La primera Marcha del Orgullo tras la juramentación de Nayib Bukele para un mandato consecutivo inconstitucional arrancó con denuncias sobre el fin de la democracia en El Salvador: “Les damos la bienvenida a la Marcha del Orgullo 2024, la primera desde que terminara en nuestro país la era democrática”. Con esta frase, el Movimiento Ampliado LGBT+ de El Salvador (MALES) dio inicio a su discurso previo a la marcha, convocada para la 1 de la tarde del sábado en el boulevard Los Héroes.
Más de cuatro mil personas se reunieron para defender los derechos de la población LGBTIQA+. “Estar aquí hoy nos hace sentir fuerte, pero también nos llena de orgullo, que es la manifestación social que más personas convoca en el año”, afirmaron les coordinadores de la marcha.
Bajo la lluvia, al ritmo de música y consignas en contra del discurso de odio del Gobierno de Bukele, los colectivos celebraron la diversidad sexual y de género portando los colores del arcoíris. Aprovecharon la fecha para denunciar los retrocesos en la garantía de sus derechos, como la disolución de la Dirección de la Diversidad Sexual, la derogación del Decreto Legislativo 56 que prohibía toda forma de discriminación por orientación sexual e identidad de género y «el archivo injustificado de las propuestas de Ley de Identidad de Género y la Ley por la Igualdad y No Discriminación, entre otros.
Gonzalo Montano, del Colectivo Amate y vocero de MALES, explicó la coincidencia de la Marcha del Orgullo con el periodo antidemocrático. “Esta es la primera marcha masiva que se da en este contexto de retroceso democrático. Lo que más preocupa es el incremento de la violencia, el incremento del odio, y las acciones que el gobierno está emprendiendo de manera negativa para afectar los derechos de la población LGBT+; así como la instrumentalización que está haciendo de nuestras luchas: difundiendo información errónea acerca de la realidad que nosotros y nosotras queremos”.
En febrero de este año, tras participar en la Conferencia Política Conservadora de la Ultraderecha en Estados Unidos, el presidente inconstitucional, Nayib Bukele, arremetió contra la población LGBTIQ+ al decir que en su gobierno no está permitido la perspectiva de género, acto seguido, ordenó a eliminar la sigla LGBTIQ+ en al menos 16 ministerios, entre ellos, el de Educación y el de Salud.
En el comunicado, MALES subrayó la censura reciente de la presentación de la obra teatral «Inmoral» del Proyecto Queer Inari por parte del Ministerio de Cultura, así como el despido masivo de empleados de este ministerio como ejemplos de las medidas conservadoras y represivas del Gobierno. Estas acciones, según el movimiento, reflejan un ambiente adverso y hostil hacia la población LGBTIQ+ y otros sectores que defienden los derechos humanos y la democracia en el país.
Dos días antes de la marcha, Bukele ordenó el despido de 300 empleados públicos desde su cuenta personal en X, como ya es costumbre. Según él, estos empleados promovían «agendas que no son compatibles con la visión de su Gobierno».
El Movimiento Ampliado LGBT+ de El Salvador
Karla Guevara, del Colectivo Alejandría, afirmó que, a raíz de los retrocesos experimentados durante el último lustro, y especialmente este año, decidieron conformar el Movimiento Ampliado LGBT+ de El Salvador (MALES) para resistir de forma colectiva.
El Movimiento está integrado por diferentes colectivos de la población diversa de todo el país. “Nació ante la necesidad de fortalecer alianzas debido a los ataques contra los derechos humanos LGBTIQ+, como la eliminación de los lineamientos de atención en el Ministerio de Salud. Se hizo un esfuerzo para que todos los movimientos sociales se concentraran en el Movimiento Ampliado, y esto ocurrió en febrero de este año”.
La Marcha del Orgullo del sábado también contó con la presencia de representantes de los movimientos feministas, estudiantiles y de juventudes.
Abrazos de mamá orgullosa
La Marcha del Orgullo estuvo cargada de denuncias contra el Gobierno de Bukele por los retrocesos en los derechos de esta población, pero también estuvo llena de expresiones de alegría, solidaridad y esperanza.
Merci llegó con su hijo Javier desde Santa Tecla. Era su primera vez en esta marcha. Portaba un cartel que decía: “Abrazos de mamá orgullosa” durante el recorrido. En el trayecto, abrazó a muchas personas jóvenes que se le acercaron para felicitarla por su gesto de solidaridad.
“Lo que él ha decidido, yo lo voy a apoyar. Tenemos que dejar a los hijos ser lo que quieran ser. Muchos jóvenes se me acercaron y me sentí feliz. Me puse a llorar porque me siento una madre orgullosa. No me da peda decir que mi hijo es gay”. Merci, desde el amor, protestó ante la discriminación que su hijo experimenta de parte de su familia y vecinos.
Para Javier, de 18 años, participar en la Marcha del Orgullo fue una experiencia única. Estaba feliz. Aseguró que se sintió seguro y encontró esperanza para seguir conquistando sus sueños. “Sentir ese apoyo de mi mamá es algo que no hay palabras para expresar. Me siento feliz y alegre por la mamá que Dios y el Universo me ha permitido tener”.
