Escuchá el episodio 4
Este proyecto fue diseñado originalmente como un recorrido en audio geolocalizado. Es decir, son audios que están pensados para que los escuchés en lugares específicos que están conectados a los eventos que narran.
Para hacerlo lo más accesible posible también lo estamos publicando como mapa virtual, como un podcast, y sus respectivas transcripciones.
Por ello, a veces los audios te darán indicaciones hacia dónde debes dirigir tu mirada. En esos momentos, si no estás en el centro histórico de San Salvador, observa las fotografías en el mapa, recuerda visitas pasadas o imagínate el lugar. Te recomendamos utilizar audífonos y buscar un lugar con pocos ruidos.
Leé la transcripción del episodio
Narradora: Cuando la primera bomba explotó, Meybel Molina estaba enfrente de aquí, por aquellos árboles en la plaza.
Meybel Molina: Fue explosión fuerte y seguido se oyeron balazos.
Yolanda Rodríguez de Gutiérrez: Toda la gente empezó a correr.
Yolanda trepó la baranda y se resguardó adentro de Catedral. El Padre vio todo desde arriba. Francisco empezó a correr.
Francisco Manzanares: Si me toca morir aquí, voy a morir en un escenario digno de morir.
Regresó a la Plaza Libertad, pasó por el parque San José y logró salir del centro y subirse a un microbús que lo llevara lejos.
Francisco Manzanares: Dios no me tenía reservada la muerte para ese día.
Pero Meybel, quien tenía 4 meses de embarazo, estaba ahí, en medio de la plaza Barrios donde había decenas de miles de personas.
Meybel Molina: Empecé a ver yo cuerpos que caían. ¡Aquí están disparándonos! ¡Aquí nos van a matar! Esta es masacre total…
Tenía que buscar refugio y lo primero que pensó fue en venirse hacia Catedral.
Meybel Molina: Pero el movimiento que ya se había generado de todos los demás. No me dejó que yo moviera mi cuerpo hacia adelante… Y me fueron llevando y llevando cuando sentí que estaba en las gradas…
…de unos baños públicos que en aquel entonces estaban a un costado de la plaza y ahora ya no están. Entró y se agachó a la par de un inodoro.
Meybel Molina: Queriendo hacerme un granito de arroz…
Junto a ella entraron muchas personas más.
Meybel Molina: Eso estaba lleno. No le estoy hablando de 10, 15 personas, había unas 100, 200 personas.
Y alguien empezó a orar.
Meybel Molina: Pero susurrado Padre nuestro, que estás en los cielos santificado sea tu… Y empiezo yo también Padre nuestro que estas en los cielos… ay, Padre mío, ¡ay Padre nuestro!
Pasaron unos minutos cuando escucharon:
Meybel Molina: ¡Abran, abran! Pah, pah ¡Abran, abran! Y ahí dije: ¡dios mío, qué gran error meterme aquí! Aquí nos van a acribillar a todos. ¡Aquí vamos a quedar y vamos a ser desaparecidos!
“Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios. Una ley inmoral. Nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado”. — Monseñor Óscar Arnulfo Romero, 23 de marzo de 1980.