Opinión

18.07 – Todo lo rico hace mal

Si los días cuarenténicos se caracterizan por introspección y miedo, los días pandémicos son estos en los que no hay pudor ni sensatez.

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Ilustración por Natalia Franco

San Salvador, El Salvador

Sábado, 18 de julio de 2020

Queridas:

Hoy ando de goma. Una goma de día de semana: es de esas que se caracteriza por tener una mezcla extraña y permanente de sed y hambre. Incómodo. Incómodo, pero valió la pena el desvelo y las cervezas (aunque, pues, no debo).

No debería tomar más de 3 cervezas nunca, por mis problemas de azúcar, de la misma manera en la que no debí de haberme comido un brownie ahora en la tarde (pero mi alma lo necesitaba).

Aún voy y vuelvo al borrador de ideas y de preguntas existenciales, y no resuelvo el problema de ¿por qué seguir, si me hace daño?

Todo lo rico hace mal.



Pero es que ayer fue duro. No sé qué estaba pasando con los astros, pero hasta se me bajó la presión y estuve peleando pasivo-agresivamente porque perdí un tiquete del parqueo. Si los días cuarenténicos se caracterizan por introspección y miedo, los días pandémicos son estos en los que no hay pudor ni sensatez.

Estas semanas han sido un poco intensas, como que se me juntaban un montón de cosas y cambié mi estrategia de hacer todo a última hora y he avanzado proyectos personales, y también trabajado sistemáticamente en lo que tenga que hacer. A veces con días muy cargados, y noches más despejadas. Pero el problema es que me lleno de actividades, y me cuido y medito y lo que sea, pero el sentimiento subyacente era y sigue siendo una profunda incomodidad. Siempre que me preguntan “¿cómo estás?” contestaba que bien, pero que “ya estoy harta”.

Como no he podido volver a mi casa [en Guatemala], ya esto de tener ropa interior contada y usar minishorts me está pesando. Yo tenía una filosofía: no usar shorts. Son algo completamente ajeno a mi carácter, y no tengo shorts en mi closet. Pero la pandemia me ha transformado en alguien que usa minishorts de su hermana porque no tiene de otra, y ya arruiné algunos de mis outfits de usos múltiples. Por dentro, pienso en soluciones y por fuera todo lo que escucho es que esto nunca va a terminar. No quiero vivir en shorts para siempre.



Me puse sensible y sentimental, de nuevo. Todo se tiñe de azul y morado, ¿o es que igual siempre me tomo todo en serio?

Creo que es esto último: me gusta lo que hago y no me tomo las cosas a la ligera, y respondo a los dos segundos de recibir un mensaje y amo los emails. He allí la necesidad de “un par” de cervecitas y un self-love brownie… Pero ahora necesito 3 siestas y un té, y dormirme temprano.

Espero que estén bien, hermanas.

XO

PT

P.D. En la mañana me metí a la piscina. Los piscinazos y los postres son dos síntomas de que mi cuerpo, y mi mente, necesitan un empujón. ¿Es la goma o solo este cansancio físico y emocional?


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