Derechos de las mujeres

Patricia Madrigal: «Las mujeres en menopausia tienen un riesgo elevado de padecer Alzheimer o demencia» 

Hablar abiertamente sobre la menopausia contribuye a que las mujeres puedan vivir esta etapa con mayor bienestar. En esta entrevista, realizada en el marco del Día Internacional de la Menopausia, la Dra. Patricia Madrigal, especialista en medicina integrativa, funcional y salud hormonal femenina en Costa Rica, explica los principales síntomas de la menopausia y destaca la importancia de un enfoque integral que incluya ajustes en el estilo de vida, una alimentación adecuada y el cuidado emocional, todo orientado a mejorar la calidad de vida en esta fase.

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Foto cortesía de Dra. Patricia Madrigal.

¿Por qué la menopausia sigue siendo un tema tabú? 

No diría que la menopausia es un tema tabú. A veces, es un tema invisibilizado, es decir, no se habla de ello. Esto ha ido cambiando con los años, ya que hoy en día las mujeres saben un poco más qué es la menopausia y la importancia de abordarla de manera integral. Sin embargo, sigue siendo un tema que se percibe como algo natural, que no requiere atención médica o tratamiento en esta etapa. 

¿Cuáles son los principales mitos que enfrentan las mujeres sobre la menopausia?  

Uno de los mitos es pensar que la mujer en menopausia ya está vieja, que no es atractiva, que su vida sexual se acaba y que no necesita atención médica. Creer que las terapias de reemplazo hormonal con los estrógenos, progesterona y testosterona son malas y pueden causar cáncer, cuando en realidad no es así, y más bien pueden ser muy beneficiosas. También se cree que, aunque la menopausia les ocurre a todas las mujeres, debemos aguantar los síntomas porque nuestras abuelas o nuestras madres lo vivieron de esa manera, y lo normalizamos, sin ver el riesgo que implicó para ellas no haber recibido atención integral. Lo más importante es la información. Con las herramientas adecuadas, las mujeres pueden tomar decisiones informadas sobre su bienestar.  

¿Qué cambios físicos y emocionales experimentan las mujeres durante la menopausia?  

Para entender lo que ocurre en la menopausia, debemos saber que es el fin de la vida reproductiva, marcado por la última menstruación. Sin embargo, los cambios hormonales, principalmente de progesterona y estrógenos, empiezan hasta 10 años antes. A partir de los 35 años, las hormonas comienzan a fluctuar, y los síntomas se hacen más notorios mientras nos acercamos a la menopausia. Estos pueden incluir oleadas de calor, que no deben ignorarse ya que pueden estar relacionadas con un mayor riesgo cardiovascular, trastornos del sueño, cambios en la composición corporal y menstruaciones irregulares. A nivel emocional, se observa irritabilidad, ansiedad o incluso depresión. El deseo sexual también disminuye debido a la sequedad vaginal y cambios hormonales. 

Uno de los síntomas que más preocupa es el deterioro cognitivo, cuando la mujer comienza a olvidar cosas cotidianas. ¿Qué podemos hacer? Existen herramientas como la terapia de reemplazo hormonal bajo supervisión profesional. Es crucial también cuidar la alimentación, optar por proteínas, grasas saludables y alimentos antiinflamatorios para mejorar la composición corporal y reducir la inflamación. Además, el ejercicio físico no es negociable en esta etapa, ya que ayuda a prevenir muchos riesgos asociados con los cambios hormonales. 

¿Cuál es la importancia de que las mujeres se informen y conozcan su cuerpo antes y durante la menopausia? 

El conocimiento es poder, y en esta etapa es fundamental. Ya pasamos la época de nuestras abuelas, donde simplemente había que soportar los síntomas. Hoy tenemos acceso a información, lo que permite a las mujeres tomar decisiones y decir: «Voy a hacer de esta transición algo diferente en mi vida». ¿Por qué debemos hacerlo? Porque debemos informarnos y actuar, incluso llegar al médico y decir: «Quiero atención, quiero que esta etapa sea buena para mí, pero necesito una guía médica de alguien capacitado».  

En América Latina, la menopausia suele llegar alrededor de los 47 años, lo cual es más temprano en comparación con países como Australia, donde ocurre a los 53. Esto significa que, hoy en día, las mujeres tienen una esperanza de vida cada vez más larga. Si la menopausia llega a los 47, eso significa que una mujer pasará más de un tercio de su vida en menopausia, con todas las consecuencias que eso conlleva.  

