entre todxs lxs pesimistas conjuramos este cóctel apocalíptico del cual el COVID-19 se ha vuelto solo la cereza. Pero sé que no es así, sé que nuestro país es vulnerable a todo y que se nos han juntado varias cositas. Lo siento por no entender el pulso de mi país. Justo cuando encontraba poco eco en mis opiniones, el presidente salió con un índice de aprobación altísimo. No lo esperaba.

Las cosas de comedia siguen por ahí. Tuvimos un show el miércoles pasado por Zoom. Mis vecinos de la casa de enfrente se conectaron y me aplaudieron desde su casa. Bien chivo. Esta semana también tenemos otro show por Zoom para una empresa y así van surgiendo cosas. Eso me alegra.

Los shows que organizamos los comediantes centroamericanos también siguen, aunque debo confesar que los ánimos decaen, incluidos los míos… o quizás solo los míos. En Costa Rica varios compañeros ya se volvieron a presentar en un teatro de San José y eso me ha devuelto un poco la esperanza.

Ya llevamos más de dos meses en cuarentena. Dos meses donde solo he visto a la gente con la que vivo y a un amigo. Siempre saludo a las docenas de policías y militares que encuentro en el camino a mis mandados. También saludo a la señora de la tienda, también me he puteado con algunas personas, pero ya casi no. No estamos en tiempos de putearnos, a pesar de todo.

De pronto, todo mejora, quien quita 🙂

Abrazos a la distancia,

Gabi

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