Colonia, Alemania
Lunes, 13 de abril de 2020
Acabo de leer la noticia sobre cómo un policía le disparó 2 veces a un joven albañil en San Julián porque no le dio $50 para evitar que lo pusieran en cuarentena obligatoria.
Ejercer la cuarentena a punta de pistola puede parecer una solución “normal” para un país cuya respuesta a problemas sociales ha sido ejercer violencia desde sus aparatos de seguridad. Noticias como estas son una señal de los peligros que acompañan a un sistema con poca institucionalidad, rendición de cuentas y transparencia, sobre todo en épocas de crisis.
Además, deben ser un recuerdo de cómo los discursos de violencia, autoritarismo y “mano dura” desde los más altos puestos y líderes tienen consecuencias muy reales en la vida de lxs ciudadanxs.
Jimena