¿Cómo podemos ver la menopausia como una transición natural? 

En mi consulta, veo con frecuencia el temor que tienen las mujeres hacia la menopausia. Piensan que se van a ponerse feas, y que todo lo que son cambiará como consecuencia. Yo siempre les digo: «es una etapa inevitable, por más que queramos no podemos saltárnosla». Pero puede ser una etapa positiva. Es cierto, los cambios son importantes y afectan el cuerpo, el cerebro y muchas de nuestras actividades diarias, pero hay soluciones que podemos tomar. No solo desde el punto de vista médico, sino también en el estilo de vida: hacer ejercicio, alimentarse bien y manejar mejor el estrés.  

Una de las cosas que más puede perjudicar esta transición es llegar a ella con el estrés al máximo, porque el cortisol, la hormona del estrés, también afecta nuestras hormonas sexuales. Las mujeres, muchas veces, estamos en etapas de vida con grandes niveles de estrés a los 40 o 42 años, con múltiples responsabilidades: trabajo, ser buenas profesionales, madres, cuidadoras, esposas. La autoexigencia y la presión social nos agotan. Esto dispara los niveles de cortisol y puede provocar que la menopausia llegue más temprano.  

Es esencial llegar a esta etapa con tranquilidad y comprensión. No podemos evitarla, pero si vamos a pasarla, que sea como superando un reto con éxito, sintiéndonos bien. Hay muchas medidas que no dependen únicamente del tratamiento médico.  

¿Cómo puede impactar la menopausia en las relaciones de pareja y en la intimidad de las mujeres?  

Uno de los temas que más afecta a las mujeres en esta etapa es la sexualidad, ya que para muchas parece ser el fin de su vida sexual. Imagínese pasar un tercio de su vida sin tener una vida sexual activa. No es justo. Esto sucede, en gran medida, por los cambios fisiológicos que trae la deficiencia hormonal, afectando la vagina que pierde elasticidad y lubricación, lo que puede generar atrofia y, en algunos casos, infecciones vaginales. Lamentablemente, muchas mujeres se resignan a soportar esta situación, lo que puede hacer que las relaciones sexuales se vuelvan dolorosas o se limiten, generando incluso conflictos en la pareja.  

Algo que me entristece profundamente es escuchar a mujeres decir: «Ay, doctora, mi esposo se va a aburrir y me va a dejar». La sexualidad es importante en la pareja, sí, pero se debería comprender que es una etapa de transición. Debemos trabajar en mejorarla, pero no solo por nuestras parejas, sino porque es tu vida sexual, y tienes derecho a disfrutarla plenamente, sin hacerlo solo por complacer a la otra persona. 

Es fundamental que la mujer entienda que tiene derecho a una vida sexual plena. Por eso, debe tomar medidas, ya sea utilizando hormonas, lubricantes o explorando otras formas de disfrute sexual que le permitan mantenerse activa y satisfecha. 

¿Qué tipo de apoyo médico y emocional deberían buscar las mujeres en esta etapa de la vida? 

Mi primera opción de tratamiento siempre será considerar la terapia de reemplazo hormonal, ya que, una vez que las hormonas disminuyen, no se vuelven a producir. Mi recomendación principal es el uso de hormonas bioidénticas, que son prácticamente iguales a las que producimos. ¿Por cuánto tiempo? El necesario, porque, aunque comencemos a usarlas, nuestras hormonas no volverán a producirse después de unos años. Estoy hablando de estrógenos, progesterona y, en algunos casos, testosterona, que también disminuye con el tiempo.  

La terapia de reemplazo hormonal no siempre es posible, especialmente para mujeres con factores de riesgo, como antecedentes de cáncer de mama, hormono dependiente o enfermedades asociadas a trombosis, donde el uso de hormonas puede aumentar el riesgo. En esos casos, existen opciones. Podemos recurrir a suplementación nutricional o hierbas que ayudan a aliviar algunos síntomas, como los calores, y regularmente ciertos riesgos que aumentan con la menopausia.  

El tratamiento en esta etapa está relacionado con la prevención de problemas como el mayor riesgo cardiovascular. Durante la menopausia, el colesterol LDL, que puede oxidarse y formar placas en las arterias, comienza a aumentar. También hay mayor riesgo de osteoporosis debido a la pérdida de densidad ósea, así como de desarrollar depresión, ansiedad y demencia. Las mujeres en menopausia tienen un riesgo elevado de padecer Alzheimer o demencia. Muchas veces escucho a mis pacientes decir que sus madres nunca recibieron tratamiento y ahora enfrentan enfermedades cardiovasculares, metabólicas, Alzheimer u osteoporosis severa. 

