Made in Italy
sintagma
cápsula
que me marca como ajena.
Su belleza
—arquitectura antigua
callejuelas empedradas
estatuas clásicas
altares y frescos—
me seduce.
Su exquisitez
—vinos sabrosos
quesos espléndidos
hierbas aromáticas—
me alegra.
Pero mi cuerpo no se reconoce
en su parafernalia.
Hay días en que me cuesta amar a este país
Me sé de memoria
al revés y al derecho
el paisaje de mi soledad.
Ajena, esbozo otro paisaje.
El lago es mi hoja de papel.
Ahí me reescribo con tinta-bruma.
En mi lago-página
toco el abismo con mis pies
y la leche del sol
amamanta labios manos pupilas.
Patos pájaros cabras
me invitan a quedarme en el tiempo de las onomatopeyas
me ruegan olvidar el mundo humano.
[cuando quiero compartir, creen que pido dinero
cuando ven imágenes del sur, ensalzan la fortuna de haber nacido en Europa
cuando miran de reojo a inmigrantes, olvidan que este es país de emigrantes
cuando alardean de su posición en la G8, no recuerdan el pasado colonial]
Balbuceo.
Mi lengua se pasea en la materia ósea
de palabras nuevas y extrañas.
Con timidez saluda a zetas y consonantes dobles.
Soy una niña
que desarma significados y sonidos.
El lago es mi folio azul
y el consuelo de mi cuerpo.
Ha muerto una amiga en el lugar que dejé.
Mi duelo escala arterias
y busca palabras en el mapa de mis lenguas
la nativa la aprendida la reciente.
Ninguna modela el esqueleto propio del dolor.
Migrar es no estar ahí para enterrar a tus muertos
ni conocer su tumba.
Es acostumbrar tu ánimo a su partida
con un fragmento en tu mano que es viento sin punto cardinal.
Migrar es llorar a tus muertos en un paisaje intuido y vaciado.
Camino
para estampar lo dolido en esta tierra
para hacerla mía.
Bajo un cielo nublado
en una banca
escucho la conversación
de una mujer y un hombre.
Ambos tienen arrugas en la piel y la ropa.
Se lamentan del país y los políticos
y se giran a mirarme.
Sus ojos me interrogan.
No les cuento mis tristezas
y en mi italiano de extranjera
me quejo del cambio climático.
El tema los alumbra como dos velas en la gruta
y conmigo protestan
por la basura que asedia a la playa
por la sequía que fatiga al río
por el rumor de motores que altera al lago.
Mi lago-libro me reescribe
me incrusta en frases de aprendiz
me cincela en el mineral de las letras.
Hay días en que no me cuesta amar a este país.