En esta ocasión, la carrera inició a las 6:00 de la mañana. Dina Portillo es ágil. El temor a que, nuevamente, miembros del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) le confisquen la mercadería y esto le genere nuevas deudas o más perdidas la impulsan a huir. Hace unas semanas, perdió 30 dólares en mercadería decomisada. Para recuperarla, debía presentarse a la alcaldía y pagar una multa de $20. Prefirió perderla.
La historia de Dina, escondiéndose y resguardando los productos que vende en las calles y avenidas del Centro de San Salvador, inició hace dos décadas. Gobiernos municipales dirigidos por el FMLN, ARENA y Nuevas Ideas han intentado reordenar el Centro Histórico de San Salvador y desalojar la venta estacionaria y ambulante. En esta zona, la sexagenaria comercializa plantillas para zapatos y accesorios para el cabello. Para ella, desde febrero de 2023, que Mario Durán, alcalde del oficialismo, inició el reordenamiento del centro histórico de San Salvador, esta zona se ha convertido es una especie de pista de atletismo porque las autoridades prohíben la actividad comercial en la zona.
De acuerdo con Flora Blandón, experta en Desarrollo Local y directora de la Maestría en Desarrollo Territorial de la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas», el centro de San Salvador comenzó como una réplica de los espacios europeos, donde la iglesia se edificaba en el centro de la ciudad, con plazas que la rodeaban y donde se iba desarrollando la industria del comercio; lo que llevó a personas con mayor capacidad adquisitiva a asentarse allí. A lo largo del tiempo, el centro se transformó en un núcleo vital para el desarrollo económico y las personas con poder adquisitivo buscaron residir en las periferias. A pesar de que aquellos más acomodados optaron por salir de la zona el centro continuó siendo un punto clave para el desarrollo económico, debido a la movilidad.
El éxodo de 4 mil comerciantes por cuenta propia, establecidos y ambulantes, de las 68 cuadras del Centro Histórico, ocurrido el 4 de febrero de 2023, marcó el génesis de la fase III del llamado Plan de Revitalización del Centro Histórico, un proyecto iniciado por Nayib Bukele cuando era alcalde de San Salvador. Bukele, después de ser electo alcalde de Nuevo Cuscatlán por la bandera del FMLN, compitió por la silla edilicia de San Salvador, siempre como representante del partido de izquierda, y fue electo para el periodo 2015-2018.
«Hemos iniciado la Fase 3 de la Revitalización del Centro Histórico de San Salvador con la movilización más grande de la historia. Más de 4,000 comerciantes liberarán 68 cuadras en el predio exbiblioteca, la calle Delgado y calles aledañas. Esto es posible al diálogo y la voluntad política», afirmó Mario Durán, alcalde de San Salvador. El desalojo de estas personas se dio en el marco del régimen de excepción, aprobado en marzo de 2022. A La Prensa Gráfica, comerciantes entrevistados le «reconocieron sentir temor a ser capturados por el régimen de excepción».
Durante todo el 2023, la alcaldía capitalina se dedicó a desalojar y remover las ventas que se encontraban en el predio de la ex Biblioteca Nacional; los alrededores de la Iglesia El Calvario y parte de las afueras del Mercado Central; la 9.a y 15.a avenida Sur, las cuales conectan con la calle Rubén Darío; alrededores del edificio de la ex Lotería, específicamente de la 3a calle Oriente, el pasaje Cabañas y la avenida Monseñor Romero; los alrededores de la nueva Biblioteca Nacional; 4.a calle Poniente, en las cercanías del Palacio Nacional. El 5 de noviembre, 13 días antes de que El Salvador se convirtiera en la sede de la edición 72 del certamen Miss Universo, desalojaron al último grupo de comerciantes en la 6.a calle Poniente, además de una cuadra de la 4.a calle Oriente y 4.a avenida Sur. Durán aseguró que a las personas desalojadas contaban con varias alternativas de reubicación
El Reglamento de Administración y Uso de Espacios Públicos en Área Delimitada del Centro Histórico de San Salvador, publicado en diciembre de 2023, asigna a la Autoridad de Planificación del Centro Histórico la decisión sobre permisos y tarifas. Además, le encomienda mantener el orden y vigilar el correcto uso del espacio público, lo que incluye restringir las ventas ambulantes. El artículo 14 prohíbe expresamente cualquier actividad comercial en el espacio público, denegando cualquier solicitud al respecto.