Por todo esto, la menopausia debe ser tratada, porque, aunque no afecte la salud de inmediato, las consecuencias pueden aparecer en el futuro, y eso es algo que podemos prevenir. 

¿Qué papel juega la alimentación y el ejercicio en el bienestar de las mujeres que están atravesando la menopausia? 

Durante esta etapa, además de la pérdida de densidad mineral ósea, también perdemos masa muscular, y si no nos alimentamos bien con proteínas de calidad, no tendremos la materia prima necesaria para construir músculo. A veces las mujeres tememos vernos musculosas o pensamos que debemos ser extremadamente delgadas, pero en esta etapa, tener músculos y huesos fuertes nos ayudará a evitar fracturas. Hay que alimentarse con ese objetivo en mente. 

Para fortalecer los huesos, es fundamental consumir alimentos ricos en calcio, como el ajonjolí, las almendras, los mariscos de concha y las algas. Hay que romper la idea de que solo los lácteos aportan calcio, ya que no es así. También es clave seguir una dieta antiinflamatoria, que ayudará a reducir el riesgo cardiovascular. ¿Qué implica una dieta antiinflamatoria? Una dieta llena de colores, con muchos vegetales, verduras, proteínas de calidad y grasas buenas, como el aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos y la fibra, eliminando alimentos procesados y con aditivos. 

En cuanto al ejercicio, este es el momento de hacer ejercicio de resistencia para generar masa muscular. Caminar está bien, pero no es suficiente en esta etapa. Hay que levantar pesas y hacer ejercicios que realmente fortalezcan los músculos.  

Otro aspecto importante, es la exposición a tóxicos ambientales, como los que se encuentran en los plásticos, el Bisfenol A, el teflón en las ollas, o los químicos presentes en cosméticos, productos de limpieza y pesticidas. Estas sustancias pueden alterar el funcionamiento de las hormonas, lo que se conoce como disruptores endocrinos, y muchos de ellos están asociados con una menopausia temprana o con complicaciones cuando se utiliza terapia de reemplazo hormonal. Por eso, es crucial informarse y reducir la exposición a estas sustancias desde antes, ya que esto puede disminuir riesgos futuros. 

Para las mujeres que aún no están en esta etapa, ¿qué recomendaciones daría para prepararse y qué recursos recomienda para conocer más sobre la menopausia? 

Me gusta mucho que las mujeres jóvenes se informen sobre esta etapa. ¿Por qué? Porque yo también pasé por ahí. A veces una cree que nunca va a llegar, que siempre se va a sentir igual, con el cuerpo en perfectas condiciones y la mente clara. Pero hay que prepararse. Esto implica manejar mejor el estrés, comer bien e informarse para poder tomar las mejores decisiones cuando llegue el momento. 

Si desde ahora ya estoy experimentando desbalances hormonales, es momento de hacer algo. Si noto que me estoy exponiendo a muchas sustancias tóxicas, es importante tomar acción, porque todo eso va a influir en mi futuro. Hay muchos recursos de información, pero lo más importante es asegurarse de que provengan de fuentes confiables y profesionales de la salud que puedan guiar adecuadamente. 

Me gusta recomendar a las mujeres herramientas útiles como aplicaciones. Por ejemplo, Think Dirty, donde podemos escanear productos, sobre todo cosméticos, para ver si contienen disruptores endocrinos. También recomiendo Brain HQ, una aplicación que ofrece ejercicios mentales y que, cuanto antes la usemos, mejor. No hay que esperar hasta la menopausia para utilizarla, ya que ayuda a prevenir el deterioro cognitivo y tiene mucha investigación científica que la respalda. 

Además, hay libros que son de gran ayuda. Me gusta el libro de la doctora Felice Gersh, «50 cosas que debes saber sobre la menopausia», donde explica claramente por qué ocurren estos cambios. También recomiendo otro libro «Envejecimiento sin edad: una guía para mujeres para aumentar la esperanza de vida, la capacidad intelectual y la esperanza de vida», de Kate Hanley Maddy Dychtwald, que trata sobre cómo podríamos envejecer de manera adecuada, manteniendo el equilibrio en nuestro cuerpo y mente, para sentirnos bien y conservar nuestra salud a lo largo de los años. 

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