Conocida cariñosamente como Tita en su comunidad, ha dedicado su vida a que el náhuat no se pierda. A sus 82 años, Nantzin Sixta continúa con su labor educativa desde La Casa de Sefoura, una escuela en línea dedicada a la revitalización del náhuat. Desde este espacio, imparte clases virtuales gratuitas y sigue siendo una inspiración para quienes luchan por rescatar y promover este invaluable tesoro cultural.
“Mi náhuat va a quedar escrito […] Si yo me voy, mi náhuat queda con todos ustedes”, dice Nantzin Sixta con la pasión de quien considera este idioma su mayor tesoro. Lo que alguna vez fue un sueño inimaginable, hoy se materializa en un legado que atraviesa generaciones: un diccionario.
Tita creció en un entorno marcado por el machismo y la desigualdad. Su padre, quien decidía que solo él debía leer y escribir, la sacó de la escuela después de dos años para enviarla a trabajar. Sin embargo, esas experiencias moldearon su decisión de criar sola a su hijo, desafiando las normas sociales de la época. No quiso repetir la historia: le enseñó náhuat y le permitió soñar, estudiar y crecer en libertad. Hoy, madre e hijo comparten el compromiso de enseñar esta lengua milenaria.
La maestra de caminos y quebradas
A pesar de haber estudiado formalmente por poco tiempo, Nantzin Sixta se convirtió en maestra. Primero enseñó en la Kuna Nawat de su comunidad y más tarde llevó su conocimiento de casa en casa, cruzando ríos y quebradas para llegar a sus alumnos. Su esfuerzo la conectó con Héctor Martínez, un joven activista digital que lidera Ne Ichan Sefoura (La Casa de Sefoura), la biblioteca virtual en náhuat más grande de El Salvador.
El proyecto no solo busca preservar la lengua de forma gratuita, sino también dignificar el trabajo de las y los maestros. En este espacio, Nantzin Sixta se enfrentó a un desafío inesperado: la brecha digital. Con la ayuda de su familia, aprendió a usar plataformas como Zoom para continuar enseñando a una nueva generación de estudiantes.
Milenaria, no bicentenaria
Con su poderosa frase “No somos bicentenarios, somos milenarios”, Nantzin Sixta ha inspirado a más de 700 estudiantes, llevando el náhuat a rincones donde parecía olvidado. Su historia es un testimonio de resistencia, amor y compromiso con una lengua que se niega a morir.
Hoy, Nantzin Sixta no solo es una maestra, sino también un símbolo vivo de la lucha por mantener viva la identidad cultural de El Salvador.
Créditos
Este podcast fue producido gracias al apoyo del Programa de Becas de la Asociación de Periodistas de El Salvador en colaboración con la Mediatón de Alharaca y Revista Elementos.
El guion fue escrito y narrado por Diana Anzora.
El reporteo estuvo a cargo de Vilma Laínez y Diana Anzora.
La edición fue realizada por Metzi Rosales Martel, Andrea Burgos, Jimena Aguilar y Claudia Jardím.
El audio fue editado por Diego Espinoza.
Agradecimientos especiales al Laboratorio de Comunicación de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.