Sin opciones
La Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) 2022 en El Salvador revela que 2,845,750 personas tienen empleo remunerado, distribuidas en un 35.3 % en áreas rurales y un 64.7 % en áreas urbanas. La desagregación por sexo muestra que el 57.9 % son hombres y el 42.1 % mujeres. A nivel nacional, el salario promedio mensual en 2022 fue de $377.86, con hombres ganando $403.99 y mujeres $344.01, evidenciando una brecha salarial de $59.97 a favor de los hombres.
El salario promedio mensual para las personas que se dedican a vender en los mercados es menor para las mujeres, de acuerdo con esta categoría ocupacional: $301.44. La EHPM contempla dentro de esta categoría a persona que trabajan en servicios y ventas en comercios y mercados. El 44.8 % de las mujeres que reciben una remuneración están en este sector.
Dina, a sus 60 años, a pesar de ser parte del sector de ventas en mercados, apenas logra ingresos diarios de $7, muy lejos del salario promedio mensual de $301.44 para su categoría ocupacional. Ni trabajar todos los días del mes le garantizaría alcanzar esa cifra. Para ella, la afirmación de Mario Durán sobre la disponibilidad de puestos en mercados no es viable. Argumenta que estos espacios son limitados, reservados para quienes ya tenían puestos, y, además, inaccesibles debido a sus costos.
La Ordenanza Reguladora del Funcionamiento, Administración y de las Tasas del Sistema Municipal de Mercados de la Ciudad de San Salvador establece la categorización de puestos fijos en mercados en cuatro categorías permanentes y una quinta para ventas transitorias. En el mercado Sagrado Corazón, los precios por día varían entre $0.07 y $0.06 por metro cuadrado para las categorías uno a cuatro, y las ventas transitorias tienen un costo de $0.57 por metro cuadrado. Además, la Ordenanza regula los locales comerciales de los mercados, con precios diarios que van desde $0.46 hasta $0.34 por metro cuadrado, dependiendo del mercado.
Mientras vende un par de plantillas para zapatos a $1.00 sobre la 2.a avenida sur, cerca del mercado Sagrado Corazón, Dina admite que el centro luce «bonito» tras el reordenamiento. Sin embargo, señala que este cambio no beneficia a las vendedoras como ella, sino a turistas y visitantes que pasean por la zona.
«Yo diría que nos dejaran un lugar para vender, aunque sea por horas, o que nos dejaran ambulantes, pero no se puede porque nos quita el CAM y son órdenes que vienen de arriba, de la alcaldía», explica. Ella espera que, con las elecciones municipales del tres de marzo, la nueva administración les brinde un espacio accesible para poder vender. Para ella, lo más importante es que las nuevas autoridades edilicias den la orden para que los agentes metropolitanos dejen de perseguirlas y violentarlas.
Si Dina optara por alquilar un local en la categoría 4.5 de «productos varios» a $0.06 por metro cuadrado, enfrentaría un costo mensual de $5.40 por un espacio de tres metros cuadrados en el mercado Sagrado Corazón. En cambio, si accediera a un local comercial en el mismo mercado, debería desembolsar $0.46 por metro cuadrado diariamente, sumando un total de $41.4 al mes por un local de 3 metros cuadrados. Ella hace cuentas. Considera que, con sus ingresos actuales, no siempre logra vender $7 diarios, es imposible acceder a un local en un mercado. Por eso, ha decidido continuar comercializando de forma ambulante.
