A las 10:15 p.m. del 4 de febrero, desde el balcón central del Palacio Nacional, en el Centro Histórico de San Salvador, Nayib Bukele exclamaba: «Sería la primera vez que en un país existe un partido único en un sistema plenamente democrático». Frente a él, un mar de seguidores con banderas cian vitoreaba en respuesta: «¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!».
A esa hora, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) mantenía silencio sobre el conteo preliminar de los votos en las elecciones presidenciales. No se realizó ninguna conferencia de prensa ni transmisión en vivo del proceso de recepción y procesamiento de las actas. En la página web del TSE, al momento en que el candidato inconstitucional se autoproclamaba presidente, se evidenciaron inconsistencias en la cantidad de actas procesadas de las elecciones presidenciales. Con el 31.49 % de las actas procesadas, Nuevas Ideas lideraba con 1,295,888 votos, seguido por el FMLN con 110,244, y Arena como tercer partido más votado con 96,700. La suma de votos, incluyendo nulos, abstenciones, impugnados, faltantes, sobrantes e inutilizados, era de 3,440,832. El registro electoral contabiliza a 6,214,399 personas, lo que implica que los 3,440,832 votos representan el 55.37 % del total de personas empadronadas.
El candidato inconstitucional alardeó de que El Salvador, con unos resultados electorales que no eran oficiales, había marcado nuevos récords en la historia de la democracia mundial. «En toda la historia del mundo, desde que existe la democracia, nunca un proyecto había ganado con la cantidad de votos que hemos ganado este día», afirmó. «Es literalmente el porcentaje más alto de toda la historia. No solo hemos ganado la presidencia de la república por segunda vez con más del 85 % de los votos, sino que hemos ganado la Asamblea Legislativa con 58 de 60 diputados, como mínimo. Es posible que sea más».
El 5 de febrero, a las 2:13 p.m., en una transmisión nacional, Dora Esmeralda Martínez, magistrada presidenta del TSE, anunció que el escrutinio final para la elección presidencial se basaría en las 6,015 actas efectivamente transmitidas y registradas en los sistemas del TSE. Además, indicó que se abrirán los paquetes electorales correspondientes a las 2,547 actas de las JRV que no se transmitieron. Para el caso de las elecciones legislativas, se llevará a cabo el escrutinio «junta por junta y papeleta por papeleta», abriendo la totalidad de los paquetes electorales, explicó.
Nayib Bukele y Gabriela de Bukele emitieron el sufragio en el centro de votación de la avenida Olímpica. El candidato inconstitucional y su esposa ingresaron al centro bajo un estricto protocolo de seguridad y al son de «It’s the end of the world», de la banda R.E.M. Fotos por Kellys Portillo.
El misterio de la contraseña y otras irregularidades
Las denuncias de situaciones irregulares e ilegales en los centros de votación se dieron a conocer en redes sociales desde las 7:00 a.m., hora en que los centros de votación debieron estar abiertos. Así lo estipula el artículo 190 del Código Electoral. Según observadores de la Fundación Doctor Guillermo Manuel Ungo (Fundaungo) el 26.6 % de los centros abrieron después de la hora estipulada por la ley.
Algunos de estos fueron el Centro Escolar «Anita Alvarado«, en Cojutepeque; Centro Escolar Profesor Emilio Urrutia López, en Tonacatepeque; el Centro de Formación Profesional, en Ayutuxtepeque; y, el Instituto Nacional de Ciudad Credisa, en Soyapango.
Además, algunas personas que fueron seleccionadas para conformar las Juntas Receptoras de Votos (JRV) denunciaron ser rechazadas al presentarse a los centros de votación. En algunos casos alegando que las mesas estaban ya conformadas. «Queremos trabajar y no nos lo permiten. Después van a decir que no nos presentamos y nos van a poner la multa», reclamó José Hernández, asignado a una JRV del ahora distrito de Soyapango, en San Salvador Este.
«Hay gente que viene de lejos, con esfuerzo y sacrificio porque ha sido convocada por la autoridad superior, que es el Tribunal Supremo Electoral, pero no nos dejan trabajar», comentó.