Javier sueña que, en este país, las personas LGBTIQA+ estén en los espacios donde deben estar: estudiando sin discriminación, en las plazas públicas dándose un beso con su pareja, en los bares tomados de la mano y creando sus propias familias sin miedo a ser violentados o juzgados por expresarse. Lamenta que el Gobierno le cierre las puertas a la diversidad. “Me entristece mucho lo que dice el Gobierno, pero hay que luchar. Aún hay mucho por lograr. Ojalá tengamos igualdad, que el Gobierno sepa que somos seres humanos. Mi sueño es que en El Salvador las personas de la diversidad se puedan casar y tener seguridad. Lucho porque las personas puedan tener una mente abierta”.
A diferencia de Javier, la primera vez para Antonio en la Marcha del Orgullo fue diferente. Llegó desde Soyapango tomado de la mano con su novio y a escondidas de su familia. A sus 30 años, no ha encontrado el espacio para decirle a sus padres que es gay. “Tenía ganas de venir a esta marcha. Ya no tengo miedo, tengo que aceptarme tal como soy y amar a mi pareja. Fue difícil aceptarme a mis 27 años por la discriminación. En la escuela me hacían bullyng. Mi pareja ha sido mi motivación, es un joven fuerte”.
Érick, de 22 años, es la pareja de Antonio. Lleva dos años participando en la Marcha del Orgullo. Su familia lo apoya y lo acompaña. “Es parte de sentirse seguro con uno mismo. Mi familia sí me acepta, es abierta”.
Las juventudes en la Marcha del Orgullo
Las juventudes fueron de los rostros más visibles de la Marcha del Orgullo. Sus expresiones artísticas, corporales y carteles contenían mensajes para posicionar la importancia de la defensa de sus derechos fundamentales. Y de denuncia por las medidas represivas de este Gobierno como el régimen de excepción, vigente desde marzo de 2022, y los hechos de violación sexual cometidos por policías y militares.
Uno de los colectivos de jóvenes que participó fue Brisas del Campo de la comunidad Santa Marta en Victoria, Cabañas.
El vocero de este colectivo, Fausto Gámez, expresó que participar en la Marcha del Orgullo en la capital visibiliza la defensa de los derechos de la diversidad sexual desde lo rural. “Participar desde una zona rural en la Marcha del Orgullo en San Salvador es la máxima expresión de los movimientos LGBTIQ+, como se le ha llamado a la marcha este año: más visibles que nunca”.
Este colectivo surgió en 2018 y, según Fausto, es el primero que se ha fundado en el departamento de Cabañas. Su trabajo también incluye articular estrategias con otros organismos locales para defender a los sectores vulnerados. Les jóvenes marcharon juntos, llevando una bandera grande con los colores del arcoíris y el nombre de su colectivo en el centro.
El Colectivo de jóvenes Pedrina, de Santa Ana, también participó en la marcha. Su nombre hace referencia a una mujer trans en la historia de este departamento.
Annet y Gabriel, de 20 y 21 años, son parte de este colectivo. Participaron activamente en la marcha junto a sus amistades. Gabriel aseguró que es en este espacio donde encuentra esperanza, paz y seguridad, ya que han perdido las esperanzas de que la gente de su comunidad se una a esta lucha. “Aquí me protegen mis amigos gais. Precisamente, por eso estamos aquí”, afirmó Annet.
Ambos jóvenes contaron que en el Colectivo Pedrina reciben formación en defensa de los derechos humanos y fortalecimiento de sus capacidades.
Mujeres lesbianas de San Salvador también llenaron de colorido la marcha para exigir respeto y una vida libre de violencia. Edith, una de las participantes, aseguró que fue despedida de su trabajo hace un año y medio por identificarse como una persona de la diversidad. “Mi jefa me quitó por mi orientación sexual”. A ella, le da miedo de vivir en El Salvador por el odio contra la población de la diversidad sexual. No se siente segura como lesbiana en los espacios públicos de este país. “El Gobierno que está actualmente no creo que tome medidas para que no haya personas de la comunidad vulnerada”.
«Juzgar también es pecado»
La Marcha del Orgullo finalizó en la Plaza Salvador del Mundo. Ahí, los colectivos conmemoraron a las víctimas de crímenes de odio y reivindicaron sus luchas. Mientras reivindicaban sus luchas, un grupo de hombres extranjeros los esperaba con pancartas y camisetas con mensajes antiderechos y discursos de odio. Les «invitaban» a buscar a Cristo porque la homosexualidad es pecado. El grupo no dijo a qué congregación religiosa pertenecía, pero expresaron que eran evangélicos. Dijeron que estaban en las Américas para prevenir agendas como el matrimonio igualitario. “Juzgar también es pecado”, respondieron en coro les asistentes de la Marcha del Orgullo.
En El Salvador del Mundo se habilitó un espacio para que representantes de colectivos y artistas celebraran sus victorias con discursos y expresiones artísticas.
Mencionaron que tanto la persecución de activistas, periodistas y organizaciones de la sociedad civil, como este mandato presidencial inconstitucional y el fraude electoral, han contribuido a debilitar la democracia en El Salvador. El comunicado de MALES llamó a la solidaridad internacional y a la denuncia de estos abusos, subrayando la necesidad de un frente unido para proteger los derechos de todas las personas afectadas. Recordaron que cinco años después de la firma de los Acuerdos de Paz, que pusieron fin a 12 años de una guerra fratricida, marcharon por primera vez para conmemorar el Pride en El Salvador.
“Marchamos para crear un futuro en el que todas las personas podamos vivir libres de violencia y opresión, donde la dignidad y solidaridad prevalezcan sobre el odio, la discriminación y la violencia”. Así concluyó el posicionamiento del Movimiento Ampliado LGBT+ de El Salvador en la Marcha del Orgullo.