Berlín, Alemania
Viernes, 20 de marzo de 2020
Holi, queridas:
No escribí por un par de días porque tuve un bajón un poco fuerte. Como todo mundo, supongo, jaja.
En Berlín todavía está haciendo “calor”; la temperatura se mantiene alrededor de los 15 grados. Tuve que salir y me sorprendió ver negocios abiertos que no son “esenciales”, como la floristería de mi calle. Por un lado, me alivió ver gente comprándoles porque sé que los dueños son una pareja de adultxs mayores que necesita el ingreso. Pero me austa mucho que se expongan así porque son evidentemente grupo de riesgo. Les compré unas flores.
Hoy escuché gritos en la casa de la vecina. Se estaba peleando con su hijo. Salí a ver si podía ayudarla y me lxs encontré en el pasillo peleando. El hijo le tiró sus botas a la cara y salió corriendo afuera. Estaba bien apenada. Le dije que si necesitaba algo, que yo iba a estar pendiente y que solo tocara el timbre. Dijo que no, que era parte de tener un hijo adolescente. Pero que estaba rezando por que Merkel no declarara cuarentena total, porque ahí sus peleas se volverían cotidianas y más intensas. Me asustó la situación: el hijo tiene ya 16 y es muy alto y fuerte. Pero me aterra la posibilidad de que salga y se infecte, porque mi vecina es parte de la población en riesgo por discapacidad.
Espero que nos acostumbremos todxs al encierro y a la convivencia. Dicen que la violencia intrafamiliar va a aumentar en estos meses. Ojalá no sea así. Tu lista me animó, Jime. Me gusta saber que todas están viendo cómo estar más tranquis. Para subir el ánimo, les dejo un par de fotos del barrio vacío y de mis flores. No sé de qué especie son, ahí me dicen si saben.
Abrazos a todas,
Lya