Diana Díaz, ciudadana que también fue seleccionada para conformar una JRV e integrante del colectivo Salvadoreñxs Construyendo Memoria, que ha participado en alianzas con Alharaca, comentó que en las capacitaciones previas a las elecciones le dijeron que a las 5:00 a.m., debía hacerse presente para que le entregaran su credencial e integrarse a una mesa.
A esa hora, Diana preguntó en el centro ubicado en el Colegio Cristóbal Colón de San Salvador por sus credenciales y nadie le daba una respuesta. Una de las encargadas de centro incluso le dijo que no podría entrar sin las credenciales. Diana llevaba con ella unos documentos impresos con los que pudo constatar su pertenencia a la junta y finalmente logró ser parte del proceso. Pero las irregularidades apenas comenzaban.
José Luis Magaña, reconocido economista salvadoreño, fue seleccionado para integrar JRV y fungió como presidente de mesa en el Complejo Educativo Delgado. Para él las horas más críticas comenzaron al final del día, justo al inicio del conteo y transmisión de votos.
Magaña asegura que los equipos informáticos para realizar el conteo se demoraron varias horas. Les anunciaron que las computadoras serían instaladas a las 4:30 p.m., pero llegaron hasta pasadas las 7:00 p.m., por lo que el conteo de su mesa comenzó después de las 8:00 p.m. «Logramos meter los datos del conteo de presenciales, pero ya empezamos a tener fallas cuando teníamos que imprimir el acta. Ahí sí se empezaba a caer el Internet», explicó.
La experiencia de Diana coincide con lo relatado por José Luis. Ella asegura que los routers que les entregaron por parte del TSE no funcionaban. Además, cuando intentaron utilizar la conexión de Internet de un celular, la computadora les pidió una contraseña que nadie parecía tener.
Mientras Diana buscaba, sin obtener respuesta, la contraseña con los encargados del TSE, en la mesa de Magaña, en Ciudad Delgado, el sistema se caía cada vez que ingresaban los datos de una papeleta para el conteo de diputados. Ahí fue, según comentó donde el problema se agravó. «Llevábamos cinco papeletas físicas contadas procesadas, pero el sistema estaba reflejando nueve entonces detuvimos el conteo», comentó.
Buscaron a alguien del TSE para que les ayudara a resolver el problema. Cuando encontraron a alguien que les asistiera eran pasadas las 10:00 p.m. El técnico procedió a reiniciar el sistema y la computadora le pidió una contraseña.
«Comenzamos a buscar quién podía tener esa contraseña. Los vigilantes de los partidos, escribiéndole a su gente para ver si alguien conseguía contraseña, el Tribunal escribiendo también para ver que tal, el de transmisión también. Entonces, todo el mundo buscando qué contraseña estaba pidiendo», explicó Magaña.
Tanto en la mesa de Diana como en la de José Luis fue imposible que transmitieran los resultados de diputaciones mediante el sistema electrónico designado por el Tribunal así que, en sus centros, las mesas comenzaron a hacerlo por escrito. No tenían lápiz ni papel, y mucho menos un acta impresa para registrar los datos. Tampoco tenían un modelo para sistematizar los datos, así que cada equipo improvisó una forma de dejarlos por escrito.
No era la primera vez que Diana era parte de una JRV. En las elecciones legislativas y municipales de 2018 y las presidenciales de 2019 participó como integrante de mesa. Para ella, el proceso electoral nunca había sido tan atípico como el de este 2024 en el que Bukele se reelegiría inconstitucionalmente. «Nunca me había pasado que no hubiese alguien que supiera qué hacer. Esta vez no había nadie que supiera qué hacer», concluyó Diana.
Ambos integrantes de mesa terminaron el conteo cerca de las 4:00 a.m. Aseguran que el TSE no les facilitó alimentación ni agua y que las condiciones de los baños eran inadecuadas. A pesar de ello, cumplieron con su rol y entregaron a los encargados de centro el conteo hecho a mano.