«Yo me tengo que sostener sola, no quiero ser una carga para mi hija. Tuve suerte porque solo tuve una y ya es una mujer mayor. Yo no voy a comer de estas paredes que ahora están limpias. Tengo que vender porque no tengo otra forma de trabajar y hay que comer», explica. El reordenamiento ha afectado negativamente en todos los aspectos de su vida: «A veces desayuno, a veces no; a veces almuerzo, a veces no; a veces ceno, a veces no. Esa es nuestra realidad. Aquí hay gente que ya está aguantando hambre».
De acuerdo con la encuesta «Coyuntural 2023», presentada el 27 de marzo de 2023 por el Centro de Estudios de Opinión Pública de la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo, el 63.6 % de los hogares ha dejado de adquirir ciertos alimentos en los últimos tres meses debido al aumento de precios. El 58.3 % redujo la cantidad de comida servida, el 69.9 % dejó de comprar carne, pollo o pescado al menos una vez, el 53.7 % dejó de adquirir frutas o verduras, el 37.8 % dejó de comprar granos básicos y el 18.2 % de los hogares no ha podido realizar al menos una comida en ese período.
«El costo de vida tiene un impacto diferenciado entre hombres y mujeres, especialmente considerando a las mujeres que están a cargo de la administración del hogar. En ese sentido, son ellas quienes pueden verse obligadas a comenzar a comer menos para asegurar que el resto de la familia continúe comiendo de forma regular», explica Melissa Salgado, economista de la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas».
El costo de la canasta básica urbana para enero de 2024 fue de $256.74. Es la más limitada de la región centroamericana, ya que no ha cambiado desde 2006.
Karen Hernández, Wendy Miranda y Nicole Aparicio, también vendedoras ambulantes afectadas por el reordenamiento, se enfrentan no solo al acoso y la violencia de los agentes del CAM, sino también a mayores dificultades para obtener ingresos y sostenerse.
Wendy explica que, en su caso, depende de préstamos para obtener productos para la venta. Cuando los agentes le confiscan la mercancía, queda atrapada en un ciclo de deudas difícil de superar. Su primera medida para intentar equilibrar lo que considera gastos es reducir la alimentación.
Karen, de 31 años, es vendedora de productos de temporada. Para ella, Mario Durán y el presidente reelecto de manera inconstitucional, Nayib Bukele, han hecho un gran trabajo, porque el centro «se ve muy bonito ahora». Sin embargo, reconoce que esta transformación afecta sus ingresos. «Tengo dos hijas y mantenerlas es bastante difícil. Aquí nos persiguen, nos quitan las ventas; ahora es difícil vender».
Al igual que Dina, Karen opina que la alcaldía debería permitirles vender en algunas zonas del centro histórico. «Pero no lo hacen y esto es nuestro sustento para llevarle a nuestros hijos la comida. Como vendedores informales nosotros también somos su pueblo, no solo son los grandes inversionistas».
Ella también solicita la creación de espacios de ventas con un alquiler accesible. Le parece una utopía vender desde un puesto en un mercado. «Tenemos que pagar luz, agua, alquiler, comida; pagar por un puesto no nos alcanza. Quiero pedir al presidente, a los alcaldes, que nos brinden una solución, porque desplazar a los vendedores con el CAM no es la solución».
Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de 2022, el 44.8 % de las mujeres ocupadas se encuentran en el grupo ocupacional de trabajadoras de servicios y vendedoras de comercios y mercados, mientras que, en el caso de los hombres, esta cifra equivale solo al 18.6 %. El estudio muestra que el 46 % de las mujeres en áreas urbanas trabajan en el sector informal, donde se incluyen las que actualmente dependen de las ventas ambulantes para sobrevivir, como Dina, Wendy, Karen y Nicole.
Para la economista Melissa Salgado, «es lamentable que los desalojos se estén produciendo en este contexto particular, cuando el costo de la vida está en aumento. Esto ejerce una mayor presión sobre los grupos poblacionales que no cuentan con programas que garanticen mejoras en su calidad de vida. Están experimentando un claro deterioro en su calidad de vida».