Opinión

15.04 – Hacer lo posible para conservar la cordura o entregarse por completo a la locura

En la conversación con [mi hermana], al final solo salieron a flote tanto preocupaciones mías, como de ella, que está en Italia tratando de ver dónde está el horizonte y qué va a pasar.

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Ilustración por Natalia Franco

San Salvador, El Salvador

Miércoles, 15 de abril de 2020

Queridas hermanas: 

Ayer tuve una especie de breakdown en la mañana porque se me salió la ira y la negatividad en una conversación con mi hermana, y su tono un poco incisivo, en lágrimas porque sí, es cierto que, si nos ponemos a pensar en un futuro igual que el presente, pues ya la realidad fuera otra. No podría pagar el alquiler, porque no tendría trabajo, no podría ayudarle a mis papás, tampoco. Si esto sigue así, quizás de verdad me rapo. 

Porque de verdad ya no aguanto mi pelo. Tiene vida propia y siempre es distinto. El otro día tenía bucles y hace no mucho parecía un filósofo francés. No pensar en estos escenarios extremos sino en el presente me ayuda a imaginar un futuro menos sombrío, y tener algo que te aliente… Pero aun así mi relación conmigo misma en el encierro ya está sintiendo el peso del cuerpo. Tengo un lunar que ha brotado un pelo, o sea, definitivamente algo está mal. Mis cejas están creciendo y no de una manera cute. Me veo los pies y me pregunto: ¿Cuánto más voy a pasar así?



Juan me contó la vez pasada que él hacía ejercicio, y yo le conté de mi nueva rutina de salir al jardín descalza, a caminar en la grama y hablar con los pájaros. “Hay que hacer lo posible para conservar la cordura”, me dijo él. “O entregarse por completo a la locura”, le respondí.  

Sí, ok, las cosas podrían ser peor y no las vivo tan mal: me inscribí a un taller de meditación y escritura que me ayuda mucho a amortiguar la situación. Eso y tuve una velada a solas con dos cervezas y dos camparis y pensé que, a lo mejor, si me rapo, podría justificarlo con algún planteamiento filosófico acerca del ego y la estética. 

Pero ayer en particular tenía un solo revoltijo en la cabeza. Preguntas en espiral acerca del significado de todo esto, y cómo sobrellevarlo. Al final de la noche, una amiga y yo hablábamos por teléfono de lo que esta cuarentena significa en términos de violencia de género, abusos, economía y seguridad social. Nos hubiéramos podido quedar allí toda la noche hablando, pero terminamos diciéndonos que, ahuevo, ojalá sí se amortigüe el impacto con estas medidas extremas y que poco a poco se flexibilicen también las medidas. 

La verdad es que no me dan ganas de manejar a Guate mientras haya tantas amenazas de detenciones, pues. Nunca me iré.  

En la conversación con [mi hermana], al final solo salieron a flote tanto preocupaciones mías, como de ella, que está en Italia tratando de ver dónde está el horizonte y qué va a pasar.  

Hoy fue otro día con pelo absurdo, yoga con problemas de concentraciones, y un calor extremo. Sudo todo el tiempo. 

Pero bueno, hay cosas que no podemos controlar. 

Ciao, hermanas 

xo  

PT


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