A pesar de la inexistencia de datos oficiales, la encuestadora CID Gallup publicó a las 5:30 p.m. resultados de las encuestas de boca de urnas, violando el Código Electoral. En un gráfico publicado en redes sociales, afirmaba que el candidato inconstitucional habría obtenido el 87 % de los votos. El artículo 176 prohíbe a organizaciones de cualquier naturaleza publicar resultados de encuestas o proyecciones electorales «hasta que se declaren firmes los resultados de la misma».
Nayib Bukele proclamó su propia victoria a menos de dos horas del cierre de urnas, en una conferencia de prensa. A pocos minutos de las 7:00 p.m., lo escribió en un tuit. Afirmó haber conseguido 85 % de los votos para la presidencia, así como 58 de 60 diputaciones. Para ese momento, el Tribunal Supremo Electoral no había dado ninguna declaración ni hecho pública información sobre el escrutinio. Tampoco lo haría durante el 4 de febrero. A pesar de esto, Bukele convocó al pueblo a celebrar su supuesta victoria a las 9:00 p.m., en la plaza Gerardo Barrios, frente al Palacio Nacional.
Un proceso electoral opaco restringe la labor de la prensa
Desde el inicio de la jornada electoral, Alharaca reportó restricciones a la prensa en los centros de votación. En el centro ubicado en el polideportivo de Soyapango, un empleado del TSE dijo a una de nuestras periodistas que la prensa no tenía acceso a registrar el proceso de conformación de las JRV. Proceso, que como Diana Díaz comentó, estuvo lleno de irregularidades.
Angélica Cárcamo, presidenta de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) escribió en su cuenta de la red social X que el instructivo de la Junta Electoral Municipal establece que los medios tienen permitido cubrir el evento incluso antes de las 7:00 a.m.
La mañana del 5 de febrero, Cárcamo anunció en conferencia de prensa que la APES registró 173 vulneraciones a la prensa en la jornada electoral. Las principales agresiones fueron restricciones al ejercicio periodístico, seguidas por declaraciones estigmatizantes, acoso, agresiones verbales y agresiones físicas.
«Tuvimos un diálogo con el Tribunal Supremo Electoral y se logró emitir un comunicado, pero el panorama continuó», explicó Cárcamo quien aseguró que las vulneraciones se siguieron denunciando hacia el cierre de los centros de votación.
«Es el fin del mundo como lo conocemos«
A partir del anuncio de Bukele, el Centro Histórico de San Salvador comenzó a llenarse. Desde el día anterior había una tarima instalada frente al Palacio Nacional. Dos pantallas enormes de cara a la plaza Gerardo Barrios transmitían el Canal 10, el medio televisivo estatal. En el perímetro de la plaza, militares montaron un cerco para revisar las mochilas de quienes ingresaban al festejo. Había tanquetas estacionadas a una cuadra de la Catedral Metropolitana.
Para las 8:00 p.m. ya había una multitud ansiosa esperando a la salida del que ya consideraban su presidente electo. Familias enteras con vinchas cian, turistas extranjeros, mujeres y hombres con velos a modo de jeque, bailaban y se toman selfies. En las pantallas, se emitía un panel en vivo a través del Canal 10. Walter Araujo, exmagistrado del TSE en representación del partido Arena, quien frustró su aspiración a ser candidato a diputado por el partido oficialista al involucrarse en un caso de violencia contra la mujer en la red X, fue invitado como analista político para abordar el proceso electoral. Pero la multitud no lo escuchaba entre el ruido de las vuvuzelas y un remix de los Black Eyed Peas reventando en las bocinas.
De repente, en las pantallas apareció uno de los anfitriones del Noticiero El Salvador que replicaba los resultados electorales anunciados por Nayib Bukele en la red social X horas atrás. El noticiero mostró un modelo tridimensional de la Asamblea Legislativa con 58 huevos cian y dos de color gris. El mapa electoral lucía completamente cian. La multitud gritaba, eufórica.
Tras nueve horas de espera, y varios anuncios y pruebas de sonido, la nueva banda sonora del bukelismo irrumpió en la plaza. «Es el fin del mundo como lo conocemos, pero me siento bien», cantaba en inglés y a todo volumen la banda estadounidense R.E.M. Una voz anunció a Nayib Bukele y a su esposa, Gabriela de Bukele, quienes salieron por el balcón central del Palacio Nacional. Los Bukele saludaron con porte monárquico, siempre al son de R.E.M., y la multitud enloqueció cuando Nayib besó a su esposa.
