Escuchá el episodio 3
Este proyecto fue diseñado originalmente como un recorrido en audio geolocalizado. Es decir, son audios que están pensados para que los escuchés en lugares específicos que están conectados a los eventos que narran.
Para hacerlo lo más accesible posible también lo estamos publicando como mapa virtual, como un podcast, y sus respectivas transcripciones.
Por ello, a veces los audios te darán indicaciones hacia dónde debes dirigir tu mirada. En esos momentos, si no estás en el centro histórico de San Salvador, observa las fotografías en el mapa, recuerda visitas pasadas o imagínate el lugar. Te recomendamos utilizar audífonos y buscar un lugar con pocos ruidos.
Leé la transcripción del episodio
Narradora: Yolanda Rodríguez llegó a la plaza Barrios con sus colegas del Telediario Salvadoreño. Recorrieron el área y, al igual que Francisco Manzanares, notó la presencia de policías y militares.
Yolanda Rodríguez de Gutiérrez: en los edificios aledaños, el Palacio, Banco Hipotecario y las tiendas que estaban acá al lado izquierdo.había una amenaza ahí y estaba llenísimo.
Buscaron un lugar donde montar la cámara, aquí en esta esquina, afuera de la baranda, a un lado de la entrada principal de Catedral. Enfrente veían la plaza llena de gente. Sus tomas irían a cadenas extranjeras como NBC y Televisa. Al mismo tiempo, el Padre Jon Sobrino acompañaba el ritual desde adentro de la iglesia.
Jon Sobrino: Yo le conocí muy de cerca durante tres años y muy de cerca vi todo lo que hizo, que no es ninguna tontería.
El 24 de marzo de 1980 sucedió lo que muchas personas tanto temían. Si habían matado a tantos otros…
Jon Sobrino: Pues, Romero que hablaba para todo el mundo… Esa noche, estábamos en mi casa, inquietos. No tanto con miedo de que vengan no y empezamos a oír disparos al aire de revolver. Es decir que, así como en los pueblos sencillos, en las fiestas patronales echan cuetes para celebrar, estos cabrones sin vergüenza echaron…
Cada domingo, Monseñor Romero condenaba desapariciones, ejecuciones extrajudiciales y todo tipo de violaciones a derechos humanos. Los casos, además, eran documentados por la oficina de Socorro Jurídico del Arzobispado, la cual él mismo fundó en 1977.
Yolanda Rodríguez de Gutiérrez: Monseñor Romero era muy querido por la gente. Dondequiera que usted pasaba, alguien estaba escuchando sus homilías.
Dice Yolanda. Meybel lo recuerda así:
Meybel Molina: Para muchas personas en distintos niveles. Romero era la voz, ¿verdad? La voz de ese pueblo.
En un contexto donde un libro podría acarrear una detención, donde ser docente o estudiante era motivo de persecución, la voz de Romero se extendió desde la Catedral hacia afuera y acobijó a todo un país inmerso en la oscuridad.
El 30 de marzo de 1980 ese mar de gente frente a este catedral vino a rendirle honor al arzobispo que les daba tanta esperanza. Atrás, adentro de la iglesia, estaba el padre Jon Sobrino.
Jon Sobrino: Como soy diabético. Y con muy poca fuerza. Le dije a un compañero jesuita, mayor que yo, “yo aquí no aguanto, porque aquí abajo en la plaza… esto puede durar horas”. Nos metimos por la catedral por dentro y subimos escaleras por dentro. Y yo me fui al tejado.
Desde ahí podía ver todo. Francisco Manzanares era parte de esa multitud entre la Plaza Libertad y la Plaza Barrios.
Francisco Manzanares: Estaba a unos 10 metros quizás aproximadamente de dónde está hoy el Selectos.
Y Meybel Molina se subió a un arriate que rodeaba un árbol aquí enfrente de donde estamos ahora.
Meybel Molina Audio: Un árbol que estaba un poquito fuera del mero centro de la plaza.
Fue entonces, a las 11:42 de la mañana, que sonó la primera bomba.
«La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el Gobierno tome en serio. Que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre». —Monseñor Óscar Arnulfo Romero, 23 de marzo de 1980.