«Gracias, El Salvador. Este día, El Salvador ha roto todos los récords de todas las democracias en todo el mundo». Bukele iniciaba su discurso de celebración afirmando que ningún otro gobierno democrático en la historia ha conseguido una victoria casi absoluta como la que él sostiene haber logrado. En este punto de la noche, había múltiples denuncias de irregularidades y de cálculos erróneos; es decir, no había forma de saber si esa predicción real o no.
Bukele defendió el desmantelamiento de las instituciones democráticas del país desde el balcón del Palacio Nacional. Enfatizó que la cooptación del sistema judicial, llevado a cabo por la Asamblea Legislativa controlada por su partido, era necesaria para imponer el régimen de excepción. En lugar de rechazar acusaciones de violación de derechos humanos, decidió diferenciar. «¿Los derechos humanos de quién? De la gente honrada no», replicó. «Tal vez pusimos prioridad en los derechos de la gente honrada sobre los delincuentes».
Tanto en la conferencia de prensa que dio después de votar como en este discurso, relevó el régimen de excepción, aprobado en marzo de 2022. Una marca insigne del oficialismo por la que se suspendieron cuatro derechos constitucionales y se han privado de libertad a más de 75 mil personas y más de 200 han muerto en las cárceles, según documentos de organizaciones defensoras de derechos humanos. Bukele advirtió que el régimen podría seguirse prorrogando.
El discurso de victoria del candidato inconstitucional entretejía la exaltación de su política de seguridad con ataques directos a la prensa nacional e internacional. Bukele se refirió directamente a los periodistas para atacarlos en cinco momentos durante los 26 minutos de discurso. Mientras hablaba de seguridad, preguntó a los gritos a la prensa: «¿Por qué desean que nos maten?»
Se ensañó en particular con un periodista del periódico español El País, quien horas atrás, en una conferencia de prensa, le había preguntado su opinión sobre las declaraciones de su vicepresidente, Félix Ulloa.
Al referirse, como en otras ocasiones, a los Acuerdos de Paz como una farsa, reclamó a «los periodistas aquí presentes» por supuestamente haber aplaudido el acuerdo que llevó al fin de la guerra. Señaló a la plataforma donde se encontraba la prensa, en la mitad de la plaza. Buena parte del público se volteó hacia las y los periodistas, abucheando y silbando a modo de insulto. Cuando el discurso terminó y los y las reporteras buscaban salir de las plataformas, admiradores de Bukele lanzaban insultos y filmaban sus rostros con sus teléfonos celulares.
Un panorama incierto
«Toda la oposición, junta, quedó pulverizada», advirtió el candidato inconstitucional, a pesar de no contar con datos preliminares de las elecciones presidenciales y legislativas.
El 7 de junio de 2023, durante la sesión plenaria 109, la Asamblea Legislativa llevó a cabo reformas en los artículos 10, 13 y 217 del Código Electoral. Dichas reformas implicaron la reducción de las curules de 84 a 60, mediante cambios en las circunscripciones electorales y la fórmula de asignación de diputaciones. Seis días más tarde, en la plenaria 110, se aprobó la Ley Especial para la Reestructuración Municipal, que mantiene los 14 departamentos, convierte los 262 municipios en distritos y crea 44 nuevos municipios.
El oficialismo ocupa 56 de las 84 diputaciones. Esta mayoría calificada le ha permitido a Bukele derogar, reformar y aprobar la legislación que requiera para concentrar el poder. También imponer a las magistraturas de la Corte Suprema de Justicia, entre estas la Sala de lo Constitucional.
Estas reformas, de acuerdo con Acción Ciudadana, buscan concentran el poder político en un solo partido: Nuevas Ideas.
A pesar de la advertencia del candidato inconstitucional, la magistrada presidenta del Tribunal Supremo Electoral anunció la tarde del 5 de febrero que repetirán el conteo de votos para las elecciones legislativas. La jornada de este 4 de febrero es la antesala de las irregularidades que podrían observarse en las elecciones municipales del próximo 3 de marzo.